jueves, 1 de noviembre de 2012

El día de los Muertos.

Foto Propia. Sois cómo sepulcros blanqueados...
Para la cultura anglosajona, más dada a desvirtuar todo lo sagrado, de ahí que los musulmanes hayan ya empezado a comérselos por los píes, el título del artículo de hoy no sería nada más allá del nombre de una película de Terror. No obstante, para nosotros, los españoles, el día de Todos los Santos, desde que se instituyera hace ya más de mil años, es una jornada no tanto de Fiesta sino de Reflexión y más en éstos tiempos de crisis donde empiezan a haber casos en que los Camposantos empiezan a verse poblados por nuevos individuos que de forma voluntaria se arrancan el alma porque la vida ya se la han arrancado los bancos. Son jornadas exentas de la tristeza que un día produjo el hecho de la sepultura y prima la nostalgia, la melancolía, el recuerdo de aquellos que no están y el intento de mantener vivo su recuerdo a traves de las miriadas de flores cuya vida se cercena para darle, una nota de color, a los cementerios.

Día de Difuntos.

A mediados del siglo IX, Gregorio IV consagra el día uno de noviembre cómo la celebración de Todos los Santos, para compensar, cómo ya se venía haciendo desde siglos atrás, la ausencia de los fieles a los actos religiosos. En sí era una fiesta que emanaba de alguna pagana del pasado para rendir honor a los que nos dejaron un día cruzando el Umbral tenebroso para no volver jamás. Es por ello que, conociendo éstos términos, puede comprenderse la fascinación de los Cementerios en un día tan señalado cómo el tránsito del mes de Octubre al de Noviembre, inmersos en los primeros fríos, en camposantos recién encalados, con flores de todos los colores y aromas y cientos de miles de velas que nos recuerdan, con el suave tililar de su llama que los restos mortales de aquellos seres queridos que un día sepultamos siguen ahí, de igual modo que las flores, exultantes aunque faltas de vida nos recuerdan la ausencia de alma inserta en las tumbas.

Para mí eso ha resultado siempre la gran paradoja de la vida, intentar alentar la inexistente en esos huecos de podredumbre con velas, flores y limpieza exterior que en nada tienen que ver con lo que esconden los Osarios. La propia miseria humana nos lleva a intentar congraciarnos, en muchos casos, que no todos, con el ser querido fallecido llevándole flores y velas un día al año cuando durante toda su existencia no hicimos otra cosa que causarle daño, desazón o directamente dejarlo de lado en nuestra vida. Es por ello que pienso, quizás no comparta mucha gente mi visión, que durante éste día, afloran más que los sentimientos, las ambiciones y vanidad que, incluso en lo insustancial de la muerte, pretenden ser más que el vecino, sin importar verdaderamente quien está en el nicho, pues el objetivo pleno es ver quien, cómo todo en nuestra miserable existencia, pone más y mejor exornos florales.

El morbo de los cementerios.

Y es que en los últimos años, el morbo de la Muerte pisa con fuerza, máxime si tenemos en cuenta la inmisericorde invasión americana de Halloween donde se desvirtúa la fiesta cómo una onomástica de todos y cada uno de los que nos dejaron en su día para transformarla en una grotesca animación de niños vestidos de mostruitos que olvidan, cómo se han olvidado de tantas cosas, de las raices más mistéricas de una fiesta que se pierde en la Noche de los Tiempos. Una fiesta que de pequeños asociábamos al miedo que infundian en la lluviosa noche unas mariposas flotantes en aceite y de las cuales emanaba una llamita que simbolizaba el alma de los que ya no estaban. Una onomástica de todos aquellos que visitábamos con miedo y expectación en una serie de patios cerrados que no podíamos olvidar en toda la noche propiciándonos, cómo núbiles, nuestra correspondiente pesadilla. Una celebración en la que, en suma, no podíamos descontar las castañas y batatas asadas, los huesos de santo y las veladas nocturnas alrededor de un brasero de carbonilla.

Hoy eso ha dejado paso a lo que ya es una constante en todo el país. Una fiesta, halloween que se creó para ridiculizar la muerte en una cultura, la sajona que por lo que se ve, le tienen más miedo a la Parca porque seguramente la esperanza en la Vida eterna no es una constante religiosa para ellos. Nos traen a los criajos vestidos de fantasmas y plicando timbres que cualquier día se van a encontrar dos tortas bien dadas y las nenas, vestidas de espantajo (más si cabe, pues durante todo el año van que da pena verlas), no hacen sino calentar el botellón con las pintorescas consecuencias que todos podemos imaginar. Aun así y cómo no es suficiente, la visita a los cementerios de las jóvenes cilivizaciones se hace más por la visión morbosa que por el verdadero sentimiento y respeto de los que allí están enterrados sin poder descartar que en fecha tan señalada les atente el deseo de llevar a acabo aquelarres o profanaciones para ser "más guays".

Descansen en Paz.

A pesar del cambio de los tiempos, la Muerte seguirá siendo una constante en todos ellos. Da lo mismo el modo en que se la venere o se la tema, cómo se la quiera ver o enfocar, celebrar u olvidar. El hecho del fin de la vida, más allá de su significado místico o metafísico, es algo tan inherente a la Naturaleza cómo final de los procesos bioquímicos y biológicos que podremos esquivarla diez, quince o veinte años más pero nunca evitarla, por mucho que la neomitología basada en relatos y películas quiera mostrarnos el patio cómo otra cosa totalmente ajena... Mientras tanto, sigamos disfrutando de los huesos de santo y ese olorcillo a castaña asada en los cada vez más exámines hornillos, de leña quemada en los cada vez más incipientes hogares que, preparándose para la temporada invernal van sacando ya mantas, abrigos y jerseys. Ropa que dará abrigo a los vivos pues los fallecidos, los muertos, los difuntos, ya ni sienten ni padecen. Visitémosles con respeto y devoción que hasta el próximo año no tendremos ocasión de vislumbrar de nuevo el exorno floral.

Si deseas comunicarte conmigo, agregar algo a éste artículo, exponer tu opinión en privado o sugerirme temas sobre los que hablar no dudes en ponerte en contacto conmigo a través de churre_s_peinado@hotmail.com. Gracias.

20 comentarios:

Anónimo dijo...

Para mi es un día bonito. Los primeros años duele claro, pero luego es un día en que recuerdas a tus antepasados caídos con cariño y cada año que pasa incluso con admiración. Supieron sobrevivir y crear familias en tiempos muy difíciles y eso ya es un merito y un sentido para sus vidas que ya quisieran muchos.
Saluditos.

Josito dijo...

Por desgracia, todo lo religioso, lo espiritual, se está desvirtuando, quedándonos en lo anecdótico, en la compra de flores, de buñuelos, halloween, etc.
Un saludo.

George Orwell 67 dijo...

Sólo una puntualización. El día de difuntos es mañana, día 2. Hoy es Día de Todos los Santos. No es lo mismo. :)

PEPE LASALA dijo...

Aunque cada día me acuerdo de quienes me faltan, este es un día especial. Cada vez intento rememorar los recuerdos con una sonrisa y repasar los buenos momentos vividos con ellos. Me ha gustado mucho tu entrada. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
http://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/

Edwin dijo...

Siempre he tenido una cierta fascinacion por la muerte, por eso me llamó la atencion la portada de tu blog. Opino que si uno no medita sobre la muerte cada dia, no estará dispuesto para aprovechar y atesorar la propia vida. No sé dónde lo habia leido esto pero no me parece fúnebre. Halloween sí que me parece algo pesado y mimetico.
Un saludo
Edwin

José Luis Valladares Fernández dijo...

Es una fiesta muy entrañable, porque vuelven a nuestra mente y a nuestro recuerdo nuestros seres queridos. Pero, entre la clase política, hay intenciones de suprimirla. No es de extrañar: si se les deja, borran todas las que huelan a religión por muy entrañables que sean y nos importaran otras extranjeras, pero que son totalmente paganas. Esa casta de vividores se comportan así.

Saludos

Doramas dijo...

Ya lo detalla George, pero la gente le da lo mismo una cosa que otra. Para muchos esto es un dia de fiesta y les da lo mismo si tienen algun fallecido.
Solo hay que pasar por cualquier cementerio el próximo día 6 de Noviembre y veremos como muchos nichos o panteones, están sin ningún detalle de alguien que los recuerde.
Lo que mas gracia me hace, es que eso de la calabaza del Hallowein, es una costumbre ancestral de Galicia, que a retornado a España.

Unknown dijo...

Aúnque parezca mentira nunca una festividad tan "morbosa" celebra más la Vida con mayúsculas. Es una celebración cargada de "Luz" en una etapa en la que la propia naturaleza empieza a morir para volver al ciclo de la Vida, la llamada primavera que también se refleja en nuestras vidas que está más allá de nuestros días en la tierra.
Como fiesta cristiana guarda una total coherencia y correlación con el solsticio de invierno, la oscuridad plena, la ausencia de luz y que el hombre teme tanto, por eso mismo ese día es Navidad.

Para mí es el mes más bonito de mi tierra, ni frío, ni calor y la ciudad bulle ente olores a claveles frescos, los últimos jazmines floridos y el humeante calorcito de las castañas asadas con el dulce de membrillo como postre.

Precioso post, señor Peinado.

candela dijo...

Si te soy sincera he de decirte que huyo de los cementerios de forma sistemática y más en estos días porque no me gustan las aglomeraciones. Mis recuerdos sobre estas fechas no son, además, muy agradables así que me quedo con lo que más me gusta, "El Tenorio", obra que he sguido cada vez que he podido con franco interés.

Unknown dijo...

Zorrete, no niego que sea un día entrañable, ciertamente lo es. Sólo digo que el Día de los Santos se va desvirtuando en el tiempo. Para muestra un botón. Estuve en el camposanto el día uno por la noche y no te puedes imaginar el vocerío de los cuatro niñatos, que más parecían estar de botellón que en un lugar donde el repseto y el recogimiento deberían ser la norma.

Unknown dijo...

Josito, una prueba más de que lo ancestral va quedando relgado a lo meramente estético, sin profundizar verdaderamente en su trasfondo.

Unknown dijo...

George, yo cito al Día de los Muertos, cómo lo que se supone que es el día de Todos los Santos, el día de visitar a todos los que ya no están con nosotros, si bien esa onomástica debería referirse al día 2.

Unknown dijo...

Pepe, nunca debemos olvidar a los que ya no están, de igual modo que debemos valorar a los que si están para tener un buen recuerdo cuando nos falten.

Unknown dijo...

maskfighter23, la Muerte es tan natural cómo la vida, es el fin de un proceso a través del cual se inician muchos otros. Lo que pasa es que el trasfondo místico que los Humanos damos a todo con el fin de justificarlo la hace ver cómo algo perverso cuando es un fin digno a una serie de procesos bioquímicos con fecha de caducidad.

Unknown dijo...

Y si los dejamos nos cambian hasta el nombre del país, mi buen Jose Luis, que para eso si están dotados. Y es que empiezo a pensar que en Españ ser politicastro noes tener una u otra ideología sino acometer con rigor y sin solución de continuidad la destrucción sitemática del país. Incluso en cosas tan señaladas cómo el Dia de Todos los Santos.

Unknown dijo...

DORAMAS, volvemos a las épocas de paganismo en que cualquier corriente es más veraz que las Tradiciones que ya tuviéramos. El hombre sigue buscando respuestas, lo malo es que hace mucho tiempo que olvido, por desgracia, las preguntas.

Phacolo Ayuso Velar dijo...

gran artículo, muy documentado
yo tambien escribí n el dia de los muertos
http://velasureste.blogspot.com.es/2012/11/me-acuerdo-de-mi-padre.html

el dia del padre

nos lemos

un saludo

Unknown dijo...

Eleonora, me alegro que el post le haya resultado grato. Espero así mismo que la Fiesta de Todos los Santos siga guardando, siquiera mínimamente, ese acervo popular que siempre ha tenido entre lo respetuoso y lo atemorizable y sobre todo espero que logremos que las costumbres foráneas no lo envenenen cómo han hecho con tantas y tantas cosas.

Unknown dijo...

Candela, para gustos colores. Los cementerios no son del agrado de nadie más que a la hora de buscar ese punto victimista y romántico en hermosos panteones y obras de arte fúnebre que sólo sirven para esconder lo que lógicamente esconden, fallecidos y poco más.

Unknown dijo...

Phacolo, me alegro que hayamos coincidido en el tiempo y en el artículo y que, a la vez, llevemos nuestros sentimientos, encima de la mesa de la opinión que suponen nuestros blogs.

Darle Caña a ésto: