lunes, 31 de octubre de 2011

Ser español, es ser de derechas.

Tal ha sido la afirmación que hoy, un conocido, me ha hecho mientras comíamos ensu casa. La verdad que tengo la costumbre de hablar sobre política o españolidad sólo con personas que sepan que van a responder al tema de manera constructiva. Para ello tiras el anzuelo, sueltas sedal y haces algún comentario al respecto. Finalmente y dependiendo de cómo te responda, del gesto que te muestre, sabrás si puedes decir unas cosas u otras. Es lo que pasa en éste país, nunca se sabe si tu amigo de toda la vida va a dejar de serlo por una apreciación un tanto desafortunada sobre un tema que levanta pullas: España.

España cómo concepto discutido y discutible.

Tal parece ser el hecho evidente que gira en torno a nuestro país y así lo he reflexionado tra la aseveración de mi amigo. Ante tal opinión no he tenido por menos que sonreir y preguntarle que que era él. Sino era español es que era de otro lado. No ha sabido responderme. Simplemente el no es de derechas y cómo tal no es español. Así de simple. Cómo no me quedara yo conforme ha concluido que sí, que él es español. Paro el no lo va diciendo por ahí. Porque todo el que va diciendo que es español, suele ser de la cuerda diestra. Acabáramos. En una charla de café y buñuelos he corroborado lo que ya hace tiempo que sospechaba. Que ser patriota no casa con ser de izquierdas, por lo que todo elque se diga de izquierdas y a la vez dice que es esapñol o una de dos. Te miente o tiene un cacao que no puede con él.

Es lo mismo que el que dice ser republicano en España y amar a su país. Para mi se me hace muy dificil pensar que un sistema político que suprime la monarquía pueda ser compatible con amar a España. Sin perjuicio de que yo sea monárquico o no, un país cómo el nuestro se debe a sus reyes. Ha existido por sus reyes y es un país que, bajo la dirección de la Corona hispánica encontró su destino, forjó su grandeza y se hundió en el ostracismo, todo con un monarca al frente. En cambio, nuestros sistemas republicanos no han hecho nada por el país. Llenar de pájaros la cabeza de los que se creyeron libres en un sistema donde las revoluciones, el desorden, la deslealtad territoriar y los asesinatos camparon a sus anchas y poco más.

España cómo hogar de los españoles.

Es por ello que ante la aseveración de mi amigo no he podido por menos que pensar en todos aquellos que durmieron es sueño eterno tras haber defendido un concepto de España que varía diametralmente de lo que el país es hoy en día. Me he sentido un poco defraudado al pensar en la situación actual y compararla con la de hace menos de dos siglos. De igual modo he pensado que si yo me siento español, es que soy de derechas y si lo soy, efectivamente, mi amor por España, cómo el de todos los que la aman, estará siempre vinculada a una tendencia que estará diametralmente enfrentada a los que viven aquí, son españoles de nacionalidad, pero no de sentimiento. En sintesís, de todos los que no son de derechas.

Queda pues demostrado que aquí el cainismo es una constante nacional. O eres de la diestra o no lo eres. Y si no lo eres puedes ser de la siniestra, nacionalista, anarquista o perroflauta. Lo que si es evidente es que, seas lo que seas estarás en mi contra. Cómo buen cainismo hispano eso traerá consigo que intentarás imponer tu ideología por encima del concepto de país y por ello tu único objetivo en la vida será alcanzar el poder y dirigir la destrucción del país. Y eso yo no lo puedo consentir. Si no te sientes español hay tienes la puerta. Te cojes una patera a remos y te vas a Marruecos, cuando te tires un año comiendole la orejilla a Mohamé me cuentas que tal te a ido y si no sientes unas ganas locas de ser español, emocionarte con la rojigualda o empalmarte con el himno.

Español, de España.

Concluyendo, España es un país, no diecisite, es una nación y dentro de él caben muchas conciencias, pensamientos o sensibilidades. Lo que si es evidente es que todos los que estamos aqui es porque somos españoles (no me refiero a los inmigrantes, sino a los nacidos aquí) y nuestra obligación es dar la cara por España. Puede gustarnos o no, pero cómo si cómo dice mi amigo, todo el que se vanagloria de ser español es de derechas, creo que a lo largo de la Historia hubo muchísimos fachas, fascistas y falangistas, casi tantos cómo picas, arcabuces y rodelas hicieron temblar al mundobajo la cruz de Borgoña. Amén.

Si deseas comunicarte conmigo, agregar algo a éste artículo, exponer tu opinión en privado o sugerirme temas sobre los que hablar no dudes en ponerte en contacto conmigo a través de churre_s_peinado@hotmail.com. Gracias.

domingo, 30 de octubre de 2011

20N, de nuevo, el final de un Regimen.

No soy muy dado a las despedidas. A mi eso de decir adiós, hasta luego, que te vaya bien y esas cosas no me van. Prefiero un gesto ambiguo por si acaso el aludido se arrepiente y se queda. Pero en caso de zETAparo mi ilusión es por fin decirle adiós, a éste si, cómo corresponde. Con un sonoro corte de mangas, que es lo que todo el que traiciona la responsabilidad en él depositada merece, cómo poco. El tío éste, zETAparo, pasará sin pena ni gloria al olvido colectivo al que el no pudo enviar a otro personaje histórico en base al cual basó toda su política. En deshacer loq eu hizo el tio Paco durante sus cuarenta años de dictdura pretendiendo dar libertad a los traidores nazionalistas, aire a los etarras, base a una nueva República y adoctrinamiento político desde la cuba anuestrso infantes.

Franco vs zETAparo.

El Caudillo tenía cierta aprensión a la política. Simplemente no le gustaba. La política podía llevar al traste su Régimen y eso a él no le convenía. Lo mejor era dar unas directrices básicas y dejar hacer a su gobierno, para después coger carretera y manta e irse a pescar salmones a Asturias. zETAparo por contra, no es que no le guste la política, es que el pobre no tiene ni idea. Es cómo todos los que lo votaron. Se creían que así castigaban al PP y al final han terminando castigando a todo el país. Al ostracismo. A la ruina. Ahora se les puede preguntar tranquilamente a esos que le votaron. Se ponen rojos cómo tomates. Lo mismo que el capillo del anagrama del PS, ese que se ha cargado el inspector de nubes, de manera pareja al país.

Franco ya sabía que iba a pasra algo así cuando se fue, vía La Paz, dejándolo todo atado y bien atado. Felipe-Rugalcalva primero y ZETAparo-Rugalcalva se ha empleado a fondo para cortar el nudo gordiano que nos dejó Paquito para dejarnos el país hecho cachitos que a duras penas se mantienen unidos. Cosas de la República, cuando Companys declaró la República Catalana y el gobierno de Madrid, en lugar de fusilarlo le pagó unas vacaciones hasta que pudo ponerse al frente de la Generalidad en el 36. Sale barata la traición en España. Que se lo digan sino al que les va a dar una pensión a los etarras a cambio de que ganen las elecciones en dos mil trece y declaren la independencia de manera unilateral. Un caso único en cualquier país decente del mundo.

zETAparo, el anticristo.

Si zETAparo hubiera sido una persona decente, no tan indecente cómo el dictador que se quedó a verlas venir en vez de reinstaurar la monarquía, el día que cient noventa y dos inocentes se convirtieron en carne picada habría estado al lado del gobierno. Habría pedido que se atrasaran las elecciones hasta que se alcarara la autoría o no habría corrido los rumores, vía RuGalcalva, que decian que los moros nos habían castigado por nuestra participación en Irak. Mira tu que casualidad que después a los moros les ha dado igual que estuvieramos en Afganistán. Se ve que tenían una querencia especial por el país de Hussein. O que la eta les había hecho algún favor  muy poco oneroso en virtud de lo hablado en el Faisan y anunciar una disolución descafeinada.

Sea cómo fuere Franco castigaba el separatismo. No dejaba de ser una mala bestia que firmaba las penas de muerte con "Garrote y Prensa", pero al menos un etarra sabía lo que le esperaba si le trincaban. Fabrica de ostias, vía  Benemérita, juicio sumarísimo, vía juez militar y cadena perpetua o pena de muerte, a placer. Despuñéés en la democracia nuestro Juanca les dió alas declarando una amnistia que ellos premiaron matando más y mejor. Sin tregua y con la única justificación de tumbar un estado fascista años antes superado. Nuestro zETAparo ha premiado sus esfuerzos legalizando primero Bildu, gracias a unConstitucionar politizado y corrupto y después cubriéndolos con un manto de veracidad ante unas declaraciones más falsas que Judas.

Prohibiciones, designios, manipulaciones.

Cuando Franco era el centro de la vida del español medio, todo era válido si para el Caudillo era válido. Para eso tenía el chollo de ser un Dictador y tener de cortijo a todo un país. Cuando zETAparo se hizo con el papel de dictador, el papel se le quedó grande. España venía de la bonanza económica, seguía inmersa en ella y cuando reventó comenzó a quedar patente lo que era ese politicastro y de que estaba hecho y recubierto. Cuando el legado de Aznar se agotó, los números del estado se volvieron carmesíes. La Seguridad Social comenzó a perder afiliados. Las oficinas del Paro comenzaron a ganar abonados y todo se desmadró. El pueblo español empezó a salir de suletargo a golpe de encuesta de población activa. El paro comenzaba a subir de manera desmesurada. las prestaciones se desbocaban, la crisis arreciaba y la prima de riesgo, concepto inédito hasta la fecha en el corazón del ciudadano se colocó cómo centro de nuestra vida.


Ahí fuimos descubriendo que España no estaba en la championlig de los países europeos. Que nuestro gobierno estaba compuesto de inútiles. Que la crisis se iba a cebar más fuerte con un país que había vivido quince años por encima de sus posibilidades y que no había vuelta atrás. El Régimen comenzaba a radicalizarse. Comenzaron las persecuciones a la Iglesia, a los fumadores, a los conductores. El rojerío se sintió vivo y la progresía comenzó a enriquecerse a golpe de puesto público por dedocracia mientras el pueblo y el país se iban empobreciendo a marchas dobles. Del mismo modo el inquilino de la Moncloa empezaba, en su paranoia, a abrazar todo loq ue comulgara conla destrucción de España. Proetarras, nazionalistas, republicanos, perroflautas, 15-M(Ahora 15-O)... Todo lo que supusiera hacer incar la rodilla a España ante susl múltiples enemigos, incluidos todos aquellos que comulgaran en la destruccíón procedentes de la Alianza de Civilizaciones.

Campana y se acabó.

