Cuando Colón arribó a la isla de Guanahani o donde fuera que llegó en primer lugar la idea del Imperio, la enormidad de España, el orgullo hispánico, se la bufaba. Es así y no hay que darle mas vueltas. Colón buscaba la gloria, el reconocimiento y unos ingentes ingresos a costa del chollo de liderar la ruta de las Indias Occidentales. Luego fue surgiendo todo lo que surgió hasta su máximo esplendor y luego España fue perdiendo cachos hasta llegar a lo que es ahora. Un reino de Taifas cada vez más enfrentadas entre sí mientras los que nos gobiernan trabajan a manos llenas para llenarse los bolsillos y colocar a sus amiguetes antes del inminente cambio de gobierno.
El caso es que hoy, un montón de años después, se celebra, en todo el mundo hispano, el día de la Raza, la Hispanidado o la Fiesta Nacional. Una fiesta que coincide en el tiempo con la de la Virgen del Pilar, patrona de España, Zaragoza y el benemérito instituto de la Guardia Civil. Una fiesta que se desluce por momentos no pudiendo competir en esplendor con el cuatro de Julio norteamericano o francés en los que se echa toda la carne en el asador. Puede ser porque hay paises en los que el patriotismo tiene un peso muy específico. Puede ser porque aqui, cada vez tenemos claro si somos españoles, marroquies, andaluces o marcianos, por lo que es dificil saber que día debemos celebrar esa Fiesta. Tambien puede ser que cómo el verano se dilata no estemos demasiado por celebrar una Fiesta que nos permite irnos a la playa.
Todo ésto viene dado por la desespañolización que el vengativo nieto del republicano que Franco ordenó fusilar en la guerra está llevando desde la Moncloa. Amigo del concepto "discutible y discutido" para España, ha desmebrado la cohesión social con la Ley de Desmemoria Histérica. Ha vendido al mejor postor nazionalista y ha devuelto a ETA, con la que comparte ideología y objetivos a las instituciones. En suma, el gran Melón que ha dejado paso al melón Rugalcalva en la carrera, perdida, hacía la Moncloa, ha cumplido su cometido desestabilizador y ahora se pira, tras asistir al único desfile de su mandato sin oir los pitidos que su perra guardiana se ha ocupado en aislar.
Pero irse no es suficiente, la estela de despropósitos de su gobierno, la corrupción de Pepiño, la inoperancia de un Constitucional politizado en favor de la izquierda abertzale, los estatutos, la crisis y esos cinco millones de parados que han visto volatilizarse sus empleos mientras el gobierno negaba la crisis e inyectaba muchísimos millones de euros de los mismos españoles a los que se les está negando ayudas y prestaciones. Toda una joya de país que sigue enarbolando la bandera de las texis de aquel explotador de Carlos Marx por la cual lo principal es arroba to lo que puedas y generoso no seas.
Hoy el leonés, cuya madre tendría que haberle metido en el fondo de la mina nada más nacer para que supiera lo que es, al menos, trabajar, ha puesto su última cara de bufón del mundo en un desfile denostado, separado de su lugar tradicional, en Colón, sólo por preservar a sus oidos de lo que todo un país piensa de él. El presidente del 11-m, de la manipulación y la destrucción de España havivido su último desfile de la Hispanidad, llevándose consigo todo un país que ha hundido sistemáticamente y dejando paso a un futuro esclarecedor que espero, cómo todos mis compatriotas de bien, goce de la ausencia de la influencia sociopática de la izquierda durante los suficientes años. Feliz Día de la Hispanidad.
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