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Cuando el tonto coge la linde, la linde se acaba y el tonto sigue. |
Viendo a los diputados nazionalistas catalanes y vascos que, recordemos, ocupan un escaño por el cual nos representan a TODOS, encaramarse a Daoiz y Velarde para colocarles sendas equipaciones del Athleti y del Barcelona, he sentido verdadera vergüenza ajena. Máxime porque siempre, en ese punto de la Carrera de San Jerónimo, hay un policía que no permite a nadie acercarse a los vigilantes de la Soberanía Nacional, los Leones del Congreso. En primer lugar, con ese gesto se han burlado de todo el Pueblo Español, que ve cómo, a pesar de la mayoría absoluta de un partido presuntamente pro-expañol se nos sigue insultando por las minorías a diario. En segundo lugar, han venido a decirnos que son más que nadie, pues si ningún mortal puede acercarse a Benavides y Malospelos, no sé porque esos señores, por llamarlos de algún modo, se pasa la normativa por el forro de los cojones. Por último, creo que el Jefe de la Comisaría del Congreso debería ser enviado, díos mediante, a la embajada de España en Camboya, por dejación de funciones al no impedir que se mancillen dos símbolos de la Nación.
El símbolo en la Cuerda Floja.
Yo no digo que en España, la patria del antisímbolo por antonomasia, nos levantemos, cómo deberíamos, cada vez que oigamos el himno ni, por supuesto, nos mostremos respetuosos ante nuestra bandera nacional. Eso es de fachas españolistas. Mola más ser anormales separatistas, sucialistas, antisistemas o destructores de todo lo que nuestros ancestros y héroes, esos cuyos restos se revuelven en Rocroi, Cartagena o Alcazaquivir cada ves que uno de esos imbéciles que citaba en el primer párrafo, pone una pica en Flandes. Yo no voy a decir que dejemos de ser los payasos del mundo, donde el gobierno lo es España pero España es una invención efímera en la que quienes más derechos tienen son aquellos que más la atacan. No, no seré yo quien lo diga porque entonces sería redundante y pesado, ya que lo repito sin césar una y otra vez. Ser español es ser Facha y desde luego yo debo ser uno de los más grandes que existen. Los hechos son los que son y a los mismos me remito.
A tal fin, mientras unos intentan recuperar una porción de la perdida Dignidad Nacional poniéndole las cosas claras a Gibraltar en particular y el chocolate espeso a los ingleses en general, otros, que debería estar calladitos, tranquilitos y no hacerse demasiado de notar, se dedican a dinamitar, con la condescendencia y colaboración necesaria del Gobierno y las fuerzas de orden público, la poca dignidad que queda en ese edificio que es la Casa de Putas más grande de España. Al menos de sus hijos, que se dedican, viendo que el Gobierno pasa de su culo, voluntad e iniciativas, a avivar el fuego de la ruptura añadiendo gasolina a un fuego que lleva visos de quemar los árboles que, evidentemente, a éstos imbéciles, no dejan ver el bosque. Y todo por una final de fútbol que ambos grupúsculos de anormales están utilizando como ariete contra una población de millones de españoles que se desayunan, cada vez con más frecuencia, sin saber si son de aquí, de su comunidad, si su provincia es independiente o pertenecen a otro pueblo.
La identidad al Hoyo y el nazionalista al Bollo.
Me hace mucha gracia, macabra, obviamente, que de mis impuestos, los suyos y del resto de compatriotas (que quizás ya no se sienten ni así, tan enfollonado cómo anda la cuestión de la identidad) paguemos unos representantes que lo son de todos pero, que con exhibiciones así, se parten el culo en nuestra cara diciéndonos que no, que aunque les paguemos una pasta, ellos no son nuestros representantes. Siquiera de su región, pues sólo representan a los que les votaron y aún ni a esos. Nuestro sistema de representación lo es total. Aquel que ocupa un escaño habla por la totalidad de la Nación y eso, los nazionalistas no terminan de entenderlo. Esos leones son España y España no es de un equipo ni de otro. España es un ente castigado, insultado que, con gestos cómo el de hoy o cómo el que previsiblemente sucederá mañana en el Calderón, deja a las claras y ante el resto del mundo que ya no sómos más que una sombra de lo que fuimos porque alguién, en aquella malparada Transición, decidió que ser español es ser Facha.
Es cómo todo el tema de los símbolos del franquismo. Recuerdo sin pasión a todos aquellos tarados anormales que, al amparo de la Ley de Desmemoria Histérica, se dedicaron a dinamitar y denunciar todos los edificios con Águilas o escudos preconstitucionales, que no anticonstitucionales. Con tan buen tino que verdaderas joyas heráldicas de tiempos de los Reyes Católicos, sufrieron el vandalismo institucional en aplicación de la referida Ley que, si bien era estúpida, dejó a las claras que, aquellos que la formulaban y aplicaban, lo eran mil veces más. Y esos son los representantes del pueblo. Y eso es lo que nos merecemos porque hace tiempo que cambiamos libertinaje por indignidad y decir lo que nos venga en gana a cambio de no pensar antes de actuar. Es cómo ese globo sonda que dice que los Mozos de Cuadra vendran a hacer niñeras a Madrid de los aficionados que se desplacen desde Cataluña. Es raro que no se desplacen tambien Ertzainas. Sobre todo porque será cómo un guardia civil en Berlin, no servirá para nada fuera de su jurisdicción.
En fín, los colores y nada más.
Con lo españolísimos que sómos cuando gana la Selección (será fachorra) y lo gilipollas que sómos el resto del tiempo. Es cómo si en Alemania sacaran la esvástica cada vez que hubiera una manifa antigubernamental. Aquí salen las banderas comunistas y republicanas. Sin duda dos símbolos de la identidad más libre que ha existido. La primera porque te daba dos opciones, o tragabas o morias, la segunda, porque fue un fracaso monumental que, por desgracia, algunos intentan reeditar por su propia ignorancia. Así es mi España, tontos a espuertas e incultos a vagones que siguen creyendo que todo lo mejor es lo de fuera, sin pensar ni saber que lo que hagamos aquí repercute en todos. Ya no diré que la Bandera de España es lo más. Sólo diré que la Copa del Rey, de España, se entiende, es un trofeo de España y que la juegan equipos españoles, los cuales, en tiempos de la Copa del Generalísimo no habrían tenido los ovoides, ni muchos, ni pocos, de silbar al himno nacional ni al jefe del Estado. Así de cobardes son, se envalentonan por un Estado débil... Y digo yo ¿Qué culpa tendran los felinos de bronce de tanta inmundicia mental?
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