Ahora por fin correras por los caminos del Cielo... |
Se tardó catorce años en fundirlo. Un buen coche sin duda. Sin problemas de motor. Tenía mas abollones que el tamagochi de un borracho. No es que no tuvieramos cuidado con él. Es que nos estrenamos a base de él. Doscientos cincuenta mil kilómetros. Cargado hasta las trancas y calentón tras calentón, nos andamos media España. Era un buen coche. Era ese primer gran coche de segunda mano que no te deja más que satisfacción. Ese coche que a primera vista sabes que no te fallará nunca. Mi Opel Astra ha tardado catorce años en morir. Cinco con su primer dueño y nueve con nosotros. Siempre fiel, siempre arrancado a la primera, salvo cuando uno de sus calentadores dijo no puedo mas.
Mi Bollomóvil no volverá a arrancar. La culata se le fue de vareta.Ya no volveremos a movernos con él. Mi mujer insiste en que esto debía de llegar. Ha llegado. Lo esperas, pero nunca estás preparado. Es alguien más de la famillia. Un anciano metálico que se va oxidando, que te absorve dinero en reparaciones y sobre el que niegas una y otra vez, lo evidente. Que su vida útil ha acabado. Que ya no puede tirar más. Que sus manguitos, sus correas, la distribución... todo debe descansar. Bollomóvil terminará en un desguace. Sus partes útiles permitiran que el dueño del desguace haga negocio a su costa algunos meses. Después dejara definitivamente de existir.
Hoy es un día triste. Cuando le dabamos calentones, golpes por caminos de tierra, lo sobrecargábamos, obviabamos su mantenimiento. Cuando hacíamos todo eso y seguía arrancando fielmente día tras día, nos congratulábamos del tanque que teniámos, del carro que nunca te dejaba tirado y ahora, paradójicamente no ha muerto en mis manos, sino en las demi suegro. Mi Opel Astra falleció agónicamente tirando agua por el tubo de escape. No puedo ni tan siquiera atisbar el inmenso dolor que su alma de utilitario debió padecer mientras sus tripas metálicas dejaban pasar el agua enlugar del gasoil. Ahora reposa en paz en el taller, a la espera de darlo de baja y mandarlo a desguazar. Es doloroso despedirse de un amigo. Es triste hacerlo tras tantísimos años juntos. Todo llega y debemos asumirlo.
Va por tí querido Amigo.
Descansa en Paz.
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