Franco murió una gélida mañana de noviembre. El día veinte. El día siguiente España se levantaba inmersa en la incertidumbre, sin saber que vendría después, una guerra civil, al continuación del Régimen... Vino una democracia y llegamos hasta donde estamos ahora, con un bufón por presidente. Ese mismo bufón dejará, por fin, el poder ese mismo dia veinte, treinta y seis años después. Se nos va otro dictador, éste más parecido al de Chaplin. Que ha intentado jugar con España y España le ha vencido antes de reventar. El día veintiuno nos levantaremos con una nueva esperanza. Con la certidumbre de que la pesadilla habrá acabado o de que al menos, se habrá aplazado hasta que el que entre demuestre que es peor que el que se va.

¿Qué nos quedará por ver?

Si deseas comunicarte conmigo, agregar algo a éste artículo, exponer tu opinión en privado o sugerirme temas sobre los que hablar no dudes en ponerte en contacto conmigo a través de churre_s_peinado@hotmail.com. Gracias.

Los hijos de la prostituta de Babilonia.

A los nazionalistas catalanes no hay quien les entienda. Si les dices que son guapos se ofeneden porque creen que los estás mareando para robarles la cartera. Si les dices que son feos, lo contrario, porque creen que les has pillado con su mano metida en tu bolsillo robándote el pan de tus hijos. No hay quienes los entienda y no saben por donde tirar para resultar coherentes. Y el principal exponente de esa indecisión que daña más a Cataluña que a España porque aquí ya los tenemos calados y sabemos que no se van a ir ni arrojándoles aceite caliente es ese engendro malpeinado, malencarado, malvestido y en definitiva malparido: Juan Tardà.
Yo no soy nacionalista. Soy republicano.

Esa es una de las aseveraciones de nuestro nazi particular. Las hizo en la radio hace unos días en un debate sobre educación. El no es nacionalista sino republicano. ¿De que república?¿De alguna bananera? El amiguito licenciado en filosofía y enemigo declarado de la monarquía no le hace ascos al sueldo que las instituciones del Reino le sueltan cada mes por venir a insultarnos a Madrid. El buen hombre no es nacionalista es sólo un tocapelotas que no soporta tener que enseñar su DNI español cada vez que tiene que realizar alguna gestión pública.

Juan Tardà está ahí, para llenar el hueco que queda, lleno de migajas, entre los partidos nacionales con representación en Cataluña y Convergencia y Unión, estós si, nazionalistas declarados y destripaterrones chupasangres confirmados tan dedicados a hacerse la víctima en catalan que no se dan cuenta del mal que ellos mismos, no los españoles, no España, estan causando a su pueblo, a su minoria. a su hecho diferencial. Los nazionalistas tienen esas cosas, dan por culo, pero por lo visto con la minga de los demás. Algo así cómo hace Tardà. No es español pero bien que cobra del Congreso español. No es nazionalista, pero bien que propugna, junto a su formación (¿Donde anda Carod?) que Cataluña sería mejor independiente. Es Republicano, pero evidentemente no sabemos a que República se refiere porque ese sistema político no existe ni existirá en España. (¿Andará pensando en hacer lo que hizo Companys?).

Un enorme hijo de la mujer de mala vida.

No obstante, Tardà, que cobra de los españoles y nos representa en el Congreso, ha dejado demostrado su calidad cómo político y cómo persona. Su casta, la de los politicastros españoles, en su caso catalán, no podía sino sorprendernos un poquito más con su bajeza cuando ha llamado a Pecer-Barba, uno de los padres de la constitución y de su misma rama siniestra, "grandísimo hijo de puta" por decir, primero, que España, en época de Olivares (¡En 1640!)debería haberse quedado con Portugal en lugar de con Cataluña y segundo, que ahora no haría falta bombardear Barcelona. Al politicastro catalán le habrá sentado mal que uno de nuestros prohombres haya certificado la inapetencia de España por una Cataluña gestionada por los mismos que hace unos siglos nombraron Rey a Luis XIII de Francia.

Es malo hablar sin conocer la historia. El señor Tardà se justificará en que Cataluña empezó a andar a principios de siglo, con el romanticismo y el catalanismo emanado de un desastre de Cuba que los dejaba eternamente atados a los destinos españoles mientras las colonias se libraban definitivamente del yugo castellano. Tardà ignora que Barbas se refería a que en la Guerra entre España y Francia, Olivares pidió a la Generalidad hombres y dinero para reforzas las tropas que defendian el Rosellón. Ante la negativa de la Generalidad a defender una parte de su Territorio (cuya pérdida achacarían después a España), Olivares, más implicado en la defensa de Cataluña que sus propios moradores movilizó un ejército castellano cuya presencia, para defender a Cataluña reitero, provocaría más tarde los trágicos sucesos del Corpus de Sangre y la guerra de "Els Segadors".

Sabiendo sólo lo que interesa.

El señor (por decirle algo) Tardá hace un flaco favor a aquellos a los que dice representar mentando la soga en casa del ahorcado. Al menos cuanto respecta a descgracias, en Cataluña los responsbles de las mismas han sido siempre los catalanes. Por su afan de gestionar el dinero ajeno y no aportar el suyo porpio ni para defenderse. Una pena que los convierte en la eterna víctima de la que los demás ya estamos cansados y que les está reportando una ruina sin igual por basarse en una táctica que no les reporta ningún beneficio desde hace siglos, salvo las de ser odiados por una parte significativa de la población española.

Lo malo es que si bien todos los nazionalistas son catalanes, no todos los catalanes son nazionalistas y son éstos últimos los que padecen que los primeros sean los hijos de la Gran prostituta de Babilonia, por no llamarles más claramente unos grandísimos hijos de mil leches.

Si deseas comunicarte conmigo, agregar algo a éste artículo, exponer tu opinión en privado o sugerirme temas sobre los que hablar no dudes en ponerte en contacto conmigo a través de churre_s_peinado@hotmail.com. Gracias.

sábado, 29 de octubre de 2011

Cuanto debemos a Marruecos para que nos perdone la vida.

Ahora que el zapaterismo exhala su último aliento, que se va definitivamente a ese mundo en el que moran las malas pesadillas que exhiliamos para que no vuelvan nunca a atormentarnos es hora de ir haciendo balance de cuanto daño ha hecho éste ignominioso personaje a toda la Nación. Es por ello que he hecho por recordar y me ha venido a la mente un episodio francamente bochornoso de la política exterior de cuando el ministro Desatinos era el máximo jefe de la Diplomacia española.

Marruecos, nuestro odiado Marruecos.

En aquella época, al final del dos mil nueve, se dió en España ese hecho singular  que fue el tema de ésta mujer saharaui, Haidar, enviada graciosamente de una patada en su honroso culo por el amigo marroquí a España sin que mediase ni prostesta, ni retirada de Embajador ni nada de nada por parte de nuestro Gobierno. Se ponía de moda el asunto del Sáhara Occidental, olvidado desde hacía muchos años. Al poco quedaría relegado al olvido, hasta que hace poco los campamentos del Tinduf saltaron de nuevo a la palestra  informativa. Todo por  el secuestro de otras dos cooperantes españolas. Hecho motivado por la generosa política zapateril de pagar al secuestrador para que nos devuelva intactos (o con el menor número de trozos pendientes) a nuestros queridos pijos progres chachisolidarios. Personas que aburridas del club de campo,  se van al culo del mundo a tomarse unas vacaciones con las que presumir luego en esas tertulias de ONG suprasubvencionada. Con impuestos de todos los españolitos, claro.

Fue aquel hecho, del que no deseo perder el hilo, el que dejó al aire la política exterior de nuestro zapateril Líder. En aquella época me hice eco de un artículo publicado por Doramás en su blog Gran Canaria. Comunidad Autonoma Un interesante artículo que dejaba a las claras  la porculada  a la que nos estába sometiendo, con el beneplácito de la Moncloa, Marruecos. Éra simplemente para coger la vaselina a paletadas y úntarnosla en nuestro culo. Así de simple. Y de manera paralela dejaba muchísimos interrogantes en el aire. El principal el silencio desde Madrid mientras el de abajo se le subía a las barbas sin chistar. Muchos y muy graves favores debería zETAparo a Mohamed para que éste nos hiciera un feo tan grande al que no iba a esperar, obviamente, ninguna represalia.

zETAparo y sus amistades peligrosas.

En un gran artículo, que os invito a todos los españoles de bien a leer, Doramás nos desgrana la cantidad de cosas que afectan a la política hispano-marroquí y que estában, por aquel entonces,  en juego. Si España daba un mal paso la hemos jodido porque todo el Islam nos comerá con papas y si lo da Marruecos no pasa nada, nos joden las comunicaciones con Canarias,  pero son los buenos amigos del Sur.  Ese reino que nos da por el trasero cuando quiera. A los que vamos a seguir enviando dinerito, sobre todo después de la promesa de exteriores de damnificar a todos los habitantes de Rif que fueron víctimas del desembarco de Alhucemas. Gente que por lo visto van ya por cincuentamil, según el recuento del sátrapa del sur y que, por cierto los marroquies consideran cómo un pueblo inferior.

Gente a los que vamos a acoger con las manos abierta y mucho más. Cómo pagarles la vida, estudios y vicios a los hijos de los ricachos marroquies metiéndolos en los centros de menores  de la Junta de Andalucía. Vamos a darles lo que quieran, incluidas Ceuta y Melilla y dejando virtualmente a Canarias, con el culo al aire. Podríamos de paso darles dos o tres fragatas, para que pasen con más seguiridad las pateras. A remolque. Yo lo leí  y simplemente no cabía en mí de gozo. Era la típica ocasión ,única,  de atacar a Desatinos y Zparo y decir al pueblo español que nuestro país ya no está ni a la atura del betún. Simplemente estamos a la altura de una cagarruta de perro y seguimos bajando.

El eterno conflicto.

Y muchos direis, es que a mi, el asunto del Sáhara me improta un pimiento, lo mismo que me importa un cojón de mico Marruecos o Cuba. Es la típica reacción del español lobotomizado hasta la neura por su buenísima ración de futból tan bendecida desde las altas esferas políticas. Bueno, de fútbol, programas del corazón o cualquier producto basuril de nuestros engendros televisivos. Señores a España nos afecta muchas más cosas aparte que Messi no la meta, ni la pelota ni cualquier otra cosa o que el Real Madrid  por fin se esté ganando el sueldo.  Me gustaría que cada español no catalán que se sintiera fan del Barça comprendiera mínimamente lo que se opina de los españoles en Can Barça. Cómo la polémica de Peces-Barba, ellos se cagan todos los días en nosotros, pero nosotros por peernos a dos metros de ellos ya somos unos maleducados.

Pues sigo con mi reflexión sobre aquel acontecer. Haidar representaba todo lo que el Estado español y los acomodaticios españoles significan para el mundo. Nada. No éramos nada excepto para los Saharauis. Ellos, increiblemente, seguian confiando en nosotros. Hay que joderse. Si le preguntas a un Español que donde está el Sáhara se te encogerá de hombros por que ni siquiera sabe situar en un mapa la ciudad de Soria. Nos fuimos del Sáhara dejándolos con una mano y otra detrás. Pero ellos no acabaron cun su colonización sino que la vieron transferida a otra peor. Que miedo tiene la ONU de Marruecos. Que amiguísimos de EEUU son. Que miedo teníamos de Marruecos que ni siquieras defendimos la posición. Qué miedo tenemos ahora a Marruecos que no retiramos el Embajador lo mismo que ellos hicieron cuando Sus Majestades los Reyes visitaron Ceuta y Melilla que son CIUDADES ESPAÑOLAS, por las que Mohamed y su puta madre protestaron tantísimo. Marruecos nos tiene acojonados y luego nos ofendemos de que los gibraltareños nos tomen por el pito del sereno.

La Vergüenza de estar gobernados por un anormal.

Hoy está claro que el presidente del gobierno no es una persona normal. Una persona en sus cabales, si es tan inutil cómo lo ha sido él, renuncia a la secretaría general de su partido, que ha hundido, no se rodea de estúpidos procedentes de Villa PSOE, cómo Petro-Pepiño el Gasolinero o dimite antes de que el gobierno haga que el país al que representa quede a la altura de la porquería más inmunda que imaginarse pueda. En cambio, nuestro particular demente, que Díos sabe que plan diseñó para llegar a la Moncloa y de quien hecho mano, porque las encuestas lo condenaban a la estulticia, siguió adelante echándole la culpa de su desastrosa gestión a todo el mundo. A la crisis de crédito, a la burbuja inmobiliaria, al PP, al Papa y si me apuran hasta a los Testiculillos de Raticulín.

Por aquel entonces, ahora más, éramos una Nación que iba ganando puntos en la quinielas de la iniquidad. Que no tenía ni tiene ni vergüenza ni dignidad. Cómo ha quedado demostrado con el asunto de la eta. Teniamos y tenemos miedo de todo y de todos. Si, serás tu, porque yo le echo cojones a cualquier cosa, responderá algun infeliz. Tanto miedo tenemos que en vez de sacar pecho ante el mundo escondemos la cabeza bajo la tierra cuando los piratas somalies, los terrorista mauritanos o los putos sicarios de Mohamed nos enseñan el dedo. Tan esperanzados en cualquier migaja que cuando la eta abre la boca el que manda se empalma. Estamos abotargados con un supuesto Estado de Bienestar que se ha acabado. Si, señores, asumamoslo. Esto ya se ha pasado. Ahora hay que TRABAJAR, y hay que hacerlo pronto y apretando el culo. Tenemos que llamar a la revolución nacional de manera que el que sea político sea político y defienda los derechos del pueblo, estamos llamados a desbancar a toda una ralea de apoltronados que nos chupan la sangre, juegan con nuestros impuestos y nos ponen un globo delante de la cara para distraernos mientras NOS DAN POR CULO.

Desde fuera, se nos ve venir.

Recuerdo que por aquel entonces iba encendido porque me habian mentado cosas en la que tenian toda la razón. Gentes de fuera de España nos perciben cómo una nación de tercera clase, en la edad de Piedra. Una nación en la que no se puede confiar, en la que las multinacionales retiran sus fábricas y en la que no reaccionamos creándo las nuestras propias. Un país que pierde un fuelle sólo soportable por un turismo nacional e internacional que nuestros empresarios pretenden joder quitando los  puentes y fiestas. Una sociedad agraria que pasó en pocos años a depender del turismo, después vió el filón del ladrillo y ahora se agolpa en las colas del Servicio Nacional de Empleo para ver si pueden ir a recoger el espárrago, en una situación esperpéntica e impensable hace sólo dos años. ¿Al campo? Que vayan los moros. Más de mil y más de un millón pronunciaron ésta frase y ahora están esperando que los llamen para ir a tirarse al barro. Decepcionante.

Estamos llamados a ser los parias de Europa, la ramera de Marruecos y el hazmerreír del mundo y todo por no echarle cojones de una vez a la cosa. No sea que el chupi-chachi-guay gobierno que nos mangonea, los que anduvieron antes y los que vendrán despues sean politicamente incorrectos. ¿Qué nos importaba la situación de esa mujer? Esa mujer supuso una de tantas vergüenzas que después nos ha tocado ir afrontando. Una vergüenza de las cosas a medio hacer,  de la chapuza, cómo no podía ser de otra manera, de descolonización que hicimos en el setenta y cinco por no derramar sangre inocente. Sangre que ya corre por las venas de España y que nos esta envenenando. Los Saharahuis, aún siendo islámicos,  son nuestros hermanos, los dejamos tirados y creimos que ésto se pasaría y ya está. No señores. No ha pasado. El fantasma de nuestra cobardía y nuestra bajeza estuvo en Lanzarote. En su aeropuerto. Esa señora nos recuerda que fuimos unos explotadores parásitos y que a la hora de irnos ni siquiera tuvimos la suficiente dignidad para dejar el Asunto Atado y bien Atado. ¿Es que no sabiamos cómo se las gastaba Marruecos?¿Qué pensábamos que les iban a dar un besito y a dormir?

El Gran Marruecos y la pequeña España. Así pensaba yo mientras el asunto Haidar coleaba cómo recordatorio de todo lo que dejamos al finiquitar nuestra última Colonia. Ese era mi sentimiento y no puede resumirse más que en indignación por seguir sintiéndome Español, por adorar mi bandera y mi país y ver que hay gente que, amparándose en el gobierno de ese mismo país sólo da motivos para escupir a todo lo que huela a español. Es mejor estar pendiente de lo que suceda en el Real Madrid mientras nuestros hermanos Saharauis agonizan bajo la bota del Gran marruecos que cualquier día llegará hasta Toledo. Ese día nos levantaremos y antes de rezar nuestras oraciones mirando hacia la Meca nos preguntaremos cómo cojones hemos llegado a eso. El Sol se puso en el imperio al mismo tiempo que llegaba el ocaso del pueblo saharaui del cual, su único responsable, sigue ostentando la corona de España.

Si deseas comunicarte conmigo, agregar algo a éste artículo, exponer tu opinión en privado o sugerirme temas sobre los que hablar no dudes en ponerte en contacto conmigo a través de churre_s_peinado@hotmail.com. Gracias.

Heroes de España. Las victimas, nuestras victimas del terrorismo.

Cuando la basura comienza a oler fuertemente, a podrido, hay que sacarla. Es lo más lógico, es lo más normal. A nadie se le ocurre tener los restos del pescado de la noche anterior en la alacena. Oculta mientra el calor y el normal proceso de descomposición nos va legando un sabroso y repulsivo olor a podrido. Ésto que es tan lógico, normal es lo que no comprende nuestro gobierno, nuestros politicastros. La basura de la eta huele desde el Proceso de Burgos. Sin embargo los sucesivos gobiernos lo han ido ocultando, aguantando y ninalmente ha llegado el momento de ventilarlo. Nuestro gobierno, nuestros gobernantes han sacado la basura que llevan tanto tiempo ocultando: las víctimas de la eta son lo mismo que las demás victimas.

Podredumbre intelectual.

El político más valorado de España, el nazionalista Durán y Lérida, no ha perdido el tiempo de electoralizarse entre las ramas radicales de Cataluña y ha seguido su campaña de "Cataluña es todo lo buena que los demás no serán capaces de ser en la puta vida". Así, y consciente que sus bases, sus juventudes que, a parte de ser reos de prisión son adoradores de unos terroristas que sólo ven en ellos "maketos" al mismo nivel que todos los demás, tal es su bagaje intelectual, noha dudado en hacer callar a las víctimas. Les ha pedido que se callen, que no molesten, que se aparten y se pudran en su rincón mientras las personas mayores (¿Él?) intentan hacer una sociedad mejor. Obviamente para los mismos.

Lo dice el mismo subnormal que impone al futuro gobierno una negociación con Convergencia y Unión independientemente de que obtenga la mayoría absoluta. Debe de ser tan cortito, el inquilino del Ritz, que no le ha dado por pensar que si los españoles se ponen de acuerdo para encumbrar a una fuerza política con la mayoría absoluta es precisamente para que no tengan que pactar con ellos. Simplemente vomitivo. A ver cuando nos acordamos de sacar también ésta basura.

Volviendo al tema que nos ocupa, las víctimas, esos hombres, mujeres, niños y niñas, ancianos y en general cualquiera que mueriera porque la eta decidió que tenía que ser así, se están menospreciando desde que la eta dijo que nos iba a perdonar la vida. Nuestro gobierno saliente, degenerado, destructor está notando una erección tal con éste asunto que, al final, las víctimas son un daño colateral, ya pasado y que no merece ser tenido en cuenta. Así que al final la eta es lo importante. Esos valerosos gudaris nos han demostrado que la constancia, la subvercion y rebelarse contra el poder establecido dan sus frutos así que ahora nos perdonan la vida. El gobierno lo acepta cómo la gran vistoria del estado de derecho y al final nos la mete dobalndo, dándo alas a que cualquiera, gallego, catalán, murciano o canario, monte su propio grupo de liberación nacional.

Reconocimiento.

Pero eso ahora nos da igual. Ya hemos visto la capacidad mental de nuestro presidente del gobierno, capaz de cargarse de una tanda a su Partido, al País y dedicarse a contemplar nubes con un pastizal chorizado a todos y cada uno de los españoles que, en menor o mayor medida, han sufrido su gestión. Lo que nos importan son esas personas que ven cómo, después de tantísimo años de pelear, de salir a la calle, de luchar por lo que consideran que es justo, reciben el jarro de agua fría lanzado por aquellos que deben velara por sus intereses. Unos pocos han puesto de rodillas a todo un país, con la complacencia del gobierno. La guardia civil, la polícía, han visto cómo lsus esfuerzos son baldíos, cómo el gobierno y los jueces se someten a la voluntad crecida de unos terroristas asesinos que volveran a matar en cuanto se les de la oportunidad.

Las víctimas será siempre las primeras que deberan estar presentes en nuestros pensamientos, deberan estar siempre en nuestros corazones y, si nos sentimos españoles, las veremos cómo héroes que dignifican esa palabra. Español. Nunca, bajo ningún concepto estarán sólas, pues si el gobierno de traidores que tenemos o tendremos no lo hace, lo hará el pueblo soberano, más inteligente que aquellos que lo representan, humillan y defenestran abriéndose el culo ante la primera noticia medianamente aceptable que les haga ganar un puñado de votos.

