Tiempo de elección, tiempo de improvisación.

Mejoramos tu pueblo en época de elecciones.
El resto de tiempo es cosa tuya.

Al margen de que en los pueblos de nuestra querida Piel de Toro gobiernen los rojos, azules, negros o verdes, lo que no cambia es lo diligentes, trabajadores y entregados a la causa pública que se vuelven nuestros ediles cuando empiezan a oler a urna. Me refiero a la multitud de cosas que hacen, a dos semanas vista de las elecciones cuando, a lo largo de toda la legislatura, se tiran cobrando sueldos escándalosos, prohibiendo lo que les place y no dando más respuesta a la ciudadanía que la callada por respuesta.

Pero ¡Oh! Sorpresa, se acercan las elecciones y todo el cuerpo de Obras y Servicios de todos los ayuntamientos de España se ponen al meneo. A parchear calles, repintar balizas, añadir carteles indicadores... Se apretan el culo para terminar edificios prometidos desde antes de la anterior legislatura. Se ponen las pilas y derrochan un dineral en propaganda que riase usted de las ocurrencias de Goebbels. Asi una y otra y otra elección. Lo suyo, cómo me dijo un conocido hace poco, es que hubiera elecciones todos los meses, así tendríamos los mejores servicios públicos del mundo.

Yo no me quejo de nuestros servicios públicos, nuestra sanidad es muy buena, nuestra educación penosa, es cierto,pero tenemos unas fuerzas y cuerpos de seguridad magníficos a los qu ese está malatratando demasiado en ésta agonizante sociedad. De lo que me quejo es del cantazo que dan determinadas acciones de nuestros politicastros en determinados momentos de su vida política. Y siento verdadera vergüenza ajena cuando veo ese bache que es cómo de la familia pues lo conoces desde pequeño y lo has visto crecer día a día casi dejándote la rueda en él. Ves cómo el asfalto desaparece coche tras coche y lluvia tras lluvia hasta que comienza a aflorar la gravilla y la zahorra del mismo. Así un día pasas con el coche y ves que misteriosamente, el bache ha desaparecido. Ha pasado el asfaltador y lo ha tapado. Vaya, es época de elecciones y menos mal que tenemos el internete para no chuparnos las informaciones al respecto en la tele y la radio.

Asi no sólo vemos cartelones y panfletos por doquier. Nuestras calles lucen más limpias, nuestras lineas amarillas impidéndonos aparcar desaparecen misteriosamente y a cambio tenemos el semblante amable y sonrientede ese candidato que, si te lo encuentras por la calle te mira cómo un bicho raro e inferior al que es mejor triturar de un zapatazo antes de que se te ocurra preguntarle para cuando mejoraran esa cosa llamada X que tiene que mejorar en todas las poblaciones. Es primavera, pero ésto no es el Corte Inglés. Aquí no hay novedades, hay la misma porqueria de siempre sólo que ahora, cerca de las elecciones, nos la pintan de purpurina. Para que creamos que es un buen regalo cuando lo llevamos pagando cuatro años con nuestros impuestos (Esos que alguna calvo dicen queno son de nadie).

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