Crêpes.

La situación política en España está tierna, cómo un crêpe. Mientras los pobres parados van a seguir así durante mucho tiempo, el causante de que ellos esten en esa situación, el gran Felón, se pavonea de que va a ser revisor de nubes en una cómoda hamaca. Para ponerlo a trabajar que se va a quedar el gachón. Debe de hacerlopor simpatía y solidaridad. Con la única salvedad de que mientras los parados andan quemados porque se les acaban los 420 euros, el amigo se va a dedicar a vivir en un chalet de Lujo, con paga vitalicia, coche y personal pagadito por todos nosotros. Un chollo oiga. Y sin hacer absolutamente nada en dos lesgilaturas. Bueno, no, miento, ha arruinado un país, lo ha fracturado, fragmentado y destruido y se ha cargado a su partido, que ni es partido, ni sabe que es ser socialista, que por supuesto obrero no es pues está lleno de perros muertos y por supuesto, lo de español mejor lo dejamos para otra vida.

Mientras el crêpe de la Moncloa se hace a fuego lento, pues el Felón ya anda haciendo el equipaje para su desbandada tras el saqueo, el de Cataluña ya está bien untadito de chocolate. Lo digo pro la cantidad de marrones que se les acumulan y que, creyendo que lo tienen todo controlado (El Catalá lo es tot) les crecen los enanos mientras el circo se les desbanda. Ahora un ayuntamiento de Lérida a adoptado la bandera nacionalista, que no es siquiera la oficial catalana. La estelada sustituyendo a la Senyera, ver para creer. Por otro lado el TSJC ha paralizado lodel catalán ante el recurso de la Generalidad. Arturito no sabe que en tres meses Madrid no dependerá de Cataluña y que se va a comer todo el churretazo. Eso sí, CiU no ahorra esfuerzo en insultar a los padres que quieren que sus niños, tal y cómo establece la Cosntitución, estudien en Castellano. El marrón del crêpe debería ser de chocolate pero francamente huele a otra cosa peor.

Por otro lado el Crêpe nacional, tierno, con su marrón y su nata, o sustancia de similar textura y color que puede ser de procedencia animal, aunque no necesariamente de una ubre, se mueve entre el miedo sucialista andalú ante las encuestas, las cagadas de los politicos que ven cómos e acaba el chollo y el dictamen de la Defensora del Pueblo que, en su memoria indica que los españoles estamos hasta los mismísimos cojones de nuestros políticos, por cuanto son mentirosos, inútiles y sobre todo ladrones, pidiendo al Congreso que se cree una ley (ilusa, lo mejor es una buena guillatina para cortar la mano que entre en la caja) para que se tipifiquen cómo delito esos derroches y desmanes. Eso sí, indica la buena mujer que no se haga con carácter retroactivo, váyamos que no quede espacio en el país para amontonar tanto chorizo y cadaver política. Cómo si no supiéramos cada uno cuantos concejales trincan y en que lo invierten.

Así las cosas el jugoso Crêpe que nos estamos comiendo los españoles, los que nos va a cocinar el FMI y Europa nos va a empachar hasta la neura. Y no es eso lo peor, lo malo es que detrás de éste primer crêpe vienen muchos más, rellenos de marrones y recubiertos y lubrificados pues no se crean que son para comer, son para que no nos duela cuando nos los tengamos que ir mentiendo por donde la espalda pierde su digno nombre.

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