Al menos, para mi lo son, héroes y les digo que, en mi nombre, la eta no conseguirá nada.

Si deseas comunicarte conmigo, agregar algo a éste artículo, exponer tu opinión en privado o sugerirme temas sobre los que hablar no dudes en ponerte en contacto conmigo a través de churre_s_peinado@hotmail.com. Gracias.

La España Trigarante.

Cómo ya narré en su día a través de mi artículo en torno al Primer Imperio Mexicano,  el mismo surgió de las tripas de una fuerza militar que, tras dar por el ano a los españoles, se dedicó a recorrer el recién nacido México para asentar sus reales y dar a conocer el Plan de Iguala por el cual los españoles quedabamos proscritos y se enunciaban las tres garantías que serían la base legislativa del nuevo imperio y posterior República. Hago ésta pequeña entradita y me refiero a ésta particular porque nuestro país, España, que perdió por las armas y por el buen hacer de Fernando VII todo el territorio continental americano debería hechar una mirada atrás y ver, que aquello que la expulsó de América,es precisamente, lo que la va carcomiendo hoy en día.

Independencia.

Así llegamos al primer quiz de la cuestión. La independencia de España que, desde su entrada en los numerosos parquets y organizaciones en las que bregamos se va viendo deteriorada por cuanto nuestras decisiones políticas se toman entre Berlin y París y nuestra política económica viene dictada desde Bruselas. No hay nada malo en ser un protectorado si en nuestra propia casa no sabemos poner orden. Máxime si las decisiones que tomamos aquí afectan a la primera potencia mundial, que por desgracia, es Europa.

Desde esa óptica, España, en cuanto a fallido motor económico ha ido perdiendo fuelle y fuerza en los organismos internacionales con lo cual, la intervención extranjera se ha ido aumentando paulatinamente y en sentido contrario, con lo que nos hemos convertido en un país títere de los grandes intereses políticos, económicos y militares del mundo. Nuestra eficacia e independencia queda así en entredicho desde que adoptáramos, por una parte la moneda única, perdiendo la parcela parcela de poder de nuesro destino, el económico. Por otro, dando la mano en lo político a que otros paises tomen las decisiones por nosotros. Talk es la pérdida de independencia que sufrimos a manos de nuestros queridos gobiernos democráticos.

Es el handicap que nos reserva el hecho de, siendo demócratas, ser tambien propiedades vendibles a todos aquellos que deseen tomar decisiones por el pueblo español. El mismo pueblo que habla a través de su Congreso. El mismo Congreso que se deja regir no por lo intereses del pueblo de España sino por los intereses políticos de los banqueros, industriales y poderes fácticos que no rigen para el bienenstar del país sino apra el suyo propio, convirtiéndonos a cada uno de nosostros en peones a su servico. La independencia de España está, obviamente, en entredicho.

Unión.

Asistimos en éstos últimos años a una sucesión de fuerzas centrífugas que, apoyadas por el gobierno central, en cuanto su dignísima misión de finiquitar el concepto "discutido y discutible" de España se dedican a la ruptura de la Unidad económica, social y política de la misma. No debiera extrañarnos por cuanto essa fuerzas siempre han estado ahí. Lo que nos debe preocupar es que esas fuerzas están cogiendo fuerza porque el gobierno de la nación les están dando pábulo. Son fuerzas nimias e inconsistentes que, gracias al odio de la siniestra por España se están convirtiendo en su quinta columna, en los rupturantes de la unidad de España.

Así nos encontramos con una situación de emergencia nacional. Una situaciçon por la cual nuestra sistuación económica pasa de mala a pero y encima los escasos recursos de las administraciones periféricas van para gurpos, organizaciones y políticas de identidad excluyente antiespañola. El hecho de que ésto se vaya viendo cada vez cómo algo más normal, es síntoma preocupante de que van logrando sus objetivos: irse. A mi personalmente me parece sencillo de terminar con ésta situaciçon, pues la misma Constitución cuenta con los mecanimos para revertir el gobierno traidor en cuestión a la nación. El problema es el coste electoral, problema que se ha convertido en la mayor puñeta que arrastra nuestra democracia. Todos prefieren arrimarse al poder aunque con ello tengan que dejar al país cómo un erial.

Religión.

El último de los puntos de defensa del Ejército Trigarante era la Religión. De hecho gran parte de la victoria en la Guerra de la Independencia Mexicana se debió precisamente al apoyo tácito de los religiosos que, cómo manipuladores, movilizadores y predicadores desde el púlpito, eran los proncipales alentadores de la independencia sobre una masa católica movilizable y totalmente analfabeta. En el sentido que nosotros precisamos, no queremos movilizar a la población española, sino servirnos de la religión cómo un parapeto ante lo que se nos viene encima, la invasión islámica.

Paradójicamente, en España, nuestro camino a la laicidad nos hallevado parejos a una invasión masiva por parte de árabes procedentes del Magreb, nuestra frontera natural. Asistimos, con verdadero pavor cómouna ingente marea de inmigrantes se nos echa encima mientras nos imponen sus leyes y nos instan a respetar sus derechos mientras se pasan por el forro los nuestros. No hablamos aquí de la preocupación sucinta que debía provocarnos la instauración de la Sharia en barrios anexos al nuestro, o con el tiempo en el nuestro propio.

No debemos ser practicantes extremos de la religión católica, yo no lo soy, pero si tener claro que si nosotros no valoramos y apoyamos esa frontera, otros ocuparán ese nicho social. Sinceramente, espero que no sea un imán el que nos controle e imponga el Islam desde el lugar donde nuestro cura de toda la vida ha pasado la mayor parte de su cátedra viendo cómo lo ignoramos.

En conclusión.

España pierde su esencia por no poder garantizarnos esas tres reglas de oro que nos hacen país. Si lo pensamos y valoramos, si reflexionamos a fondo, la mayor gloria de España se dió siemrpe cuando las tres garantías se dieron plenamente. Es hora de empezar a pensar si queremos dejar que se diluyan totalmente y con ello la nación o deseamos hacer que nuestro país recupere el peso y la fuerza que nunca debió perder.

Si deseas comunicarte conmigo, agregar algo a éste artículo, exponer tu opinión en privado o sugerirme temas sobre los que hablar no dudes en ponerte en contacto conmigo a través de churre_s_peinado@hotmail.com. Gracias.

jueves, 27 de octubre de 2011

Historia. La Batalla de las Navas de Tolosa. (1)

Haciendo un poco de memoria y en consecuencia con mi artículo anterior, deseo dar a conocer un hecho que precipitaría la caida de los moros en España dos siglos después. Fue tan sumamente grande la Batalla de las Navas de Tolosa que se dice que, escarbando en los terrenos en los que se sabe que tuvo lugar la contienda, se pueden extraer, aún hoy trozos de hierro con el que orlaron y armaron los ejércitos en contienda a sus tropas. El combate, donde por fin los cristianos le forrarian el lomo al Miramamolín y penetrarían, por vez primera desde que Yusuf nos pusiera mirando a Pamplona en setecientos once, en Andalucia tuvo lugar en el verano, tórrido, de mil doscientos doce. La cosa no obstante venía de más atrás, de cuando los moros descubrieron el cainismo español y empezaron a guantearse entre ellos dando lugar a los reinos de Taifas. Los del norte, cristianos y no mucho mejor avenidos que los árabes vieron que la ocasión la pintaban calva y se liaron la manta a la cabeza para extender sus territorios más al sur del Tajo. En un par de batallas, dando caña y sin compasión, Toledo cayó en manos de los cristianos y los reyezuelos árabes más débiles se convertirían en vasallos de la cristiandad previo pago del impuesto revolucionario de la época.

Erase una vez una confederación de estados bereberes que se llamaban Almorávides. Eran unas malas bestias que habian forjado, a sangre y fuego un poderoso imperio al sur de Al-Andalus. Dicho imperio en el que gobernaban Sharia en mano y sin que nadie les rechistaria comprendía el norte de África en un territorio que hoy sería Marruecos, Mauritania (de donde vendría la palabra moro), parte de Argelía y la cuenca del Río Senegal. Gentes forjadas en el desierto que no tenían más conocimientos que los de la guerra y a los que los mismos árabes de la península les tenían un miedo que te cagas. Dar el paso era arriesgarse a que los Almorávides se quedaran conlas vegas, las huertas, las ciudades y las haciendas, pero al fin y al cabo los cristianos exigian tantísimo tributo que el rey Motamid de Sevilla determinó en dar el paso a llamarlos pues prefería ser camellero en el desierto a ser porquero en Castilla.

Los Almorávides no se andaban con chiquitas. Le dieron la del pulpo a los crisitanos en Sagrajas mientras corría el año mil ochenta y seís, después se dedicaron a lo que venían, dar por finiquitado el mundo independiente taifal y unificar al-Andalus bajo su mandato para hacer unpoquito más grande su imperio. Aquellos que venían de sufrir los rigores del desierto, de combatir con todo lo que se moviera por encima de las dunas descubrieron el paraíso a éste lado del Estrecho. Vamos, que se echaron a perder en cuanto que descubrieron el refinamiento y la buena vida al final perdieron fuerza cómo combatientes. Se corrumpieron de tal modo que al mil ciento cuarenta ya estaban lo mismo que antes de llegar, metidos en un maremagnum de taifas viéndolas venir. Los cristianos que mientras no habían guerreado con los del sur lo habían hecho entre sí seguian con el impetu intacto y con muchísimas ganas de cobrarse lo de Sagrajas.

Con ustedes, los Almohades.

Los almorávides, que se habían echado a lo alto y viendo que se podía vivir mejor en un jardín que limpiándose el trasero con una piedra en mitad de la nada fueron decayendo en favor de los Almohades. Éstos eran unos amiguetes cuyas cábilas se fueron federando hasta tener un pedazo de movimiento bélico regentado por dos asambleas de jeques. Tras darles por detrás a los Almorávides se quedaron mirando al norte y babeando por los territorios en Hispania. Su gran Califa adoptó el nombre de Miramamolín (Amir ul-Muslimin) o Príncipe de los Creyentes y se dispusieron a hacer loque habían venido a hacer, quedarse.

Castilla observaba con atención la nueva situación que por similar a la anterior con los Almorávides no dejaba de ser vieja. Alfonso VII de Castilla determinó que tenía que hace rloq ue fuera para que las Taifas no se le volvieran a subir a las barbas y cortar de raiz el avance de los nuevos señores del terruño del sur. Echádole redaños y metiendo tropa pudo asegurar los pasos entre el sur de la Bética y la Meseta. Echándole un poco más, hasta el punto que ni él se lo creía en mil ciento cuarenta y siete pudo ver el mar desde Almería. Tanto invirtió Castilla que al final el peso de la guerra se cernió sobre los hombros del Rey que entregó el alma a Dios cociéndose en su armadura un día que hacía calor de narices. En el puerto de la Fresneda y en pleno agosto. Vuelta y vuelta y listo para servir. Después pasó lo mismo que pasa cuando ell rebaño pierde al pastor. 

El ejército cristiano reculó de inmediato y los almohades cruzaron Sierra Morena dejándole claro al nuevo monarca, el octavo Alfonso, que habían venido para quedarse. El muro de contención de Alarcos cayó en mil ciento noventa y cinco y después ya no habría nada que los contuviera hasta Toledo. Pasaron a cuchillo a todo lo que se les opuso cómo los defensores de la plaza fuerte de Calatrava. El Tajo cómo frontera natural era lo único que se interponía entre una Castilla indefensa y un ejército sediento de sangre procedente de un desierto más cruel aún. Sólo la política y el desaforado esfuerzo militar de ambos contendientes obligaron a las partes al pactar en mil ciento noventa y siete. Los almohades tenían problemas domésticos más acuciantes y pactaron diez años de tregua con unos reinos cristianos que, francamente, no les suponían ninguna amenaza. 

Los castellanos, por su parte,  tampoco estaban demasiado bien. León presionaba por el oeste y Navarra navegaba por sus fueros. Alfonso se cameló a los leoneses y una vez que pudoo quitarles elojo de encima se tiró al cuello de Sancho el Fuerte, rey de Navarra, forzándole a firmar la paz y estarse quietecito de una puñetera vez.

Pasada la tregua Alfonso sólo pensaba en cómo encajarsela a los moros. Lo de Alarcos pesaba como una losa y tal humillación debía lavarse con sangre. Los almohades se habían apaciguado bastante pero en mil doscientos nueve, viendo al castellano avanzar hacía Jaén, se movilizaron para la guerra, más rápido y con más efectivos de los deseables para Castilla. Los freires de Calatrava hacían lo propio cayendo sobre Andújar. La guerra se cocinaba a fuego lento e imparable. En el norte no obstante había más problemas que los de movilizar tropas. Alfonso sólo contaba con el apoyo de Aragón, los leoneses andaban revueltos y Sancho de Navarra andurriaba lamiéndose las heridas a la espera de cobrarse la afrenta que le había infringido Castilla. la opción era clara. No podía llevar tropas a darse de ostias con los moros mientras tuviera a gente así dispuesta a ponerle la retaguardia cómo la bandera de japón.

Cómo la cosa no terminaba de cuadrar, Alfonso hechó mano de lo único que todos respetaban por igual. Y es que con la Iglesia hemos topado. Mandó Correo urgente a Inocencio III, a la sazón Sumo Pontifice, para ver si podían tomarse aquello cómo una Cruzada, cómo la de Jerusalem, pero a lo español. Así obligaría a sus enemigos crisitianetes a dejar la guerra para otra ocasión no fuera que cayeran víctimas de la excomunión. El Papa que andaba con ganas de gresca dió su bendición al degüello de moro y la nueva Cruzada se predicó por toda Europa (hoy Eurabia) para mayo de mil doscientos doce. Se ganaba el perdón de todos los pecados y se condenaba a la excomunión a todos los relapsos que se entendieran con los moros. Eso sí, nada de darse puñaladas traperas por la espalda mientras durara la dura empresa de machacar mahometanos.

Al sur del sur los almohades no le iban a la zaga a los cristianos, apresurándose a menear el cotarro militar. Al-Nasir, hijo del vencedor de Alarcos y una esclava cristiana llamada Zahar se metió en su yate a paletadas con rumbo certero al norte, a al-Andalus. Montaba un ejército del copón que movilizaba desde Marrakech contando en el momento de iniciar la empresa con treinta años. Corría febrero de dos mil once. Dicen los cronistas que era alto, tenía la piel tan blanca que más parecía untado con crema solar factor dos mil, tenía un barbón rubio y los ojos azules, herencia de su madre. Era valeroso, cauto y más agarrado que un catalán. El muchacho era tartaja y en una se sus paridas mentales había jurado sobre el Corán que llevaría el Islam hasta Róma abrevando sus caballos en el Tíber. Hasta el infinito y más allá. Sus correos iban de aquí para allá para recabar esfuerzo en pro de la Yihad, versión medieval. Sus tropas mientras tanto habían sobrepasado Rabat acercándose a Alcazarquivir, en el centro del Atlas. Cómo los labriegos eran perretes y preferian guerrear a doblarla con el azadón se iban sumando al ejército que adquiría, por días, dimensiones preocupantes. Tantas que ponía en serio aprieto el abastecimiento del mismo, cosa a la que su Miramamolin respondía con presteza pegando voces y decapitando a los incompetentes funcionarios que no se aprestaban a lo necesario para mantener el espíritu militar y darles de comer. Hizo falta una pedazo de flota, pero se logró. En mayo las tropas habían cruzado el Estrecho y aposentado sus reales en Tarifa donde los pelotas reales se aprestaban a hacerle la rosca al defensor de la Fé.

Aunque así dicho parezca que todo iba muy rápido, los dos ejércitos tardarían más de un año en enfrentarse. Mientras, para no perder la costumbre y hacer boca, por parte árabe, Al-Nasir puso asedio a Salvatierra. Los cristianos que la defendian sabían que pintaban bastos, así que se empearon en la defensa hasta que no fue posible hacerlo por más tiempo. Dos meses estuvieron en esa tesitura hasta que el Califa fue, vió, degolló y se volvió a Sevilla para, pasado ese mero trámite, seguir preparando su ejército. Por parte cristiana, Alfonso, cual jubilado en Benidorm se dió un paseo por levante saqueando lo que pillaba.

Cayendo Salvatierra y al poco de tan funesto acontecimiento el infante de Castilla, Fernando, se fue para el otro barrio siendo muy joven. Esó dejo tocaete a Alfonso que, viendo perdido a su hijo intentó aplacar su pena machacando a sus enemigos islámicos. Al tiempo se intesificaban las embajadas con los reinos cristianos refrescándoles la memoria sobre que aquello era una Cruzada y había que llevarse bien hasta que estuviera acabada. Tiempo habría de seguir dándose por la espalda.

Cruzados, yes we can.

Con la llegada de la primavera, las flores y los pajarillos, los caminos hacia Toledo, cual nueva Roma, se llenaron de gentes que acudían presurosas a la Cruzada. Los más pobres, cómo siempre, a pie, los nobles de Centroeuropa a caballo seguidos de sus mesnadas y sirvientes. Cómo solía ser normal en aquella época, los ejércitos eran un compedio de lo más granado de la época. A las tropas regulares, los nobles enfervorizados, los clérigos que acudían a arengar o dar la extremaunciçon se unian muchedumbres fanatizadas compuestas por los pirados de turno que les iban a comer los hígados a los infieles, las mujeres de los contendientes, prostitutas, jovenzuelos, mercaderes y gente de toda ralea y condición, muchos inútiles para la empresa que sin embargo se embarcaban en la misma bien porque no tenían otra cosa mejor que hacer, bien para ver si pillaban cacho de algún modo.

De tal modo, el primero en pasar la Puerta del Sol fue el rey Pedro II de Aragón, el amiguete de Alfonso, que acudía con tres mil caballeros con el normal, pesado y lento acompañamiento de mesnadas, compuestas de escuderos, peones y demás. Los reyes de León y Navarra por su parte, ni estaban ni se les esperaba. Del primero sólo se esperaba que moviera ficha previo pago y devolución de algunas plazas, castillos y ciudades que consideraba suyo. El segundo sólo se temía que se moviera despues de la tregua para seguir dando por el trasero. De fuera de la Península se dejaba caer el arzobispo de Narbona que capitaneaba una mesnada compuesta de caballeros principalmente franceses, con complemento de italianos, lombardos y algún que otro teutón.

Moro va, moro viene.

Al tiempo, los engranajes de la pesada maquinaria militar almohadese puso lentamente en marcha. Lo hizo por el Guadalquivir, avanzando por los pasos que ya usaran los romanos para irse adentrando en los desfiladeros de Despeñaperros. Al-Nasir, de cauto que era tenía espías hasta en la Curia. Sabía en todo momento que se cocinaba en las dependencias de Alfonso VIII y sabía que le podían dar para el pelo. Al contrario que su padre, que se enfrentó abiertamente a los castellanos en Alarcos el optó por tomarse las cosas con calma y adoptar una posición defensiva. Así, tranqulamente esperaría que el cansado, por la forzada marcha ejército cristiano callera en la trampa de tener que moverse en unas estrecheces para las que la pesada caballería no estaba concebida. Del mismo modo habría apostado sus tropas en las zonas más estratégicas y les habría dado el descanso que los castellanos no tendrían.

Por Toledo la cosa se desmadraba por momentos. Los europeos no dejaban de marear la perdiz y provocar molestias y quebraderos de cabeza. El de Narbona que se los conocía los había metido entre las huertas, lo más lejos del nucleo urbano, porque ponerlos al lado de una taberna era llamar a Satanás. Pero esos caballeros que venían de Europa, que no estaban demasiado habituados a tratar con otra cultura que no fuera la suya y que estaban ávidos de sangre y de saqueo no tuvieron mejor idea que arrasar la juderia, lo que dejó claro a Alfonso que había que empezar a moverse con la mayor prontitud posible.

El veinte de junio, con un calor de justicia, el ejército cristiano comenzó su lenta progresión hacía el sur mientras los moradores de Toledo respiraban aliviados de quitarse el marrón de encima. A la vanguardia iban los untramontanos vascuences guiados por el señor de Vizcaya López de haro. Cuatro días despues avistaron Malagón, una avanzada andalusi que fue asediada y tomada a sangre y fuego. Se da la circunstancia de que en el último momento se había producido la rendición de los defensores a cambio de que los cristianos respetaran su vida. Eso era común en los tira y afloja militares de la península y así se hizo. Lo único que los de por encima de los Pirineos venían con el chip cambiado y seguian con la mentalidad cruzada de oriente. Pasaron a cuchillo hasta el último habitante de la fortaleza. Acamparon y empezaron a darse los primeros problemas de abastecimiento a la espera del arribo, el día veinticuatro del resto de las tropas castellano-aragonesas. En los días siguientes, sorteando vados del Guadiana y los abrojos (artefactos metálicos de cuatro púas que los árabes habían echado en el agua para inutilizar caballerías y peones) se presentaron ante Calatrava.

