Hace tiempo que quería dedicar un artículo a uno de los que considero uno de los mayores Traidores de España. En sí ha habido muchísimos de esos que hacen su gloria traicionando a su país y éste era uno de tantos, con la particularidad de que dejó a los demás que hicieran el trabajo por él y sólo salió del cascarón para recoger las glorias cuando en realidad sólo merecía desprecio. El superhéroe de Chávez nació en Caracas, España en 1783 y moriría en olor de multitudes en Santa Marta, Colombia sólo cuarenta y siete años después. Cómo tantos otros en el cortijo hispanoaméricano era de ascendencia española, Vasca para más señas y pertenecía a la hidalguía criolla de Nueva Granada. Ésto ya nos da una pista de lo que era. Sólo un explotador que, limitado por las leyes metropolitanas, deseaba, con otros de su casta, ostentar un poder total sobre toda una zona independiente, cómo caudillo y dictador.
Masón, cómo no.
Era masón, cómo no podía ser de otro modo y aunque era español de nacimiento y se educó en España juró que no cejaría en el empeño de liberar "su" país, por entonces inexistente, del yugo peninsular. Todo ello influenciado por el deseo de más poder, de más riqueza aunque fuera triturando a la población en una serie de nuevas repúblicas independientes y bananeras. Viajó mucho por Europa, en París entraría en contacto con las ideas emanadas de la Revolución cortacuellos Francesa y eso, unido a lo que ya sabía de Locke, Montesquieu, Rousseau y demás peña masónica fue suficiente aliciente para empezar a criar pájaros en la cabeza. No tenía formación militar, pero habiendo conocido al petit Napoleón y Humboldt se juró que no descansaría hasta sojuzgar a su pueblo en lugar de dejar a los españoles seguir en América y vaya si lo logró.
Cómo el muchacho tenía labia supo hacerse con un huequito en la Independencia y se fue trepando a las barbas de los españoles mediante todo un pensamiento basado en escritos y soflamas que justificaba la extinción del imperio para crear una gran república con la que pasar a la nómina del Tercer Mundo y condenar a su población a la guerra crónica, la pobreza y los líderes dictatoriales y corruptos. Todo ello en sincronización con otros adalices de sus propios intereses cómo San Martin.
Cabeza de la Emancipación.
El hombre estaba frito por meter la mano y en el momento en que Miranda pegó el grito de insurrección le faltó tiempo para unirse a él. Corría el año mil ochocientos diez y España estaba bajo el dominio francés. Supondría que las tropas destinadas al continente habrían perdido fuelle y se lanzó a la aventura. La consecuencia es que le dieron la del pulpo y tuvo que salir por piernas dos años después. En mil ochocientos doce lo tenemos en Cartagena de Indias. La inmortal ciudad que viera hundirse a los ingleses bajo otro vasco digno cómo Lezo ahora se convertía en la sede del movimiento traidor por el cual Bolívar incitaba a la rebelión contra el poder legal mediante un manifiesto por el cual se convertía en cabeza del movimiento emancipador. Ahora sólo era cuestión de comenzar a menearse corrigiendo las cagadas, que las hubo y muchas, del primer y fallido intento de revolución en que el ejército español le dió para el pelo.
Segundo Intento de Revolución y triunfo final.
En mil ochocientos trece se gana el título de Libertador dado por el ayuntamiento de Caracas. El chaval le había dado un golpe de mano al asunto y los españoles habían perdido contra sus fuerzas. Eso dió lugar a una acción realista por el cual la zona presuntamente independizada retornó de nuevo a España. Bolivar infravaloraba al ejército español, quizás por conocer al francés que dejaba mucho que desear en cuestiones cómo improvisación y guerrilla. Morillo y Bobes sería el artifice de que Bolivar embarcara rumbo a Jamaica donde los ingleses, de uñas con España a su apoyo en la Guerra de Independencia no dudaron en darle cobijo y procurarle apoyo anímico, económico y militar. Cómo buen masón que era no podía ser menos y pasó dos años, catorce y quince, esperando y pensando cómo volver a por sus fueros.
Lo lograría en última instancia en el periodo que va desde mil ochocientos dieciseís al diecinueve. Ahí nos daría definitivamente por detrás y cesaría el control español en lo que a partir de entonces empezaría a llamarse la Gran Colombia.
El gran pifiazo de Emancipación.
Bolivar era un poquito egocéntrico y aspiraba a formar una inmensa confederación a imagen de Estados Unidos. En verdad lo que pretendía era expulsar a la Corona para hcerse él mismo con el control de todos los territorios continentales. Un pelín avaricioso el muchacho. Una vez liberada Venezuela entonó el "Yes we can" y cruzando los andes le dió a la bayoneta en la Batalla de Boyaca mandando a los realistas cada vez más abajo, hacía el Perú. Eso sucedería en mil ochocientos diecinueve y daría la "libertad" a todo el virreinato de Nueva Granada. Crecido, reunió un Congreso en Angostura, elaborando una constictución para la recién nacida república de Colombia que, a su vez, englobaría además a Venezuela, Panamá y Ecuador. Paises que, cómo vemos ahora, no se llevan lo que se dice perita. Cómo quedaban reductos en Ecuador del molesto español, los liberó junto con Sucre, en la batalla de Pichincha, corriendo ya el año veintidós y siendo nombrado presidente de esa fugaz Gran Colombia.
Por el sur llegaba San Martín, otro traidorcete que, con apoyo inglés, por entonces ya un incipiente Imperio y navalmente superior a España, había "liberado" Chile y Argentina. San Martín era más continuista y, aunque le había dado la patada a España, abogaba por crear trozos monárquicos regidos por principes europeos. Ésto hizo que en la reunión mantenida entre ambos caudillos para tratar de la liberación del Perú chocaran sus intereses. El libertador del Sur marcharía al poco a Europa y el traidor Bolivar quedaría cómo único peón rompepatrias. Partiría entonces para finiquitar nuestra presencia en el cono sur.
Traidor, dictador, que más se puede pedir.
El tridorcete a España se marchó a Perú donde terminaría con los realistas en la batalla de Ayacucho. Sucedida en mil ochocientos veinticuatro, el ejército de Bolivar acabó con el último reducto español en América Latina que había subsistido a pesar de su penosa situación militar por las disensiones internas de los independentistas que no tenían un frente común para oponerse a los realistas. La límpia del Alto Perú culminaría al año siguiente. Bolivar expulsaría a los españoles y crearía un nuevo país, Bolivar. Éste país que sería cómo un gran monumento a su Ego se transformaría con el tiempo en Bolivia que está cómo está gracias a los intereses particulares que éste genio antepuso al bienestar de "su" pueblo. Sería presidente de Colombia en el perido de mil ochocientos diecinueve a treinta), después lo sería de perú entre el veinticuatro y veintiseís y de Bolivia entre el veinticinco y veintiseís.
Al final resultó un pequeño garrulo cómo ese Chávez que tanto lo idolatra. Sus logros militares, generados por vender la idependencia cómo la panacea a los problemas de aquellos territorios en plena invasión francesa resultaron a nivel político un fracaso. España no estaba para nada y la estructura militar en América era penosa. Ésto resultó definitivo para su caida frente a Bolivar. El aprendiz de Emperador, pues intentó hacerse con el poder de manera hereditaria y vitalicia, cómo presidente único, carácter que heredarían los regímenes que nos han llegado hasta ahora, no calculó que los españoles habían calado tanto en América que incluso habían incorporado una de las esenciales carácteristicas de nuestro pueblo. El cainismo.
Mientras el español es capaz de superar el cainismo en pos de frenar a un enemigo exterior, los pueblos de América comenzaron desde el principio a mostrar reticencias de convivir unos con otros bajo el mando de un Señor que consideraban inferios al que tenian antes. De ahí que cada Virreinato siguiera su camino por separado disgregándose finalmente en las repúblicas que hoy conocemos. Cada oligarca local fue tirando para su interés y comenzando a usar, paradójicamente, el idioma español cómo seña de identidad de los recien creados paises para empezar a trillar a los indígenas enpos de los intereses de los criollos blancos. Gracias a Bolivar, los paises latinoamericanos ganaron su independencia y perdieron su libertad.
7 comentarios:
Hola CS, no había vuelto a escuchar la expresión "Perita", creo que desde que estuve en el ejercito.
Bueno este es como Sabino Arana y ademas tan raro o mas que él. Los criollos siguen jodiendo a todos y siendo unos racistas y clasistas. Lo que les pasa, se lo tienen ganado a pulso.
Saluditos.
Pues ya ves. Individuos cómo éste son los que han jodido América Latina al tiempo que nosotros, por explotadores, quedábamos cómo culpables.
Los actuales estados latinoamericanos son herederos de éstos especímenes. Una clase dirigente mínima y rica que oprime a los demás justificándolo con el manido "la culpa es de los españoles".
Me parece que están un poco fuera de época o foco muchachos. En América Latina creo que el tema de la rivalidad americano-española de la época de la independencia quedó en los libros de historia. Ni los españoles son los culpables de todos nuestros males por haber saqueado nuestras riquezas, ni nuestros héroes son traidores a España. De lo que se trata es de afianzar los vínculos de los pueblos de cultura hispánica.
Bólivar no creo que pueda tener el apelativo de héroe ni tan siquiera para los pueblos que "liberó". Algo que no es muy conocido es que su primeraidea no fue la total independencia de la Gran Colombia, sino un tutelaje de otra potencia europea que no fuera España.
¿Adivina cual? En efecto, del Reino Unido que, recién salido de la Guerra de la Independencia no quería más roces con España. Por otro lado, viendo la situación optó por eternizarse en el poder con el apoyo de los criollos, descendientes de españoles y verdaderos interesados en una independencia que les libraba de las leyes españoles en cuanto a explotación de indígenas y riquezas.
Esos libertadores son los que provocaron el tradicional atraso de Latinoamércia con su ambición. Personalmente creo que Hispanoamérica tiene aúnalgunos roces a superar con España pero estoy animoso y confiado en que poniendo de la parte de ambas orillas lograremos un acercamiento óptimo.
Un saludo.
Estamos de acuerdo en lo último, mientras nosotros nos dedicamos a sacarnos las tripas tirandonos por la cabeza los errores de nuestros héroes, yo todavía no he hablado de los españoles ni lo haré por respeto, la cultura anglosajona se nos cuela por todos lados aquí en latinoamerica y aún en la misma España.
En cuanto a los procesos de independencia creo que no hay uno que no contenga contradicciones, sino veamos el proceso que se dió en España a partir de la entronización de José Bonaparte y las luchas que se desataron entre monárquicos y republicanos y entre estos y los franceses y sus acólitos ibéricos.
En cuanto al atraso de las naciones sudamericanas hay algunas teorías sobre la influencia del la cultura y tradiciones españolas para que eso suceda, cosa que yo no comparto. Por otra parte no creo que la explicación del atraso español con respecto al resto de Europa sea una cuestión simple de explicar.
Cualquier discusión es interesante desde el respeto a las tradiciones e historia de cada pueblo. Saludos desde Argentina.
Yo siempre he opinado que cualquier proceso revolucionario lleva inevitablemente a una invoñición moral por parte de aquellos que manifiestamente se ven involucrados en dicha revolución. Se ahí que la mayor parte de esos procesos den lugar a regímenes dictatoriales que, en ligar de mejorar, lo que hacen es empeorar, no sólo el país, sino sus relaciones posteriores internas y externas.
La independencia americana se produjo en un contexto en que España no podía mirar al otro lado del Atlántico porque su propia subsistencia en Europa estaba en peligro. Visto con la perspectiva del tiempo la Independencia se dió cuando se tuvo que dar y no se debe ni se puede mirar aquello más que cómo lo que fue, un fin de ciclo.
Ahora bien, ese final de ciclo tuvo consecuencias nefastas.En lugar de regímenes demnocráticos surgieron regímenes dictatoriales que trataron al pueblo cómo basura. En lugar de progreso surgió atraso. Las consecuencias llegan hasta hoy y no hay que lamentarse. Lo que hay que hacer es recabar esfuerzos y reconstruir una udidad hispánica fuerte, solidaria y que se anteponga con fuerza a lo sajón.
Un saludazo.
Como tu lo has dicho la Independencia de Hispanoamerica era un hecho que se debía dar, ahora bien los cambios sociales, políticos, económicos no se dan por lo general en el marco de la paz, pues los establecido se resiste a desaparecer y lo nuevo tiene que imponerse por la fuerza. No es algo que nosotros podamos cambiar, y a eso podemos darle muchos nombres en mi caso se llama Revolución. Por otra parte me permito citar al sociologo alemán Max Weber que el cual sostiene, acordando con León Trotsky (aparentemente una de las pocas coincidencias), que todo estado esta fundado en la violencia.
En cuanto a la historia latinoamericana, que conozco mucho mejor que la española, seguramente esta llena de contradicciones como la historia española misma, no hay procesos unívocos.
Y, por fin, si creo que podemos estar en desacuerdo en muchas cosas pero la fuerza de lo hispánico en nuestras culturas nos hace hermanar aún en la diversidad o tal vez enriqueciendonos en la diversidad. Uno de mis favoritos, en algún momento devería releerlo, es Azorín y sus semblazas española; con el conocí y soñé con Castilla la Nueva y Castilla la Vieja, conocí Salamanca, Toledo, Córdoba, etc.. Saludos.
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