Dicen las malas lenguas que la ETA está acabada. No se sabe si las malas lenguas son de aquellos que necesitan desesperadamente que algo milagroso suceda para poder seguir ocupando el butacón o verdaderamente ese grupo de criminales están rozando, verdaderamente, la desaparición. Según es comidilla de los medios de comunicación el colectivo de presos etarras habría firmado el Acuerdo de Guernica, solicitando a la banda de asesinos que declare un alto el fuego unilateral, definitivo y verificable internacionalmente.
A mí, que he estado a punto de volar a Marte por un atentado de éstos cabrones, que no se les puede dar otro nombre, me hacen sonrojar éstas noticias. El primer culpable de la existencia de ETA son los mismos medios de comunicación. No sé si por ignorancia o por mala leche, se le da una importancia a la banda que los hace más parecer un ejercito en contra de un país opresor que lo que verdaderamente son. Unos muertos de hambre, unos asesinos, unos pelagatos que se creen con derecho a decidir sobre política con la supuesta legitimidad que da ir armados hasta los dientes. Cuando un hecho se defiende por la fuerza, matando a personas inocentes y sin vinculación alguna con el "conflicto", dicha defensa pierde toda legitimidad. Pasa a ser un "movimiento de liberación" a una pandilla de hideputas asesinos, ladrones, extorisonadores y por ende, inútiles e inaprovechables por una sociedad civilizada.
A la ETA no hay que legitimarla. Ni darle bombo. Ni siquiera mencionarla. No hay que darle pábulo y la única manera de combatirla es palo sobre palo. La Polícia Nacional y la Guardia Civil son los únicos mediadores que tienen que haber entre la civilización y los animales que se esconden vilmente tras el tiro en la nuca. Cualquier mención al "conflicto" que no existe, a la "opresión" que parece venir paradójicamente incrustada en el encéfalo de cada uno de éstos descerebrados y a la "autodeterminación" de un territorio que fue castellano desde los albores de los tiempos es hacerle el juego aunos inadaptados que sólo saben hacer daño. A la ETA no hay que pedirle un alto el fuego. Hay que pedirle la disolución total y unilateral, la entrega de las armas, pedir perdón a todas las víctimas, indemnizarlas y cumplir las penas de prisión integras a las que se hayan hecho acreedores. Cómo es algo que no se va a conseguir nunca, leña al mono que es de goma.
Me parece patético que los presos, la Eta, los abertzales o su reputísimoa madre se erijan en representantes de aquellos a los que oprimen con la amenaza de la bomba lapa, la emboscada y el "impuesto revolucionario". La Eta es un animal irracional, es cómo tratar de domesticar a una ameba, es imposible negociar y por supuesto no debe de darse un paso en favor de legitimar sus acciones. De igual modo verificar internacionalmente un conflicto que sólo existe en las escasas neuronas útiles de asesinos de mujeres y niños, es darle una dimensión que no se merecen y, por supuesto, admitir que existen y que son lo que dicen ser, una Banda con capacidad y legitimidad para negociar y poner de rodillas a un Estado y toda una sociedad que está harta de los eufemismos que llaman Movimiento de Liberación a unos muertos de hambre con armas. Un gorila con una granada tiene más responsabilidad que esos que ahora piden lo que en principio, tendrían que haber pedido hace cuarenta años.
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