Calatrava o cómo una fortaleza es un peñazo para todo el mundo.

Sobre un peñón y a base de piedra y argamasa sin control se erigía la fortaleza de Calatrava. Un paso forzoso para tomar Castilla si se venía de Andalucía o a la inversa. Ya en mil ciento cincuenta y ocho los templarios que la defendian habían puesto píes en polvorosa ante el empuje almohade, cediendo el testigo a un grupito de caballeros y monjes cirtescienses que tomarían en adelante el nombre de Caballeros Calatravos, en honor a su plaza. Tal orden sería de tipo similar a la templaria pero menos renombrada y aún menos recursos, por lo que no estarían tan de moda en el mundo mundial de la época. El Papa les daría carta de Constitución en mil ciento sesenta y cuatro y los almohades la conquistarían, pasando preceptivamente por la piedra a sus habitantes al poco de fregar la olla Alfonso VII.

Pero estamos en mil doscientos doce. El ejército cruzado anda rodeando la fortaleza y sus jefes, afixiados de calor se tiran tres días dándole vueltas al asunto de machacar ese problema que no pueden dejar atrás. La plaza está más defendida que la Reserva Federal y abastecida a tutiplén. Además su caudillo es un conocido del ejército castellano. Abu Qadis, un experto en la guerra fronteriza, que, de quedar atrás se va a cargar la retaguardia cruzada en un decir amén. El castillo debía caer y el día treinta de junio, sin encomendarse ni a Dios ni al diablo acometieron la empresa consiguiendo llegar a la parte más accesible. Se pidió parlamento por parte de los defensores y Alfonso les dió cuartel conteniendo a los ultrapirenaícos que se quejaron abiertamente de que el rey castellano les privaba de su juego de cabecera, destripar árabes. Los moros se retiraron llevándose lo que pudieron y los cruzaron mandaron al guano a Alfonso y su Cruzada, dejándole con el culo al aire a un tiro de flecha del ejército almohade. Perdían así dos tercios del grueso de la fuerza que eran en su mayoría veteranos y soldados profesionales y de fortuna. Además quedó el regusto de que al regreso no saquearon Toledo, que estaba desguarnecida, pero si se dedicaron a la destrucción y saqueo sistemático de todas y cada una de las juderías que encontraron en el camino de regreso.

Hicieron noche en Calatrava donde pudieron reponerse gracias al gran avituallamiento reservado en ella. Los tontos de los ultrapirenaícos se habían ido con el estómago vacio por no esperarse un poco más. Allí, en contra de todo pronóstico se dejó caer Sancho el Fuerte. El rey de Navarra aconteció con doscientos caballeros presto a ponerse a disposición de la Cruzada. Dejaba así los rencores para tiempos más calmosos y se aprestaba a comerse a los moros.

Dos días despues la expedición arribaba a Alarcos. Lugar donde Alfonso dejara años antes el orgullo y miles de muertos. Diecisiete años antes, con el castillo a medio hacer, sin más gloria que la de haber salvado el cuello en extremis, las tropas almohades habían machacado con relativa facilidad al gureso de su fuerza. Esas ruinas eran su modus vivendi, su objetivo en la vida y la fuente de su venganza. La vergüenza vivida en aquellos momentos en que los árabes pisoteaban la hombría castellana mientras él, con su séquito ponían tierra de por medio había alimentado todos sus actos cómo un fantasme perenne que le persiguiera en todo momento y lugar. A su lado el otro responsable de la derrota, por no calcular bien, López de Haro, alimentaba los mismos sentimientos que su señor. Claró está que la cosa se iba poniendo chunguita. No era lo mismo acometer con todo lo que traian desde Toledo que lo que les quedaba despues que los extranjeros les dijeran "adión muy buenas" en Calatrava. la cosa se ponía cuesta arriba y a lo mejor, lo de Alarcos, se quedaba enano al lado de lo que tuviera que venir.

Si deseas comunicarte conmigo, agregar algo a éste artículo, exponer tu opinión en privado o sugerirme temas sobre los que hablar no dudes en ponerte en contacto conmigo a través de churre_s_peinado@hotmail.com. Gracias.

   

miércoles, 26 de octubre de 2011

Arabes, Sharia y vaselina.

¿Les han hecho alguna vez una lamparoscopia? Es algo curioso. Consiste en meter una sonda con una cámara por el tubo de escape para vislumbrar, en tiempo real y en directo, si tenemos algún problema en las tripas. Así, violan nuestra más sagrada intimidad, poniendo por excusa que es por nuestro bien y para prevenir o encontrar algún mal. Más o menos cómo hasta la fecha nos ha hecho el gobierno. En esos casos, tanto si es el médico por nuestra salud o el gobierno por todo lo contrario el que nos encula es mejor usar vaselina, buena, no conviene escatimar en eso, de mejor calidad y mucha mayor cantidad. Doler nos va a doler, pero pasará mejor, con suavidad al menos.
Eurabia.

Digo esta alusión a la vaselina porque tal y cómo se avecina la cosa nos va a hacer falta. Mucha. A los hombres porque nos van a dar para adelante y para detrás y a las mujeres por que les va a tocar sufrir diez veces más. Y es que gracias a nuestra libre Europa, politiquísimamente correcta, laica y morcillona, el Islam está penetrando a marchas dobles en nuestros queridos paises occidentales mientras miramos para el otro lado. De hecho, según leo hoy en la prensa hay ya barrios enteros en Gran Bretaña y Dinamarca donde la peña no se rige por la Constitución o las leyes, sino por la Sharia, cómo si estuvieramos, es un decir, en un suburbio de Teheran.

Si, sólo son un cuatro por ciento de la población total de Europa y éste artículo es tendencioso, maledicente y xenófono, pero ¿Qué quieren que les diga? Primero un cuatro, luego un ocho y luego, con todos los tontos antisistema, perroflautas y alternative, un cincuenta por ciento y entonces ya será imposible recular. Eurabia habrá llegado y muy probablemente nos veremos cómo Pelayo, escondidos en una cueva pensándonos salir, no sea que una de esas Razzias de los moros nos rebane los minglanillos y de paso el pescuezo. Como a gallináceas preparándolas para hacer caldo.

Politicamente incorrecto.

Hemos querido hacer de Occidente la panacea a todos los males que han afectado al Hombre desde el inicio de los tiempos. Hemos querido ser los más laicos, los más liberales, los más igualitarios y eso, a ojos de enemigos potenciales, que lo son, cómo el Islám nos convierte en los más imbéciles, los más débiles y los más pardillos. Sólo porque donde nosotros damos la mano y entendemos amistad ellos interpretan debilidad. Donde nosotros entendemos solidaridad, ellos entienden que se lo merecen más que nadie. Donde nosotros vemos a un pueblo con el que entendernos, ellos ven a un pueblo que se les desea someter.
No es cuestión de xenofobia o cualquier otra milonga que nos venden las sobresubvencionadas ONGs que meten inmigrantes y los defienden cómo si los naturales fuéramos el demonio. Es cuestión de que ellos no aceptan nuestras costumbres, no aceptan nuestras leyes ni aún cuando están en nuestra tierra. Por eso ellos triunfan cada vez que abren una mezquita aquí, porque allí, en su país, donde ellos no quieren entrar, abrir una iglesia católica es simplemente que te lapiden sin compasión. No estoy en contra de ninguna raza, cultura o credo, pero ésto es Europa y cualquier cosa que intente sobreponerse a la Constitución de un país debe de ser motivo de intervención, urgente y a poder ser desproporcionada, tal y cómo lo harían ellos, que sino es que nos comen.

Recuerden. Segunda Generación.

Europa ha susistido siempre por la fuerza militar. No estoy haciendo un llamamiento a nada violento, sino a una reflexión, pues el Islám comenzó su lento pero constante penetrar ennuestras sociedades. La problemática no es ya que llegue un inmigrante, sino que ese inmigrante tenga hijos nacionalizados. Con esa regla de tres, un nacional islámico, gracias a nuestras permisivas leyes, puede exigir cosas que, tan sólo hace cincuenta años serían impensables y conducirían a una respuesta contundente tanto de las autoridades cómo de la ciudadanía.

La invasión ya se está produciendo. Cuando consigan penetrar en las instituciones la habremos terminado de cagar porque podran empezar a legislar siguiendo la Sharia, y les aseguro que no nos va a gustar. Al menos yo veo a una mujer con chador y ya no veo a esa persona de otra cultura que viene a buscarse la vida sin crear problemas. Veo a una fábrica de vectores estratégicos para el transporte de bombas. ¿Exagerado? Ya lo verán y entonces será tarde para lamentarse.

Si deseas comunicarte conmigo, agregar algo a éste artículo, exponer tu opinión en privado o sugerirme temas sobre los que hablar no dudes en ponerte en contacto conmigo a través de churre_s_peinado@hotmail.com. Gracias.

martes, 25 de octubre de 2011

Daoiz y Velarde.

Si bien los nombres que abren éste artículo son los de los dos heróicos capitanes que les enseñaron los dientes al invasor Fránces en el alzamiento popular madrileño de mil ochocientos noventa y ocho, no va dedicados, directamente a ellos. Para eso habrá tiempo, porretazos de teclas y ganas en otra ocasión. Indirectamente esos dos hombres, que la mayoría de mis compatriotas no conoce corresponden a dos figuras que si que conocemos todos. Desde los más enanos a los jubilados más viejos, pues estamos hartos de verlos, en directo, en la tele, en la prensa...

Un nuevo Congreso para un viejo País.

Unos años después de que Napoleón probara su propia medicina en territorio español, pasada la ignominia de la independencia américana, vía conjura y masonismo internacional y finiquitado "El Deseado" más indeseable y reinando su hija, la promiscua, pero Reina al fin y al cabo Isabel la Segunda (que nada tenía que ver en virtud con la Primera), se inaguró en Madrid, en la Carrera de San Jerónimo, a un tiro de piedra de Neptuno, el edificio Villanueva y los Jerónimos el flamante y nuevo edificio del Congreso. El hemiciclo donde hoy, como ayer, nuestros queridos próceres pierden el tiempo se encontraba detrás de las enormes puertas que se alzan tras columnas dóricas y, flamqueándolas, en sendos pedestales a ambos lado de la breve, pero contundente escalinata se colocaron dos farolas grandes de narices. Corría el años mil ochocientos cincuenta.

No obstante, los diputados que, resolviendo los problemas del país no eran demasiado hábiles pero para cuestiones estéticas si que parecian estar muy dotados se quejaron al poco tiempo de lo mal que quedaban los farolones. No parecían éstas demasiado acordes con el frontispicio de corte clásico y fueron enviadas al chatarrero mientras se pensaba en que leches poner en su lugar. Tendría que ser algo acorde con lo ¿importante? de la Institución que flanqueaban y por supuesto potente, algo cómo decir, "Aquí reside la soberanía nacional, asi que cuidadín".

Una solución Bestial.

La idea fue colocar dos estatuas que no desmerecieran del lugar que debían ocupar y que, al fin y al cabo era el lugar donde residía la soberanía popular. Así que miraron en la nómina de artistas de la época y mirando mucho la "pela", pues no estaban las arcas paramuchos dispendios echaron mano del mismo escultor que había realizado el frontón de la molona institución. Así estaría todo a juego. El escultor en cuestión era Ponziano Ponzano y Gascón, que a pesar de su nombre, era español, mañico por más señas y que había realizado un frontón que atendiera a la siguiente descripción:

"España abrazando la Constitución del Estado y rodeada de la Fortaleza, la Justicia, las Bellas Artes, el Comercio, la Agricultura, los Ríos y Canales de Navegación, el Valor Español, las Ciencias que contribuyen al desarrollo de la Industria y la Navegación, la Abundancia y la Paz".
 
Ahí es nada. Cómo al hombre no se le debía ocurrir nada al final saltó la liebre y alguién propuso que hiciera dos leones. Dos mininos a lo bestia que no supusieron sino un patatús para el pobre Ponziano. El escultor era de natural supersticioso y aseguraba que traía mala suerte. Algo de razón había de tener, pues fregó la olla, yéndose para el otro barrio el quince de septiembre del setenta y siete de hace dos siglos. Pero no adelantemos acontecimientos.
Sin un duro.
 
España, ya por aquella época, disfrutaba de la suspensión de pagos a lo español, ésto era, sin un jandón y sin intervención más allá de lo que dijera el Banco de España a instancias del gobierno. Asi las cosas se le pidió a Ponzano que hiciera el tema en algo que no fuera demasiado caro. Rápido y barato para más señas. No hay muchas cosas que se puedan acometer a tal fin para esos menesteres y el zaragozano hizo dos piezas en yeso recubierto de pintura de acabado bronce para dar el pego y que los que pasaran por la calle admiraran una fachada cómo Dios manda. Lo malo es que lo barato termina resultando caro y, con el paso del tiempo, la primavera lluviosa, el verano cálido, el otoño cambiante y el invierno gelido, al cabo de un año las piezas estaban hechas unos zorros. Tanto que más de uno empezó a preguntarse sino habría sido mejor dejar las faroles, ya que al final había resultado bastante peor el remedio que la enfermedad.
Asi las cosas le pusieron el tema muy clarito a Ponzano. Le dijeron que se llevara esa birria y que pusiera dos leones, grandes, fieros y de bronce fundido, a lo que el escultor respondió presentándoles un presupuesto desorbitado. La cuestión en sí no era la ejecución de la obra sino el coste del material. Dicho en plata, el bronce estaba por las nubes y si el estado no se rascaba el bolsillo o yeso o nada. La consecuencia fue la destitución fulminante de Ponzano, que se largó a hacer bustos y panteones y la adjudicación de la obra, por dedocracia, a José Bellver. La solución fue emplear piedra, hacerlos más pequeños y poner tierra de por medio. El resultado dos pequeños leones que apenas se veían y que resultaron la chanza de los madrileños. De mando al guano al escultor, se revendieron a mal precio los perr... esto, los leones, que andan hoy en día por Valencia y se comenzó a valorar de nuevo ir al chatarrero a recomprarle las farolas.

Solución a la española.
 
Al final el marrón le cayó al Ejército. De ahí debería salir la solución al fregado del Congreso. Cosa que muchos militares no terminaban de ver. Y fue gracias a eso que, cómo suele pasar en éste país, se solventó el problema del material. Corrían en aquellos años aires de guerra sobre los tdíscolos erritorios españoles en Marruecos. En el año sesenta y más concretamente en marzo, nuestras tropas le habían pulido el lomo al sultán Muley Abbas en Wad Ras, obligándole a firmar el Tratado de Tetuán, dando por finalizadas las hostilidades y asentada la posición española en el norte de Abajo. Para justificar los sueldos gastados en defender aquel terruño se habían traido unos cañones en plan de suovenir que, casualmente, eran de bronce y más antiguos que el mundo.
El problema era que, ahora que había material, no había maquinaria para moldearlo, pues la única institución a cargo del contribuyente capaz de fundor bronce de procedencia militar era la fábrica de artillería de Sevilla y la verdad es que con los recortes no andaban muy sobrados para llevar a cabo tal actuación. Alguién se le ocurrió sugerir mandar el bronce a Francia, que allí hacían unas cosas monísimas y por poco está aún corriendo. La reina no estaba muy por la labor de darles trabajo y dinero a los que nos habían invadido hacia apenas cincuenta años, nos habían espoliado, fastidiado el imperio y enviado a la Edad de Piedra de una patada de la Grande Armee. Por sus ovarios que los Leones se hacían en Sevilla, según la soberana que tiraba jarrones y otras cosas a todos los que insistian en la opción francesa.

Al final y sin embargo, dos leones.

Al final hubo que bajarse los pantalones y volver a llamar a Ponzano que, a pesar de su atávico temor a esculpir animales supervisó la obra en la referida Fábrica de Artillería de Sevilla. Así, habríamos hecho honor al espíritu de la chapuza nacional, haciendo un logro de algo que habíamos pillado por casualidad. Lo mismo si hubiéramos perdido en Wad-Ras, y nos hubieron hecho la Wad-rrada, a éstas horas los leones serían de plastilina. El caso es que se acabaron y colocaron en su lugar y se identificaron, ahora sí, con los nombres de Daoiz, el de arriba y Velarde, el de abajo. Eso en lo oficial pues la rápida coña castiza los nombraría, para el pueblo, Benavides y Malos pelos.
 
Corría el año sesenta y cinco y los dos leones ocuparon su lugar cómo vigilantes del nuevo edificio dedicado a la cámara baja. No faltó quien insinuó que no sería muy correcto que dos leones, elaborados con material traido de una contienda militar, representara a la soberanía nacional. A ese listo habría que haberlo mandado a Rocroi cuando se decidían las cosas a golpe de pica. Al final quedaron cómo los vemos hoy, vigilando la vida social, economica y sobre todo política con la cara que a todos se nos pone cada vez que encendemos la tele, con la boca abierta y las fauces listas para morder lo primero que pillemos.

Si deseas comunicarte conmigo, agregar algo a éste artículo, exponer tu opinión en privado o sugerirme temas sobre los que hablar no dudes en ponerte en contacto conmigo a través de churre_s_peinado@hotmail.com. Gracias.

Lo que le debo a la eta.

Hace unos días decidí dejar de escribir el nombre de las siglas de esos anormales en mayúscula. No lo merecen. El desprecio que me provocan es parejo a la pena que siento por ver a mi país humillado, inutilizado y vendido por aquellos que dicen representarnos. Es parejo a la indignidad de la siniestra ideológica que sólo busca medrar en el control de las masas. Es parejo en la reiterada humillación de las víctimas. De sus familias. De sus amigos. El desprecio que yo siento es parejo con el que nos ha tratado, durante cuarenta años a todos, la eta.
Por eso yo a la eta no le debo nada. No tengo porque pagarle ningún precio. Ni político, ni social. La eta no tiene ninguna validez cómo negociador válido ante una sociedad a la que ha golpeado una y otra vez. La prisa que el gobierno se está dando para justificar la excarcelación y acercamiento de presos es sólo producto de ésta creencia. Y de su ideología, la que ambos comparten.

Yo, una víctima.

Por lo que a mi respecta, soy una víctima más de la eta. Soy un español. Soy una persona que ha vivido la locura del terrorismo. En las noticias, en los rumores, en los reproches callados. Soy una víctima por cuanto la eta me quiso matar. En un día doce de octubre. Con un coche bomba en los aledaños de los Jardines del Descubrimiento. Con miles de personas. Con políticos, millitares y civiles. Niños y ancianos. Todo tipo de personas que pudieron morir aquel día. De manos de esa escoria que se autodenomina la voz del pueblo vasco.

Sería tedioso para los cómplices de los asesinos, aquellos que ostentan el poder, que derraman lágrimas de cocodrilo, citar a cada una de las víctimas. Es más sencillo hacer tabla rasa. Borrón y cuenta nueva. Dejar de lado más de ochocientos muertos. Familias destrozadas. Vidas rotas. Y seguir adelante de la mano de esos asesinos, de esos criminales que cesan en la violencia porque están tan cercados que prefieren callarse, pasar de largo, a certificar su defunción.

Consecuencias. Ya.

España no debe pagar a traidores. Nadie que sea digno de ostentar el glorioso título de español debe consentir ésta afrenta. Las víctimas lo fueron, no lo olvidemos, por ser servidores del orden público, por ser miembros del estado que tanto odian esos vascos indignos o simplemente por estar en el sitio equivocado en el momento erróneo. Si Blas de Lezo, dignísimo héroe de España supiera que se ha hecho en su tierra seguro protagonizaría fantasmal vendetta contra esos anormales de cerebro podrído, ideología nefasta y putrefacto corazón que ni piensan ni valoran y sólo se guían por su instinto animal.

Ni perdonamos, ni olvidamos. La eta no se ha rendido. No ha entregado las armas con las que sigue amenzando el estado de derecho.  No ha pedido perdón, cuando menos a aquellas personas que murieron cómo daño colateral. No ha entregado a sus asesinos, a sus pistoleros. No ha pasado nada de eso y ya se alzan, vociferantes, las voces que piden generosidad con los asesinos. ¿Qué generosidad reciben las víctimas, todos los españoles? El dia que la eta decidió perdonarnos la vida fue el día más ignominioso para España. Fue el día que nuestro asqueroso gobierno rindió la plaza, arrió la bandera y ofreció nuestro culo para uso y disfrute de los etarras.

España no se rinde.

Concluyo mi alegato diciendo que España no se rinde. Que el gobierno nefasto, destructor de nuestra esencia y nuestro país, que ha carcomido los cimientos de nuestra convivencia por puro interés partidista deberá rendir, más tarde que temprano, cuentas ante el pueblo al que ha traicionado. La eta ha vencido, pero España no se rinde. No se puede rendir. Porque rendirse en ésto es dar la razón a los que dicen que no sómos siquiera un país. Que España fue un malogrado invento de los Reyes Católicos. Esos que habrían sabido tratar el terrorismo cómo merece, condenándolos de por vida a galeras. España no se rinde, al menos, en mi nombre, NO.

 Si deseas comunicarte conmigo, agregar algo a éste artículo, exponer tu opinión en privado o sugerirme temas sobre los que hablar no dudes en ponerte en contacto conmigo a través de churre_s_peinado@hotmail.com. Gracias.

lunes, 24 de octubre de 2011

De enseñas españolas...

Si hay algo que distinga a un país,  a parte de las ciento y una mil cosas que se hacen en él, ya sean culturales, sociales o políticas, eso es su bandera. La Bandera es la esencia de un país. Emociona verla izarse entre los acordes del Himno nacional. Emociona besarla cómo simbolo de adhesión al ideal que representa. Su adoración dignifica al ciudadano y lo consagra al servicio de la entidad superior que se ve impresa en sus colores. Ver ondear la Bandera debe de ser motivo de estímulo y de integración. La Bandera es el espíritu que cada uno llevamos dentro y con el que nos identificamos. Esto para mi, es lo que significa un trapo de colorines no muy distinto a cualquier otro tipo de trapo que pende de un palo en edificios oficiales. En particular esto significa para mí la Bandera de España.

Banderita tu eres roja...

Nunca hay que confundir la Bandera, simbolo inalienable del país, con las armas que porta, que pueden simbolizar a una república, una dictadura o un reino. Las armas, ésto es, el escudo, pueden cambiar con el tiempo o incluso desaparecer, pero la bandera suele permanecer, al menos en lo que respecta a nuestro pais y con alguna escasa excepción en que alguna banda se ensancha, otra se estrecha y la de abajo cambia de color. Nada es perfecto.

Corría el caluroso día veintiocho de Mayo de mil setecientos ochenta y cinco cuando el mejor alcalde de Madrid, Carlos III, dotaba a la Marina de Guerra Española, la Real Armada,  de su primera enseña totalmente diferenciable. Hasta entonces la bandera que identificaba a nuestra flota, que no a nuestro país (haciendo un inciso, cada unidad militar solía tener una propia distinta del resto, coincidiendo únicamente en las armas que portara la misma y que solía ser la del monarca reinante), no se diferenciaba mucho de otras usadas por los buques de países gobernados por Borbones. Éstas banderas eran de color blanco y portaban las armas del monarca de cada país. En nuestro caso blanca, con la cruz de Borgoña y las armas de Carlos el Tercero. La cosa tenía cachondeo pues por muy buen vigía que tu fueras a ver cómo distinguias, a tres millas si el escudo que llevaba el puñetero barco que escoraba a babor con sus cañones relucientes y en posición de ataque, era propio o francés, nápolitano, toscano, de Parma o de Sicilia. Era todo un follón y cómo no las tenías todas contigo pues a dar la voz de alarma y esperar acontecimientos. No fuera que el tipo no fuera español y te pillara en bragas.

Cuestión de cruces.

Antes de ésto, todo era más simple. Veias venir unos tíos con cara de mala hostia y un trapo blanco con una "x" cómo en las quinielas y ya sabias que te había tocado el gordo. O lo que es lo mismo, que te iban a meter la pica por donde no te daba el Sol. aunque en el Imperio no se pusiera. Eran las armas de Borgoña bajo la cual conquistamos el mundo. Nuestros Galeones cruzaron los oceános portándola orgullosos. Los gloriosos Tercios Españoles hicieron flamear ésta bandera en todas la batallas en las que participaron. La Cruz de San Andrés, que componía el blasón, simbolizaba los dos leños sobre los que el santo fue martirizado en Patrás. Era un aspa de color rojo que representaba los nudos en el lugar en que habían sifo cortadas sus ramas, con sus picos hacía arriba. No deja de ser curioso que su procedencia fuera, cómo la actual bandera, de origen gabacho. Digo la actual y que nadie se me mosqueé porque Carlos Tercero era Borbón y cómo tal de procedencia gabacha.

Y es que inicialmente la Cruz de San Andrés la blandian los Borgoñones. Se les ocurrió durante la Guerra de los Cien años, ya que el patrón de Borgoña era este santo. Juan Sin Miedo la introdujo y después el guaperas de Felipe el Hermoso que la traía cómo emblema de su guardia, borgoñona, la introdujo cómo enseña real. No debió gustar mucho en la corte, pero quedó en sustitución de las armas de Castilla y Aragón. Éstas que, en tiempos de los Católicos Jerifaltes Isabel y Fernando, Tanto monta, Monta tanto, eran la enseña del aún incompleto puzzle español.

Cruces de paño blanco.

Después, el aspa se actualizó, como diriamos ahora. Estuvo invariable hasta mil setecientos uno, fecha en que el pelele de Felipe V la cambió por el paño blanco con sus armas personales. En mi opinión una cagada, pues se daba carpetazo a dos siglos de gloriosa tradición militar en la que se había conquistado un cuarto del planeta bajo esa enseña. Pero no sufrais, amiguetes, el aspa pervivió. Primero como contrapunto a las armas de los Reyes. Tradición que se conserva en los estandartes de Juan Carlos y de Felipe. Luego la pudimos ver a posteriori cómo señal distintiva en el Bando Nacional durante el mando del General Franki Franco. En la actualidad como soporte de los distintivos de las Fuerzas aArmadas Españolas y símbolo en los timones de dirección de las aeronaves de combate. Curiosamente se conserva tambien en alguno de los monumentos que nos afanaron los gringos, cómo el Castillo de el Morro de San Juan de Puerto Rico.

Roja y gualda y no hay más.

Pero cómo decia al comienzo, el pañito blanco de las narices suponía un follón de agarrate y no te menees. Tenía menos futuro que una república en España. Viéndo que era un quebranto el tercer carlos tuvo la genial idea de convocar un concurso para ver que se podía hacer. De doce pretendidos intentos eligió dos. Uno para la marina de guerra, que es el que conocemos actualmente y otro para la marina mercante que consistia en un paño amarillo con dos franjas rojas longitudinales. Una bandera mas chula que el punteras. Roja y Gualda, que es un amarillo asi como suciete. Carlitos lo dejó así refrendado:

Para evitar los inconvenientes y perjuicios que ha hecho ver la experiencia puede ocasionar la Bandera Nacional de que usa Mi Armada Naval y demás Embarcaciones Españolas, equivocándose a largas distancias ó con vientos calmosos con la de otras Naciones, he resuelto que en adelante usen mis Buques de guerra de Bandera dividida a lo largo en tres listas, de las cuales la alta y la baja sean encarnadas y del ancho cada una de la cuarta parte del total, y la de enmedio, amarilla, colocándose en ésta el Escudo de mis Reales Armas, reducido a los dos quarteles de Castilla y León, con la Corona Real encima; y el Gallardete en las mismas tres listas y el Escudo a lo largo, sobre Quadrado amarillo en la parte superior. Y que las demás Embarcaciones usen, sin Escudo, los mismo colores, debiendo ser la lista de enmedio amarilla y del ancho de la tercera parte de la bandera, y cada una de las partes dividida en dos partes iguales encarnada y amarilla alternativamente, todo con arreglo al adjunto diseño. No podrá usarse de otros Pavellones en los Mares del Norte por lo respectivo a Europa hasta el paralelo de Tenerife en el Oceáno, y en el Mediterráneo desde el primero de año de mil setecientos ochenta y seis; en la América Septentrional desde principio de julio siguiente; y en los demás Mares desde primero del año mil setecientos ochenta y siete. Tendréislo entendido para su cumplimiento.

Señalado de mano de S.M. En Aranjuez, a veinte y ocho de Mayo de mil setecientos ochenta y cinco.
Vamos que lo dejaba clarito con el agua, bien descrito para que no hubiera fallos ni confusiones ni nada de nada. Que no pillara el un barco con otro pabellón porque sino al capitán le iban a colgar de los juenetes en la verga mayor. El pabellón nos fue dado por el Rey cómo nos fue dada la Marcha Granadera, germen de nuestro actual himno nacional y del que hablare en otra ocasión. Ese fue uno de los mejores Reyes que estuvo España y quizás el primero que nos infundió cierto orgullo nacional, quebrantado vilmente por sus sucesores.

De la Armada al Ejército y de ahí... al infinito.

El caso es que el tiempo fue andando y la bandera fue cogiendo impulso. En mil setecientos noventa y tres se vió que la enseña molaba bastante y se ordenó, que pendiera, de ordenanza en todas las fortificaciones y puertos, lo cual la avalaba cómo futura enseña nacional si bien seguía siendo aún el pabellón de la Real Armada. El logro que afianzaba la bandera como enseña nacional fue la Ordenanza de mil ochocientos cuarenta y trés dada por Su Majestad Isabel II por la cual sustituía las banderas de cada unidad que variaba según las mismas cómo dije anteriormente, adoptándose el diseño de Carlos III y convirtiéndose, de facto, en la nueva enseña nacional, por lo que cómo bandera es bastante reciente ya que en dos mil trece cumplira ciento sesenta años. hay que hacer la diferenciación oportuna, de mil setecientos ochenta y cinco la bandera existió cómo pabellón de la Marina. En mil ochocientos cuarenta y trés y con motivo de su adopción por el Ejército de Tierra se constituye en enseña nacional.

La Bandera de España ha permanecido inalterable durante todo este tiempo. Unicamente ha ido variando el escudo que portaba y del que ya hablaré en su momento. Variaban los cuarteles, el escudo, con o sin columnas, con o sin corona real, con o sin corona mural. La bandera, sin embargo, continuó siendo la Rojigualda a excepción del corto periodo de cinco años anterior a la Guerra Civil. Durante el mismo y sin ningún rigor histórico y con dudoso gusto vió sustituida su banda encarnada inferior por otra morada. Según se decía representaba a los comuneros de Castilla que portaban una bandera morada durante su sublevación a principios del Reinado de Carlos I. Luego resultó que los comuneros no habian portado una bandera con ese color y resultó más un intento por modificar el caracter monárquico de la enseña y respaldarla de cierto rigor histórico, por otro lado infundado, que otra cosa.

Genio y figura por su hermosura.

Yo, por si acaso, seguiré gustando de nuestra bandera de toda la vida. Una enseña visible en lontananza, con fuerta y carácter de siglos. Trapo que enarbola los dos cimientos que hicieron grande al Imperio Español. Por un lado la sangre de los héroes que lo forjaron y por otro el oro que traían los buques que la enarbolaban desde La Habana hasta Cádiz. Cómo dice la copla: Banderita tu eres roja/Banderita tu eres Gualda/llevas sangres llevas oro/en el fondo de tu alma...
 
Si deseas comunicarte conmigo, agregar algo a éste artículo, exponer tu opinión en privado o sugerirme temas sobre los que hablar no dudes en ponerte en contacto conmigo a través de churre_s_peinado@hotmail.com. Gracias.

Darle Caña a ésto: