El multilingüismo del Rey.

Dice Tarda, en una pregunta en el Congreso, si el gobierno va a procurar que el Rey aprenda a cascar en Catalá, Galego y Vascuence. El señor Tarda, cómo todo ese egendro nacionalista al que pertenece y que da en llamarse Esquerra Repúblicana, olvida que no es el centro del mundo y que su propuesta es una gilipollez, cómo todas las que van soltando, más grande que el Alcázar de Segovia. Y lo es porque al querer ser original, implicando otras comunidades en su encendida ( y a la vez preocupante, por lo estúpida) cruzada en post de que el catalá no se venga abajo por falta de subvención, olvida que con su encendida réplica, insulta gravemente a las otras "lenguas" que sin ser oficiales ni reconocidas en la Constitución han ido surgiendo a lo largo de lahistoria de ésta nuestra peculiar democracia. Así, el señor Tardá, tan culto él, ha olvidado pedir que el rey vaya aprendiendo el aranés, el aragonés, valenciano, mallorquín, bable, el deje andaluz, etcétera, lo que deja al aire, de nuevo, su capacidad no ya política, sino simplemente mental.

Obvecación monumental.

Ya hace mucho tiempo que venimos viendo cómo la lengua-dialecto-idioma catalana viene haciendo aguas no porque la gente no quiera hablarla, sino porque en España cualquier imposición suele crear el efecto contrario al deseado. Ésto parece ser algo evidenciable en una serie de creencias, idiomas y movidas nacionalistas que ahora, con la crisis ven cómo se tambalean sus bases ideológicas y sociales por la simple racón de que no hay dinero para mantenerlas. Sólo hay que ver las rebelaciones de Mozos y Médicos en la Gran Cataluña para ver que al final, la mejor reivindicación, se hace en el Idioma del Imperio, aquel que tanto han luchado por erradicar y que vuelve, cómo por ensalmo, a campear por los campos de la Senyera. Algo tendrá que ver ésto en esos sarpullidos que le van saliendo a los miembros del nacionalismo que ven cómo se les rebela el cotarro, mientras susl sueldos suben, la inversión en los territorios nororientales caen y la deuda se dispara a niveles nunca concebidos.

Quizás tenga algo que ver el hecho de que el dinero es el mejor sostén del soberanismo. Dinero que se ha gastado a mansalva en mantener una administración en la que está implicada, de un modo o de otro, la cuarta parte de la población total catalana. Debería saber el señor Tardá que en el resto de territorios mal llamados "Históricos" su vindicación del idioma viene a caer floja. A saber, el Galicia manda, con mayoría absoluta el PP y para Vasconia, todo lo que no sea vasco es Maketo y por tanto contrarios a ellos. Con esto Cataluña no sólo se quedará sola defendiendo que el Rey, que lo es de todos los españoles, si, pero que para eso ya habla en el idioma de todos, el Castellano, hable en todas las lenguas del país, sino que quedará en plena evidencia cuando, a base de recortar en servicios sociales para seguir manteniendo el catalán, aquello/as que sufren esos recortes defiendan su falta de patrioterismo barato usando la lengua oficial de España. Es loq eu deja en evidencia todo un sistema labrado a base de pesetas primero y euros después. 

Fracaso nacional.

Cuando el río suena piedras arrastra. Es algo que debería tener presenta Esquerra en general, en caida libre y el señor (por decirle algo) Tardá, en particular. El tiempo de la subvención barata, del estado de las Autonomías manirroto y del todo vale con tan de tener el vivero de votos contento. Simplemente el vivero de parados va en crescendo, el dinero destinable a eventos politicástricos en minuendo y no se ve ya tan prioritario la defensa del autogobierno cuando ésta, merced a la mayoría absoluta del PP, en franco retroceso con vías a reconstituir la nueva Nación Española. El señor Tardá debería empezar a preguntarse y preguntar no si el Gobierno de la Nación Española va a poner todo el empeño en que el Jefe del Estado hable en Catalán, sino si el Presidente de la Generalidad va a poner todo su empeño en que los catalanes se equiparen al resto de España en atención sanitaria, en educación reglada y en seguridad. Esas carencias a las que ellos, cómo parte del tripartito contribuyeron tan efectivamente a crear.

No es una cuestión baladí el hecho de que los Mozos esténempezando a usar el castellano cómo modo de presión sobre ese presidente que tienen y que parece que se va a revelar cómo uno de los peores de la comunidad autónoma catalana. No veo demasiado lógico que un ser de tal calibre en cuyo ideario la barretina y el catalán son la máxima aspiración para su pueblo, mande a sus hijos a estudiar en un colegio privado merced al generoso sueldo que percibe de aquellos a los que tiene, a partes iguales, lobotomizados y oprimidos, cosa que debería comenzar a corregirse con la retrocesión de competencias al Estado, empezando, cómo es obvio, por sanidad y educación. El señor Tardá sigue sin comprender que, en el Congreso, el escaño que él ocupa, no representa sólo a los intereses de su partido, sino a todos los españoles. Por tanto el no sólo defiende las lenguas de unas pocas comunidades sino los intereses de todo un país, uno de verdad, no ese que en su imaginario, se han creado.

Hablemos, hablemos...

Que para eso está el Parlamento, para hablar y entenderse y no soltar esa serie de paridas que, desde las últimas elecciones, van soltando esos grupúsculos inermes que, a falta de capacidad de maniobra, se dedican a soltar gilipolleces variadas supongo que, para justificar su enorme sueldo, van haciendo día si, día también. No deja de ser penoso que en una situación tan crítica cómo la de nuestro querido país, haya quien no sólo ya no puede ni sabe defender dignamente su postura nacionalista, sino que hace perder el tiempo a quien si está capacitado para hacerlo y además lo ejerce en representación de los que lo han votado, gente que, sin duda, no saben ni que votan ni para que lo hacen. Es muy lamentable que el señor Tardá, en su línea por otra parte, se dedique a atacar la única institución del Estado capaz de darle establidad al país (por muy en sus horas bajas, gracias a Undargarín se encuentre) y siga defendiendo lo indefendible, la fragmentación de un país con más de mil años de historia mientras, en su propia tierra, están en caida libre. Apliquese el cuento señor Tardá y si quiere hablar, hable, pero en castellano, que tan bien lo habla y tan bien lo entendemos.

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