El Respeto cómo base.

Tengo yo, entre todos los que me leeís es típico troll tocapelotas naionalista. Ese que, firmando bajo un pseudónimo estúpido te amenaa con todos los males del apocalipsis del credo nazionalsocialistaperiférico. Es algo así cómo un descerebrado que se empalma con la estelada que, estando a pleno rendimiento con la neurona de pensar en mente cerrado me ha declarado, merced a mi anterior post, enemigo declarado del Pais Vasco, Cataluña y Galicia. Y es lo que tiene el no salir de tu barrio, que te metes en la piel del nazi cerrado que piensa que no hay nada más allá de la esquina y la verdad es que es una pena. Es una pena que esos nazis se arroguen el derecho por hablar de la totalidad de un territorio que, en su mayoría, está compuesto de gente de bien, que no quiere más que trabajar, vivir y ser feliz. Es más pena sin embargo que todos los demás, los que no comulgamos con el credo hideputicialista consideremos, cómo yo he hecho en mi artículo y pido disculpas por ello, el todo con una parte que no se erradicará más que con el respeto.

Respeto por respeto.

Pensando en ello he concluido en reflexionar que la verdad el problema del nazionalismo es de fácil sólición. De hecho el gobierno de Rajay a dado el primer paso para erradicarlo. No creo que lo hayan pensado así, pero el control de los presupuestos autonómicos por el Estado Central es un primer paso para la erradicación de la Identidad excluyente con el dinero de todos. Yo no estoy en contra de que en Cataluña el que quiera y pueda hable en catalán, pitufo o marciano. No estoy en contra de que tengan cuatrocientas doce mil veguerías ni que el gobierno de la Comunidad sea la Generalitat en lugar de la presidencia del cotarro. Lo que estoy totalmente en contra es que lloren tanto por pillar cacho, que el soberanismo sea la excusa hasta para pedir que arreglen un bache y que se cercenen los derechos fundamentales cómo la sanitat, us, la sanidad perdón, para seguir manteniendo una red de "embajadas", ideadas por un partido minoritarísimo cómo esquerra para dárselas de gran país mientras ellos y nosotros por permitirlo sómos el hazmerreir de medio mundo.

Yo, que soy abierto de miras en todo lo que a costumbres y tradiciones se refiere, por muchos que otros quieran ver en mí un cefalópodo anormal, cerrado e ignorante y se me tilde de enemogo de las inexistentes y variadas patrias autonómicas, creo que la Constitución Española, garantista donde las haya, debería ser un punto de referencia para esos anormales que la utilizan a su antojo y cuando obtienen lo deseado se cagan sobre ella. Para mi y creo para todos los españoles el problema no es el catalán, ni la Senyera, ni siquiera el concepto Països Catalans o cómo se escriba. El verdadero problema es que crean que el Catalán es un idioma internacionalizable cuando, hasta hace cien años, sólo lo hablaban los payeses mientras los señoritos y gente culta lo hacía en Castellano y educaban a sus hijos en el mismo idioma. El problema no es comunicarse en catalán sino forzar a hacerlo vulnerando el idioma oficial de manera totalmente artificial y mediante generosas subvenciones a organizaciones que lo unico que logran es fomentar el odio a todo lo que no se "lo de aquí".

Respeto sin respeto.

El hecho diferencial reconocido por la Carta Magna se ha convertido en una ruptura que, curiosamente, no está siendo contestada por las partes afectadas e interesadas. Estas partes, que no son los politicastros sino el pueblo español, el catalán, el vasco, pasan olímpicamente de éste tema porque todos tenemos familia en uno u otro lado. Todos comemos productos de todos lados y todos estamos emparentados por la misma nacionalidad. Lo único que recrece al independentismo es la inhibición de los no nacionalistas porque es de buen español pasar de todo y de todos. Vamos, que nos la trae al pairo las reclamaciones soberanistas porque es algo que no se logrará nunca, porque verdaderamente nos preocupa más llegar a fin de mes o pagar la hipoteca y lo único que nos enardece es la insolidaridad con la que ciertos elementos que ostentan el poder, sin mayoría además, nos tratan a todos los que, cómo ellos, contribuímos con nuestras nóminas e impuestos al sostenimiento del país.

No me gustaría tener que decir, nunca, que España se rompió porque el Pueblo, más sabio que sus politicástricos gestores, se dejó comer el tarro hasta llegar al punto de no retorno, el de fracturarse a nivel social, territorial y sentimental. Si me gustaria que todos, los que amamos España más que a nuestras comunidades y los que hacen lo propio a la inversa, empiecen a conocerse y comprender que sómo un todo tan sumamente cohesionado que no podemos pasar los unos sin los otros. Sólo hay que estar en el extranjero y pensar en lo a gusto que se está en casa, el que no sienta un escalofrío al ver ondear la bandera en una embajada es simplemente un desinsustanciado. España merece la oportunidad que no tuvo con el franquismo, la de ser la patria de todos los españoles y ser defendida, de manera efectiva, de los cánceres que suponen esos señores que cobran un sueldo en el Congreso presuntamente representando a todos los españoles pero a los que la libertad, la Constitución, el sistema y España se la trae floja si el aire no sopla a su favor.

En sintesís...

No espero conseguir más que una reflexión profunda de los que lean éste artículo. No puedo esperar que mis trolls favoritos, esos que nunca verán un comentario insultante publicado en CSPeinado, comprendan la grandeza de pertenecer cómo catalanes, vascos, canarios, andaluces o lo que carajo seamos a la gran unidad que supone España. En sí, es cómo poner a un mono a comprender la biblia en su máxima extensión. Si sé sin embargo que mis escritos cada vez son leidos por más gente y son comprendidos y apoyados por personas que comparten mis inquietudes, las completan y las elevan a justificaciones de una lucha callada e incruenta que es amar a un único país que, junto con Portugal, y Gibraltar integra la totalidad de la Península Ibérica. El control presupuestario del Estado sobre las cuentas autonómicas traera más recproches, más amenazas vacuas pero, sin duda, será el primer paso para volver al redil a aquellos que, tomando la Constitución por el pito del sereno, comenzaron el camino exigiendo más autonomía y ahora la degeneran dando por sentado que no son regiones sino naciones soberanas que, con la crisis, demuestran sus pies de barro.

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