Politica. Politicos en la indigencia.

Al menos alguien se preocupa por nuestro pobres políticos.

Decía hace unos días Joan Rosell que nuestros políticos deberían ganar más. Para quien no lo sepa, el tal Rosell es el nuevo y flamante e in flamable jefazo de los empresarios españoles. Para hablar en plata, el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales o CEOEoeoeoe. Éstas declaraciones, que se la habrán puesto dura a Duran i Lleida que en su día se veía mendigando a la puerta del Congreso (pobrecito catalá pidiendo jeuros en Madrit) me han hecho reflexionar. En sí, la conclusión a la que he llegado es, que en éste país el más tonto hace relojes y si le das un despacho y responsabilidad te puede crear, aunque no sepa para que sirve, una bomba atómica. No digo que éste señor sea tonto.  De hecho debe de ser muy muy listo para llegar a donde ha llegado. Muchos dicen que gracias al empujoncito de algunos políticos (de Polonia precisamente), de hay que les haga la rosca y los ensalce sin pensar que todos, seamos empresarios, trabajadores o parados votamos y que en estos tiempos difíciles el sentido de ese voto va hacia aquel que haga por sacarnos de ésta crisis.

Paguemos más a nuestro políticos, a ver si no tienen que apuntarse.

Para empezar, creo que la CEOEoeoeoe debería preocuparse de lo suyo, es decir, de crear empresa. No de poner una empresa, sino de crearla. Me refiero a que un empresario español pone una empresa en España para forrarse, considera que sus responsabilidades con el trabajador es pagarle y exigirle más de lo que éste puede dar. Ni hablamos del hecho de dar cursos, formación, programas sociales en las empresas. Un empresario pone una empresa para ganar dinero. Hasta ahí andamos de acuerdo. Le recomiendo al señor Rosell que investigue primero a su gente y después opine en consecuencia de lo suyo. Para seguir, el señor Rosell debe creerse con patente de corso para opinar de todo y de todos habíenda cuenta de que ocupa el sillon supremo de los creadores de empleo en éste país. Y los políticos no van a escapar de su opinión que, dicho sea de paso, se la trae al pairo al español medio y a mi, me causa sorpresa por no decir pena.

El chiste lo dice todo.

El señor Rosell insiste en que nuestros políticos deben ganar más. ¿Qué políticos? pregunto yo. ¿Tenemos de eso en España? Que yo sepa lo que tenemos es una panda de ganapanes y politicastros que, en un parlamento decente, no durarían ni diez segundos. Si tienen que ganar más, tendrán que ganarselo ¿No? Empezando por enterarse que ellos sirven al Pueblo y no a la inversa y que todas esas prerrogativas, prebendas y privilegios que arrostran con tantísima chuleria se hace sobre las espaldas de los que trabajamos. Todas esas subvenciones que reparten tan alegremente entre sus apesebrados, tanto de una cómo de otra mano, sale de nuestros bolsillos. Pagamos coches, escoltas, vacaciones, dietas y dondos malversados a cambio de una clase política indigna que, ni sabe hacer política ni sabe dimitir cuando debe de hacerlo.

Especímenes politicastros. ¿Deben cobrar más?

¿Deben de ganar más nuestros políticos? Claro que sí, que ganen más y se paguen las dietas ellos, que vayan con su coche a todos lados y que se chupen su jornada laboral en su puesto, cómo todo trabajador español. Que sean juzgados sin aforamientos y que asuman sus responsabilidades cómo buenos políticos no cómo politacastros, que crean problemas donde no los hay para tapar los que ellos crean. Todo el mundo tiene derecho a percibir una justa retirbución por su trabajo Señor Rosell, un político tambien. Pero un político no es un señor que, sabiéndose un perro muerto se mete en un partido político y trepa a base de peloteo llegando a tener un cargo importante justamente por su incapacidad para trabajar pero por su amplia experiencia en comerselas dobladas. Lástima de Escuela política de París. Lástima de personas sumamente capacitadas para dirigir una nación que tienen que irse a buscarse las castañas a Sebastopol.

Señor Rosell, hágame caso y opine y vigile su CEOEoeoeoe y deje de opinar de las cloacas de nuestro Estado. Esas cloacas son cosa mala para mezclar con su imagen. Imagen que se verá muy dañada si, en un país donde cinco millones de trabajadores que no encuentran trabajo precisamente por las políticas de esos que usted dice que deben de cobrar más, empiezan a verle cómo un chupapollas más poniéndose a la vera del poder fáctico para aprovecharse de un cambio político que se vislumbra próximo. Usted a lo suyo y haga cómo un hombre que gobernó éste país durante mucho tiempo sin meterse nunca en política. Lo solía decir el mismo: "Sino quiere tener problemas haga cómo yo, no se meta en política". Amén.

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