lunes, 28 de noviembre de 2011

De machismos y aprovechados.

Se ha commemorado ésta semana el día contra la violencia de género. Una lacra moderna en una sociedad moderna que, sin embargo adolece de mucha complejidad y una enorme carga de ignorancia y tibieza. Un hecho que siempre hemos visto, que siempre ha estado ahí y contra el que no se lucha de manera contundente. Las razones por las que no se hace son un misterio para mi. Qué se podría hacer mucho más también. Que la sociedad, en gran parte, sigue viéndolo cómo un problema de otros en él que es mejor no inmiscuirse, también. Ésta semana se ha commemorado una fecha que se commemora desde que dos hermanas, allá en la República Dominicana fueron masacradas por orden de Leónidas Trujillo, el chivo que estuvo a punto de servir la Isla en bandeja a los señores Yanquees y que por todo lo demás sólo fue un indeseable más de esos que brotaron tras la pérdida de las colonias de manos del masonismo financiero de procedencia norteamericana y británica.
Hombres.

Somos los machos esos seres abobinables en los que una Ley, la que se supone debe velar por las mujeres, nos está convirtiendo de mano del lobby feminista. No dudo que cuando el río suena, agua lleva, pero del mismo modo entiendo que, criminalizar en razón al género no contribuye precisamente a una Igualdad, en derechos y obligaciones, que es lo que precisamente persigue la imposición de una Ley ineficaz. Un sistema demasiado deficitario en una sociedad demasiado desconcienciada que nos sorprende con muchas vícitimas que, por no confiar en un sistema que, efectivamente no las proteje, terminan en la lúgubre lista de fallecidas a mano de sus parejas o de lo que es simplemente, un hombre. No mencionare a los hombres malatratados por mujeres porque son menos, pero si de los potenciales maltratadores que escapan a la acción de la justicia precisamente por que la Justicia no cuenta con los medios para garantizar la aplicación de una ley claramente deficitaria que pervierte gravemente al Sistema.

Porque cómo tantas cosas en éste país, el hecho de que la Violencia de Género afecte cómo pandemia a una sociedad ya de por si en franca depresión hacia lo brutal de una estructura más tribal en lo que a aprensión ideológica o religiosa se refiere, viene dado directamente por esa imbecilidad de la que adolecen las generaciones que nos deben suceder en razón a su formación ideológica, cultural y la desproteccion que las figuras de autoridad, principalmente profesores y padres, sufren en razón a otra de nuestras deplorables leyes, la del Menor. Ley de Violencia de Género y Ley del Menor son incompatibles en el mismo plano pues el menor que se acoge a la segunda, ante un carente sistema educativo, correctivo y de autoridad, se transforma en un ser intocable que, crecido, influido por amistades, por medios de comunicación y adoctrinado, cómo vemos cada día, en una impunidad que hace que con el tiempo se forje un verdadero maltratador al que no se puede corregir después con una orden de alejamiento.

Mujeres.

Porque si bien no podemos acusar en todo a éstos infraseres de la sociedad, adictos a un modo de vida que les exige nada a cambio de lograrlo todo, si podemos deplorarlos sólo, en la medida de sus responsabilidad, la de andar escasos de neuronas, fatal de conocimientos y más próximos a animales por cuanto su instinto depredador y posesivo cuenta más a la hora de machacar a una mujer que su capacidad para discernir entre el bien y el mal. Es la sociedad en suma, al completo, la que ostenta la responsabilidad de un fenómeno que ha estado siempre ahí. Sólo tenemos que mirar en nuestras familias y ver cuantos maltratos, adjudicables hoy en día a algo parecido a esa violencia mal llamada de género (debería ser de Géneros por cuanto también hay mujeres que maltratan a sus maridos aunque sea en menor cantidad) se han dado durante generaciones y generaciones desde que el Mundo es Mundo y de maneras más o menos aceptadas cómo algo innerente a la capacidad del hombre para poner orden entre sus posesiones entre la que se encontraba su mujer.

Una sociedad no puede avanzar poniendo cortapisas a todo lo que la contiene. No podemos sobreproteger al menor y pedirle responsabilidades después. No podemos acusar del maltrato y dejar en la calle al maltratador del mismo modo que el Estado no puede esperar que una mujer, viendo que no se ponen los medios necesarios para protegerla denuncie de buenas a primeras a quien, haciéndole la vida imposible está dispuesto a arrebatarsela en la sapiencia de que el Sistema es débil y por lo menos, hasta ahora, favorece más al criminal que a la víctima. El sistema debe pues cambiar, no hacer leyes que no pueda costear y actuar de oficio en cuanto se detecte un maltrato en una revisión hospitalaria. No hablamos de caza de brujas sino de algo tan común cómo tratar una lesión discernible cómo algo próximo a una lesión por maltrato. Algo facilmente detectable y que se hace a diario en los hospitales españoles. Del mismo modo la educación, algo que tan poco interés se le ha cogido en éste país hasta que los porfesores han decidido que trabajan demasiado y se han metido en los medios, debe de ser rediseñada desde cero.

Todos.

El Arenal está lleno de piedras y una buena corrida sólo se puede cerebral cón un albero en óptimas condiciones. Eso es España, un albero que hay que limpiar y no escudarse en falta de fondos por la crisis para resolver lo más básico que afecta a una sociedad harta de que los sindicatos, los nazionalistas o los indios tucumaros se lleven enormes cantidades de dinero en base a subvenciones que el Ejecutivo suelta sin mirar que la casa la tiene patas arriba. No lamento que el estado, los funcionarios o los políticos sean la mayor escoria para el conjunto de los españoles. Lamento que tengamos una justicia saturada, menos efectivos policiales y una carencia de leyes, dinero e imaginación que amenazan con convertir en endémica una plaga que podría solucionarse facílmente con condenas ejemplarizantes y sistemas de control no necesariamente caros pero sí eficaces. La violencia de género es una lacra que amenaza a cualquier sociedad avanzada en cuanto empieza a serlo, ya que los casos afloran cómo setas tras la lluvia. Ahora bien, ¿Cuanto vamos a tardar en estar preparados para afrontarla?

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8 comentarios:

Rafa Hernández dijo...

La violencia de género es una lacra que debería ser extirpada de la sociedad: cómo; ¿aplicando leyes más duras?...no lo sé, pero esto no mengua, al revés todo lo contrario y cada vez se dan casos con más frecuencia. Saludos C.S. Peinado

candela dijo...

Un buen sistema educativo y una sociedad con principios es la base de todo. La violencia contra las mujeres no es más que una de las tantas manifestaciones del tipo de sociedad que hemos creado.

No veo porqué hay que tratar este tipo de violencia de forma diferente a otras, deben existir leyes contra las agresiones y por supuesto, deben cumplirse y punto. En el código penal ya existe el agravante de abuso de fuerza, todo lo demás es farfolla y ganas de marear la perdiz.

Wittmann dijo...

Buenas C S.

Es cierto todo cuanto dices, ya sea en hombres, mujeres o en todos. Es una lacra que hay que erradicar, eso nadie lo puede poner en duda sin atentar contra el sano juicio que se reputa de toda sociedad avanzada. Pero es una circunstancia indeseable que las hordas hembristas han aprovechado para introducirse en el Derecho penal como un elefante en una cacharrería. Saltándose todos los principios jurídicos han introducido un derecho penal de autor y no de hechos, como se hacía en las peores dictaduras, en el que precisamente el autor se analiza desde su condición de hombre, no del hecho cometido. Se ha quebrantado el principio constitucional de igualdad constitucionalmente consagrado so pretexto de la salvaguarda de una "discriminación positiva" (cuando las discriminaciones están prohibidas con independencia de toda condición ex art. 14 CE), cuando en términos de pura penalidad habría bastado con elevar el tipo penal para los delitos de lesiones, amenazas, etc. El maltratador sería castigado igualmente sin el círculo mediático que se ha creado con la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género (¿no era suficiente con lo de "violencia doméstica"?). Yerran hasta en el nombre porque, como me comentaba un penalista, la violencia es un fenómeno indeseable que carece de género ya que el género sólo lo tienen las palabras.

En fin, una muestra más de la ineficacia del uso de las leyes, más aun cuando se trata del Código penal (del que tanto disfrutan pervirtiendo nuestros políticos), cuando se utilizan como instrumento político y no como ayuda a la sociedad porque en realidad, como dices, no hay medios.

Un saludo

Unknown dijo...

Rafa, lo que nos falta es un sistema educativo y una legislación no más represivas, sino más eficaces, por las que además de penar, se reeduque.

En la cárcel, en éste país, no se reinserta nadie, eso está visto y comprobado. Y en la calle un potencial maltratador es una bomba de relojería que, en cualquier instante, puede reventar.

Unknown dijo...

Es puro populismo impuesto por el Lobby feminista Candela. Debe ser que una hombre pegándole a una mujer es distinto de un hombre pegándole a otro. O es distinto de un mobbing brutal o es algo que debe de cogerse con pinzas.

Yo, cómo familiar de mujer maltratada creo que la Justicia es bastante más contundente en cualquier caso que en el la Violencia de Género. Debe de ser que se ha enrevesado tanto que al final, cómo hemos visto, es de lo más ineficaz, sirviendo tan sólo para justificar la existencia de un lobby feminazi que vive explusivamente de ésto.

Algo así cómo la hipocresía que existe en la sociedad, muy concienciada con el maltrato animal y a la vez muy permisiva con las corridas de toros.

Una de cal y otra de arena, Candela.

Unknown dijo...

Así es Wittmann, el engendro de la Ley de Violencia de Género presupone, en su aplicación que el hombre, por el hecho de serlo, es culpable. Una lacra de éstas características debería ser tratada cómo lo que es, un hecho delictivo y no cómo algo específico achacable a los hombres.

Eso es lo que va condicionando la Justicia, la polarización unidireccionel de determinadas leyes, cómo también sucede con la Ley del Menor, que protege al menor creándole una sensación de invulnabilidad por la cual el sujeto protegido cree que tiene derecho a hacer lo que le salga de las meninges.

Anónimo dijo...

Toda violencia es mala, la mal llamada de genero es sencillamente execrable... Y soy el primero en repudiarla; pero dicho esto.... ¡No es la única ni la más mezquina! Hay violencia, y mucha, contra ancianos, desvalidos de toda condición, niños... Sin embargo de estas otras violencias se habla muy poco... Yo me pregunto: ¿No será que se utiliza la violencia contra la mujer como "banderín de enganche", como eslogan barato?
Yo me temo que si, que tras tanta denuncia y bombo lo que se esconde es una jugada política, una manipulación interesada de los sentimientos de la gente.

Unknown dijo...

No diría yo tanto Lobo, la verdad es que creo que se ha pervertido el concepto de violencia de Género transformándola en violencia machista sin dar pábulo a la presunción de inocencia que queda totalmente hecha añicos ante un juicio sumario por el mero hecho de ser hombre.

Sin defender a los agresores si quiero reivindicar una revisión de todo un concepto discutible y discutido que, ni es efectivo, ni está dotado con los recursos económicos u judicialos para ejercerlo con garantías.

Eso sí, a nivel mediático es de lo mejorcito que hay, pues la audiencia se erige, previa manipulación de los tendeciosos periodistos de turno, en juez y verdugo por el gesto o la cara del acusado.

Darle Caña a ésto: