sábado, 1 de octubre de 2011

España. La Vergüenza Nacional.

El Typical Spanish debe morir.
A la sombra de esa hecatombe que es hoy España y  merced de esa ley política que ha hecho Cataluña en torno al toreo, que no al toro, me dispongo a escribir, con dolor, el presente artículo . Saben aquellos que me conocen que no simpatizo con el ámbito de la tauromaquia. Para mí, matar un bicho, sea el que sea, independientemente de su tamaño, sino es porque la propia vida está en peligro por inanición es, simplemente una aberración. Si esa aberración se prohibe, no obstante por razones políticas, permitiendo que el animal siga sufriendo de cualquier otro modo, es simple y llanamente una canallada. Y no me circunscribo sólo a la Fiesta Nacional (que tanto dice de un país al que hace ya mucho tiempo que no representa), lo digo por muchas otras animaladas cómo matar un toro a lanzazos en Tordesillas o becerros que apenas acaban de dejar de mamar de su madre en algunos pueblos de la Comunidad Valenciana. Así que es cierto, cuando llega el verano a España todo parece revivir, las playas, los chiringuitos, los pueblos. Todo es jolgorio, todo es alegría. Todo es renovación y vida excepto para el noble bruto que conocemos por Toro. Ya no de un morlaco capaz de mandarte a Marte de una cornada, sino de sus crías, de las vaquillas o de cualquier otro animal cuyo maltrato demuestra que no hay más animal que el Ser Humano.

Desde luego es un gusto para la vista.
Dicen los entendidos que el Toro, sin la fiesta nacional, se extinguiría. Cómo si no hubiera estado pastando por siglos allende del Mundo. Es posible que lo que se extingan sean los pingües beneficios que dejan a los empresarios en las plazas, a los toreros, vitoreados por ser unos asesinos que en  cualquier otro país con un mínimo de civilización y conciencia serían denostaodos. El toro se crí para ser asesinado y en ello yo, al menos encuentro una cierta similitud con los  asesinatos en los Campos de Concentración. Dicen los amigos del toreo, de eso que llaman "Arte", que el animal no sufre.  Tampoco debían sufrir los judios cuando, desnudos y despojados de sus pertenencias, eran hacinados en las duchas de Auschwitz para ser gaseados con el Ziklon B. Dicen esos defensores, por fortuna, cada vez más aislados, que es una tradición muy arraigada en el pueblo español y que prohibirla sería como prohibir la paella y la sangría. En mi opinión es algo que  se puede y debe prohibir, cómo salterse los límites de velocidad, fumar en el metro o matar a tu mujer.  Valiente despropósito usar tales argumentos para justificar una fiesta rancia, estúpida y cruel, que indigna al pueblo español y que no representa más que aquellos que viven en un pasado de digno olvido o a aquellos que se llenan los bolsillos a costa de la muerte cruel de un animal.

Esto sería la Justicia, tantos de unos, cómo de otros.
Yo, solo gozo con las corridas de toros cuando el morlaco, uno de esos de casi seiscientos kilos, le mete el pitón al hijo de puta del torero hasta la empuñadura. Si, señores, las cosas como son. Si ese tipejo cobra millones es para eso, para jugársela a cara o cruz. Cara sale bien. Cruz pitón hasta el cuello. Y lo mismo que alegra ver a un animal morir, debiera ser motivo de celebración que el otro animal, el del traje de luces, se fuera al otro barrio con una herida de treinta centímetros. Siento ser tan cruel, pero es ley de vida y elque a hierro mata, a hierro debe morir. Imaginénse ustedes la cantidad de toros sacrificados mediante un picador que le mete la puya hasta el alma. Debilitados por la pérdida de sangre, con sustancias inoculadas para dorgarlo. Con el zahiriente dolor de las banderillas. Pienso que cada uno de esos defensores del "Arte" del toreo debería sentir, al menos una vez en la vida, el placer indescriptible de sentir una baderilla indrustada entre los omoplatos.

Cuando el tonto coge la linde, la linde se acaba y el tonto sigue.
Porque el arraigo de esta fiesta no tiene ninguna justificación y así va despertando en el pueblo. Es un equivalente a los brutales juegos del Circo de la Roma Imperial en los que el natural inculto y analfabeto del pueblo, en el sumo atocinamiento de los expectadores de esa brutalidad y su posterior influencia sobre los países hispanos ha dotado del carácter de tradición. Si consideramos de aberración natural la pena de muerte, los genocidios, la violencia doméstica o que amputen el clítoris a las jóvenes en los países subsaharianos de influencia de la Sharia, ¿Por que gozamos tanto con ese espectáculo cruel?¿Es moralmente asumible ver morir un animal inocente e indefenso para nuestro placer? Si nos duele ver maltratar a un perro. Si nos escuece y deprime atropellar a un conejo en la carretera, ¿Qué impulsa al español medio a gozar y correrse de gusto con las corridas de toros?

Una muestra de arte español indudable, ¿Qué duda cabe?
Yo tengo una opinión. Una opinión de aplicación a esa sobreacumulación de testosterona de los seres que se avienen a ver esa masacre. Incluyo en ella a las féminas claro, a las que causaría pavor ver cómo sacrifican a su hijo pero no cómo muere un animal cuyo único delito es ser negro y tener cuernos. Creo entonces que todo se puede deducir con la antropología y la tipología del macho hispano. Tan macho es que su hombría está por encima de toda duda. Tan viril y fuerte que mujer que pilla mujer que queda satisfecha con su enorme... dialéctica, y después a los toros. Un espectáculo para machos donde ver un animal con más cuernos que él. Porque esa debe ser la razón de tan estúpida afición. Ver como muere un bicho con cuernos a sabiendas que él los tiene tan grandes o más.

Bendita estupidez aunque para algo es buena. Para comprobar que nuestro país, aparte de inculto y analfabeto es de natural cornudo. ¿Que mejor manera de conjurar tus cornucopias que ver como le cascan las suyas al toro? Sí señores, sólo tienen que ver a los especímenes que llenan las gradas de cualquier plaza en un día de corrida, no de la suya, sino del toro. Un compedio de viriles cornúpetos que llenaran el tiempo que no dedican a su mujer y al toro a desgranar en cualquier bar donde huela a macho las últimas pifias de su equipo de fútbol. Genio y figura hasta la sepultura. Así es y así lo hemos contado, miles de cuernos henchidos y viriles para ver cómo, un matarife hechido de "Arte", le da boleto al toro expiatorio.

 Si deseas comunicarte conmigo, agregar algo a éste artículo, exponer tu opinión en privado o sugerirme temas sobre los que hablar no dudes en ponerte en contacto conmigo a través de churre_s_peinado@hotmail.com. Gracias.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sr. CSPEINADO,
No se imagina cómo me entretiene (y me instruye por supuesto)su blog, de él leo todo lo que Ud. escribe, por lo que me he convertido en uno más de sus fans, por lo general no suelo hacer comentarios escritos de toda la literatura cibernética que tanto me ayuda a que pasen rápidas las horas de trabajo en esta oficina que es mi otra casa, (trabajo de 10 pm a 6 am) pero hoy apenas he comenzado a leer este artículo suyo y siendo amante de los animales, supe que le escribiría para decirle de la impresión tan fuerte que me han provocado esas crudas fotos, como buen cunbano, soy un amante de España, los españoles y de su rica cultura, pero me apena muchísimo la testarudez y crueldad quizá inconciente de los que defienden esta práctica y que la consideren como un arte, me duele la mala opinión que da a mi Madre Patria esta cruel y despiadada forma de tratar a esos infelices animales. No habría otra forma de llamarle sino, "La Vergüenza Nacional"
Esas fotos son las que debía publicar la prensa, la TV y cuanto medio de comunicación exista para concientizar y que para de una vez acabar con esta vergonzosa y criminal práctica, que no hace más que promover la ilustre y milenaria Historia Negra contra España.
No estaría nada mal publicar su artículo en Cuba Española.
Saludos desde San Francisco.
Justino Renée Morales

Unknown dijo...

Estimadoo Justino:

Palabras cómo las tuyas son las que ayudan a seguir trabajando en algo tancomplejo, casado y, en algunas ocasiones tan poco estimulante, cómo un blog en el que publicas y publicas sin recibir comentarios a cambio. No obstante, eso es más bueno aún, pues cuando recibes uno tan cordial con éste que me premias, se saborea y agradece mucho más, dando lugar a muchos, nuevos y más variados artículos.

Yo soy español, me siento un patriota y me duele que toquen a mi país, pero tambien soy coherente. No puedo enorgullecerme de una tradición que se base en el sufrimiento, la sangre y la exaltación del triunfo sobre un animal que nada ha hecho salvo tener cuernos y tener mil veces más dignidad que los pretendidos animales inteligentes que lo agreden y matan, o simplemente disfrutan con ello.

Creo que España es grande por muchas cosas, por su Historia, por su cultura, su patrimonio. Tenemos un pasado del que enorgullecernos y sin embargo se dice que cuando Cuba cayó, en Madrid la gente estaba en los toros. Una evidencia más de que a mas estúpidos más a la deriva vamos.

Espero que la coherencia reine algún día y que veamos que un toro es un animal que, si tiene que alimentarnos, que sea sacrificado de la manera más indolora posible.

Pero es fantasear. Los toros mueven mucho dinero y cómo toda industria, lo que menos interesa es que se vaya a pique. Paciencia.

Darle Caña a ésto: