Creo y soy ferviente defensor de la idea que dice que la letra con sangre entra. De hecho es así, aunque lo tomemos en el sentido figurado tomando la letra por las ingentes, múltiples e interesantes muestras que identifican lo hispánico y la sangre por esa que dió color a nuestra bandera y que tan pocos valoran hoy en día. Dicho ésto a modo de introducción, quiero que en sucesivas entregas identitarias, vayais conociendo de mano de la Heráldica, las leyendas, costumbres y demás subyacentes efectos que os aporto, un país que en sí es una porquería porque aquellos que nos desgobiernan decidieron un día que tenía que ser así, pero que en verdad, ha sido, y es, y gran país. Poseedor de una gran historia y con múltiples facetas que, de conocerse cómo se debe, no harán a aquel que se lo proponga, sino dar los pasos necesarios para enamorarse, cómo esos que peleamos cada día en la blogosfera, de él. Vayan éste y sucesivos apuntes para conseguir tal fin.
El Escudo de Jaén.
Y cómo no podría ser de otro modo y aunque nadie es profeta en su tierra yo si deseo dar pábulo a aquellos que dicen que lo mejor es lo de uno y que fuera de ello no hay ná. Si bien lo mío es España y su primer y ferviente ejemplo es, entiendo, el escudo de Jaén. Tierra de la cual es tan titular el heredero al trono de España cómo lo es del principado de Asturias. El escudo metropolitano se define por los mismos elementos del Blasón provincial si bien aquel tiene un escusón con el Santo Rostro, del cual hablaré en otra ocasión cómo elemento identitario del Santo Reino y éste porta una cinta que lo rodea con el lema de la ciudad: "Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jaén, Guarda y Defendimiento de los Reinos de Castilla". Tierra fronteriza por tanto en la que se libraron dos batallas trascendentales en la Historia de España, la de las Navas de Tolosa y la de Bailén. Tierra en definitiva de Castilla, más que andaluza, castellana y más que profana, Santa. El Blasón de la Ciudad es un campo cuartelado , con el primer y cuarto cuartel de oro y el segundo y tercero de gules (rojo).
Dicho campo se haya rodeado por una bordura con catorce compones o divisiones, siete de ellos de gules con un castillo de oro, almenado de tres almenas, mazonado de sable y aclarado de gules, que se alternan con otros siete de argén, con un león rampante de púrpura. linguado de gules, uñado y coronado de oro. Armas por excelencia de Castilla y León, germen de España junto a Aragón que aportaría mas de dos tercios de territorio a la unión en la península. El conjunto se rodea de la referida cinta con el lema metropolitano. El timbre, y gran honor es que la ciudad lo porte desde tiempo antiguo, es de Corona Real cerrada, constituida ésta por un círculo de oro, engastado de piedras preciosas, compuesta de ocho florones de hoja de acanto, siendo visibles cinco, interpoladas de perlas y tras de cuyas hojas salen sendas diademas sumadas de perlas, convergiendo y sosteniendo un mundo de azur, con el semimeridiano y ecuador, sumado de cruz y oro. La corona está forrada de gules.
Tierra de Castillos.
La tierra de Jaén es tierra muy poblada de castillos, torres, fortalezas y alcázares que hablan bien de una tierra de frontera, una provincia de paso que no revierte más importancia que la de ser la capital mundial del excelente aceite de oliva que en la provincia se genera. Aún así, en su día dos batallas cambiarían el curso de la Historia y se sucederían con varios siglos. La Batalla de las Navas de Tolosa que en 1212 permitiría a los cristianos penetrar en Andalucía iniciando el principio del fín de la presencia árabe en España y la Batalla de Bailén, sucedida en 1808, por la cual Napoleón perdía, a manos del General Castaños, su primera batalla en tierras españolas. Así, las armas de Jaén son las que Fernando III, el Santo otorgara tras tomar la ciudad en 1246, correspondiéndose a los esmaltes de su pendón, oro por el castillo de Castilla y Gules por el león rampante de León. También le fue otorgado un pendón carmesí que derivó, con el paso de los siglos en el morado actual.
La bordura de catorce piezas que confirmarían la lealtad inquebrantable de Jaén a Castilla, serían concesión a posteriori de Enrique II de Castilla por el apoyo de la nobleza en contra de su hermano Pedro I el Cruel. Finalmente y en virtud de los hechos leales en la lucha contra el árabe y la pervivencia en manos de Castilla de las plazas de Jaén y sus dominios por el Condestable Don Lucas de Iranzo, Enrique IV de Castilla concedería diversos privilegios cómo el de otorgar el timbre de Corona Real y ratíficaba los títulos dados a la ciudad por Fernando III e inscritos orgullosamente en su cinta. En sí, el escudo de Jaén y el pendón de la ciudad y provincia que tornaría del carmesí de la Castilla del XII a la morada del XIX en virtud del escudo de Isabel II, es todo un compedio de una historia que en otro tiempo fue la frontera real entre Europa y África y dos estilos de vida completamente opuestos.
Tierra de Olivos.
Jaén emerge de la sopa de la Historia cómo una de las letras mas desconocidas de toda la hégira de la Hispanidad. En sí, su carácter afable, tranquilo, en medio de la nada y en el cruce de todo, han hecho de ésta tierra sin la cual no se entiende la evolución de los acontecimientos que derivaron de la existencia de los múltiples reinos que conformaban la península en el medievo hasta llegar a la España más o menos consolidada que existe en la actualidad. Un paraiso Interior que merece ser, cómo todas aquellas partes de la España Europea, Asiática, Americana, Africana y Oceánica, vindicado en la medida que merece y que espero poder ir descubriéndoos a medida que la bitácora evolucione. Por lo pronto añado nuevas pistas de ese carácter que, junto a la devoción de El Abuelo y la reverencia irónica al Lagarto de la Malena, hacen de ésta tierra algo entre la realidad y la leyenda, a un paso de todo y dispuesta a ser visitada por aquellos que deseen descubrirse a sí mismos, descubriendo su historia.
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26 comentarios:
Interesante artículo. Siempre me ha gustado la geografía y la historia, y con lo que aportas hoy he aprendido un poco más sobre Jaén. Saludos C S Peinado.
Muy bien dicho.
Y la Catedral de Andrés de Vandelvira, una preciosidad.
Fugisaludos.
Mi recuerdo más nítido de Jaén es quilómetros y quilómetros de campos de olivos, aunque aún no lo conozco, solo de paso a Granada y Córdoba.
Espero conocerlo muy pronto.
Buenas C S.
He de decir que, aunque puede que añore, tu sinceridad política en el análisis del día a día, así como tus reflexiones más personales, creo que se trata de una idea genial el dar este pulo al blog. Conociendo lo que hay, a buen seguro que nos deleitas, como ya habitualmente haces, con tu anecdotario relatado al más puro estilo peinadista. Y la primera en la frente: un repaso a la historia de esa tu tierra, de cuyos anales me quedo con la emblemática hazaña de Castaños en Arapiles. Algún día pisaré la tierra en la que aquellos españoles le dijeron "Au revoir" a Napoleón.
Un saludo, amigo.
Pues no conocía yo el escudo de Jaén, y eso que he vivido en un pueblo cercano durante varios meses.
Interesante entrada con ese repaso a la historia jienense.
para cada ciudad o pais el escudo es una forma de indentificarse.
estuve visitando tu blog y me parecio muy bueno e interesante, en especial este articulo.
En cuanto leí la primera frase, "la letra con sangre entra", estuve a punto de pararme; supuse que la cosa iría de tiros, pero no.
A Jaén le ocurre en Andalucía lo que a Orense en Galicia: Es la gran desconocida y seguramente un destino de los más rejantes y agradables. He recorrido todas las provincias andaluzas menos Jaén. No estoy proponiendo que nos invite usted a una cena, con lo que nos ha hablado es suficiente para acrecentar el deseo de conocerlo.
Le agradezco sus palabras en mi blog y que lo haya encontrado de su interés.
Saludos.
Entrada bien documentada.
Aunque he cruzado Despeñaperros en muchas ocasiones, visité la ciudad de Jaén en una sola ocasión y permanecí unas horas nada mas, En la provincia he estado en varios lugares, con sus inmensos campos de olivos, sus almazaras y sus acogedoras gentes.
Tengo buenos amigos en esa tierra.
Saludos.
Bonitos apuntes de la excelente historia de Jaén, apreciado CS.
Recuerdo muchas vacaciones en época de veraneo en la tierra que vió nacer a mi padre. Fiestas, amistad... el "Carcho la Pringue"... el Tajo y Cazorla...
Otro recuerdo más de otra tierra honorable, amigo.
Un abrazo.
Nunca visite tu hermosa tierra.Gracias por saber algo de ella por tu interesante post.un saludo.
Jaén, tierra de olivares...
No he estado nunca y sé que no tengo perdón.
Me ha parecído un post muy interesante.
Un abrazo.
¡Oye! ¡impresionante la lección de heráldica! ni un Rey de Armas hubiera explicado tan bien de dónde viene el escudo jiennense. Que dicho sea de paso es una ciudad donde perdí una apuesta cuando me dijeron (qué tiempos, qué joven) que nos íbamos a comer un huevo frito con jamón, patatas fritas y pan por 5 duros... y así fue: de codorniz con una lezna de jamón, una patata frita y un trocito de pan, pero ahí estaba. Y la provincia es preciosa.
Salu2
Así se ha forjado España, amigo. Lo triste es que haya españoles que solo ven las sombras de una historia plagada de luces que enorgullecen.
Un abrazo.
Jaén es Rafa, ese gran desconocido dentro de la inmensa geografía española. Sin embargo, la misma tierra que acoje el mar deolivos fue en tiempos una frontera, de siglos, entre dos concepciones distintas de una misma realidad, la cristiana y la musulmana, con lo cual, además de olivos tenemos cientos de castillos, torres y atalayas.
Una de las mejores catedrales renacentistas, El Fugitivo... y completamente terminada. Uno de los pocos casos habidos en España, pues la de Málaga, muy símilar y contemporánea, se quedó la pobre a medio terminar.
Olivos, Candela, que se agarran hasta enlas faldas de los montes y que, cómo monociltivo subvencionado por al Unión Europea se han convertido en el gran problema de la provincia, dependiente casi totalmente de los vaivenes del mercado del aceite.
Hay que reseñar, Wittmann, la importancia que, para la Guerra de la Independencia tuvo la Batalla de Bailén, la cual supuso la primera derrota bélica del Ejército de Napoleón a loq ue fue lo más grave, en un ejército de desharrapados, bisoños, tropa con poca experiencia, guerrilleros y voluntarios. Castaños sólo tenía carne de Cañon pero supo aprovecharla en defender lo único que podía hacer caer a Murat: los pozos de agua.
Éstos, pocos, se revelarían esenciales en una batalla en pleno verano, bajo un calor sofocante que rindió, por las bravas, al invasor francés, bajo la pericia de Castaños.
El escudo de Jaén, es la descripción de su carácter guerrero y fronterizo y de su adhesión, desde su conquista primero por Alfonso VII y después por Fernando III a los designios de la Corona de Castilla, Viriato.
César, una cena no sería propio, más bien una reunión para comer, hincharnos de cerveza, pancete y pinchos y rematar con unas buenas migas o una pipirrana. También para porbar cazuelas de carne de caza, trucha o escabeches variados. Sin olvidar el paté de perdíz, los alcaparrones o un buen plato de aceituna de cornezuelo, eso, de seguro, pues al hombre se le conquista por el estómago, sería un excelente entrante a dar los pasos precisos para conocer ésta, mi tierra.
Los pueblos de Jaén tienen ese encanto, Helio, de la Andalucía profunda sin renunciar nunca a su esencia castellana. Aglutinamos el legado árabe mezclándolo sabiamente con esos aspectos de conquistadores que permitieron avanzar para conquistar Granada y forjar ésta gran nación. UN patriotismo que para sí quisieran muchos otros pueblos de nuestra torturada España.
Una tierra, Herep, de la que debieron partir, con maletas llenas de ilusiones y estómagos llenos de hambre, personas que recalaron en tu tierra... Xarnegos que dieron a luz a otros más desagradecidos que, al contrario que tú, amigo, reniegan de la tierra de la que remanecen... Un lamentable hecho que no hace sino engrandecer a la Tierra de la que, en parte, salieron aquellos que levantaron Cataluña.
Pues quedas invitado, cómo todos los demás, Agustín, a visitarla cuando quieras. Estareis en vuestra casa.
Towanda, te ensimismaría ese enorme mar de verde que conforma la provincia. Esa suerte de olas que hacen los cerros que asoman cómo islotes pétreos en un mar de árboles que se pierden hasta donde alcanza la vista, invadiendo incluso Granada y Córdoba. Algo que hay que saber valorar en su justa medida.
Pues ya ves, Juan Carlos, que aqui, en asuntos de tapeo, el comer bien es sagrado. Anoche, sin ir más lejos y con mi mujer, tras salir del cine, nos comimos una alpargata de Lomo, Bacón, Queso y Pimientos de por lo menos medio metro con dos rondas de bebida por diez euros. Eso sí, de pie y en un rinconcito porque el bar estaba a rabiar de gente.
Urdanautorum, yo por fortuna, veo más luces que sombras y creo que los españoles tenemos muchos aún que decir y en ello pondré el empeño, aunque sea dando pequeñas pinceladas a hechos tan aparentemente vacuos cómo explicar todo lo grande que se encuentra tras un escudo de armas.
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