Su dinero invertido en la Embajada Katalana en Cabul. Upsss. |
Según publica hoy el diario Libre Mercado en su edición digial, Cataluña sigue su deriva hacía el abismo de la bancarrota. El otrora motor económico que tantos insultos nos mereció a los andaluces, siendo perro o vago el más suave, navega a la deriva al cascar, su anterior presidente, andaluz, el timón con el tripartito. El actual gobierno de la Generalidad parece no saber hacer mucho mejor las cosas. Pensando que el ciudadano medio cobre con la identidad, el catalán y cualquier parida que se aleje de lo español, se dedica al hundimiento taxativo de una sociedad en la que el charnego deberá coger de nuevo las maletas, quien sabe si para volver del lugar del que partió. La basura es fácil de producir pero díficil de eliminar, sobre todo si no se hace de forma selectiva. Lean y asombrénse, sufridos pagadores de impuestos:
La Generalidad no puede pagar a su bonistas y se ve obligada a refinanciar su deuda a un coste histórico de hasta el 10,5% a dos años.
La nueva emisión de bonos patrióticos de la Generalidad catalana tiene mucha más enjundia que la que se preveía en un primer momento. Hace ahora casi un año, el anterior Gobierno regional, presidido entonces por el socialista José Montilla, se lanzó a la emisión de deuda a muy corto plazo destinada a particulares para poder afrontar pagos ante la grave falta de liquidez que presentaban sus cuentas. Por entonces, pese al evidente riesgo que presentaba tal emisión, la Generalidad logró colocar hasta 3.000 millones de euros en bonos a un año, aunque a un coste total muy elevado, del 7,75% para los contribuyentes (4,75% para el bonista y un 3% de comisión para las entidades colocadoras).
Doce meses después, y ante la imposibilidad de poder hacer frente a los pagos (la primera emisión vence el próximo 21 de noviembre) el Gobierno regional ha decidido refinanciar (pagar deuda anterior con deuda nueva) mediante una nueva emisión de bonos patrióticos. Ahora pretende captar entre 3.000 y un máximo de 4.000 millones para poder pagar el principal y los intereses de los primeros bonos patrióticos. Sólo que ahora el coste será, incluso, superior. En definitiva, esta operación demuestra que Cataluña, presidida ahora por Artur Mas, trata de renovar deuda para no suspender pagos.
La Generalidad de Cataluña se ha puesto en contacto con las entidades financieras que participaron en la emisión de finales de 2010 para comunicarles que tiene la intención de renovar su deuda y ampliar el plazo de la misma. Las condiciones concretas de la nueva emisión, a las que ha tenido acceso Libre Mercado, son las siguientes:
- Vencimiento: la Generalidad amplía el plazo de los bonos y propone dos vencimientos, a 12 y 24 meses.
- Remuneración: los tipos aplicados serán del 4,75% a 12 meses (al igual que la primera emisión) y del 5,25% para los bonos a 24 meses.
- Comisión por aseguramiento: las entidades colocadoras percibirán un 1,25% de comisión si aseguran un importe igual o superior al vencimiento, con un mínimo de 10 millones de euros. Asegurar la emisión significa que en caso de que no haya suficientes inversores particulares, la entidad compra los bonos que no se hayan vendido.
- Comisión de venta: la comisión de colocación tiene una remuneración distinta para las entidades en función del tramo que coloquen. Es decir, mientras que la comisión de colocación para el plazo de un año es del 0,5%, la comisión por la colocación del tramo de 24 meses asciende al 2,5%.
- Comisión por dinero nuevo: 1,5%. Esta nueva comisión será aplicable "a todas las cantidades, tanto aseguradas como no, que se aporten por encima de la cartera que vence o de 20 millones de euros para nuevos participantes", según el escrito oficial enviado a las entidades.
Las nuevas condiciones de la emisión se traducen, simplemente, en que la Generalidad premiará a las entidades que coloquen la deuda a un vencimiento de dos años, ya que la comisión final para ellas será de un 3,75% en este tramo (1,25% por aseguramiento más 2,5% por venta), mientras que el tramo de un año se queda en el 1,75% (1,25% más 0,5%, respectivamente).
Pero es que, además, Cataluña ofrece una suculenta comisión extra del 1,5% si las entidades logran captar dinero nuevo. Dicho de otro modo, las que capten más de 20 millones procedentes de nuevos inversores cobrarán una comisión adicional del 1,5% que, sumada al 3,75% aplicable a los bonos a 24 meses, podría alcanzar un máximo del 5,25%.
Y eso sólo para las entidades colocadoras. El coste total para la Generalidad ascendería en este caso al 10,5% en los bonos a dos años: 5,25% de interés para el bonista particular y 5,25% de comisión para el agente colocador. Es un coste histórico, reflejo de la enorme dificultad para vender su deuda regional.
"La Generalidad quiere que le renovemos toda la deuda y que le ampliemos el plazo a dos años. Para ello, sube un 0,5% la remuneración del bono para los particulares -frente al 4,75% de la primera emisión- y eleva al 3,75% la comisión de este tramo", según las fuentes financieras consultadas. ¿Resultado? "Es obvio que no quieren devolver el nominal y, por ello, fomentan que se renueven los bonos a 24 meses; si no, no se entiende que pagen una comisión de hasta dos puntos porcentuales más por colocar bonos a dos años que a un año".
Efectivamente, las entidades se embolsarán ni más ni menos que un suculento 3,75% de interés si tan sólo logran renovar la primera emisión de bonos patrióticos aunque, eso sí, alargando el vencimiento a dos años, un 114% más que si los colocan a un año (1,75%). Pero si, además, captan nuevo capital, la comisión ascenderá a un total 5,25%. Simplemente, es algo inédito y evidencia una "huida hacia adelante", según estas mismas fuentes.
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