El Apocalipsis andaluz.

Tras soltar cincuenta y cuatro millones de Euros,unos ocho mil millones de las antiguas pesetas para quien aún siga con la cuenta de la vieja, el señor Gañán ha gastado su último cartucho. Dicho cartucho ha ido integramente al bolsillo de Coco y Ojete, nuestros entrañables sindicatos de clase. No crean ustedes que Gañán ha tenido mucho reparo en soltar dicho dinero expoliado del bolsillo de cada uno de los andaluces que, mal que bien vamos tirando a pesar del sucialismo y sus acólitos garrapatiles. En sí, Gañán y la Tela de Araña andaluza han ido gastándose todos y cada uno de los euros que les han venido en gana desde hace unos treinta años. No es casualidad que Andalucía sea la comunidad más atrasada de España. Cada uno de los eurotes que han ido llegado para avanzar, los sucialistas y sus fuerzas de choque, los sindicalistos lo han gastado en comprar voluntades, cebar el vivero de votos, blindar carguetes para los amigos y en sí, gestionar la ruina de la comunidad y que seamos odiados por recibir mucho y devolver miseria.

Tres décadas de atraso.

No hay que ir muy lejos para comprobar que Andalucía es una tierra llena de encantos, muy turística y ecológica y además, llena de gente afable que abre sus brazos lo mismo a los alemanes, que a los ingleses, que a cualquiera que pueda aportar algo para engordar el pecunio de cada cual en un claro avance hacía el servilismo.  También, sómos la comunidad más poblada, la más garrula, analfabeta y atrasada y con el servilismo anteriormente citados, se da cuenta uno de que, cómo siempre he dicho, hemos cambiado er zeñoritoh de caballo y sombrero cordobés por el zeñoritoh de despacho y coche oficial. El sucialismo ha hecho avanzar tanto a Andalucía que ésta se ha convertido en un enorme pozo sin fondo al estilo de los más densos agujeros negros en los que todo es absorvido de manera contumaz, subvenciones, dignidad y capacidad de trabajo y progreso. A cambio, cómo de un agujero negro no escapa nada, de Andalucía no sale nada productivo, los cien años de honradez se han cambiado por los treinta del saqueo y Gañán encima dice que si se van ellos se joderá el estado de Bienestar.

Cierto es que nuestro servicio de Salud es el mejor de España. Al menos eso es lo que dicen. En mi caso, mi mujer sufrió un ectópico y por no tratárselo bien le reventó una tropa produciendole un sangrado que se tuvo que subsanar con una cesarea, tras la cual, derivada a mi casa, tuve que andar varias semanas drenándole la sangre que tendrían que haberle sacado en el Hospital. Tras eso empecé a pensar que sí, que tendremos un sistema sanitario del copón, pero que algo le habría hecho al Karma y me había tocado, más bien a mi mujer le habria tocado a mi mujer, la deficiencia del año. Así que, cómo todo, el Estado de Bienestar en Andalucía fluctua ligeramente en función de que tengaso no tengas el carnet del capullo. Dicho de otro modo. Varia sustancialmente que sepas mamarla consecuente y fruicivamente al preboste apalancado de turno o no seas más que otro pringado al que miran mal si te atreves a criticar el sucialismo que desde Sevilla extiende sus tentáculos para empobrecer por sistema a todo aquello que huela a dinero.

Tres décadas de Saqueo.

En Andalucía tenemos de todo. Una pedazo de Duquesa de Alba que sigue representando a la aristocracia terrateniente, costas echadas a perder por el urbanismo canallesco emanado desde Marbella a oriente y occidente, campos que precisan de la subvención europea para salir adelante y que parece ser que sin Bruselas no sirven para una mierda, adictos al subsidio del PER que trabajan con soltura en negro y se compran cochazos y caserones dando que hablar más de la cuenta a los nazionalistas periféricos... Y la casta. Esa casta sectaria que emana del Palacio de San Telmo creando perros muertos son dignidad y mínima preparación intelectual que son capaces de fundirse un millón y medio de euros en inversiones estúpidas cómo la amiga Laura Gómiz en Invercaria, pringando de paso al marido de Valenciano y acentuando el tándem sucialismo-corrupción, dejando claro que ni los sindicalistos, por mucho que calienten la calle, van a conseguir cambiar el concepto que de éstos seres van teniendo cada vez más ciudadanos.

Por eso el sucialismo anda poniendo sus barbas en remojo en Andalucía. Ya que a RuGalcalva se las raparon a lo bestia el veinte de noviembre donde iba, hay que ser lerdo, con toda la batería de despropósitos de su mentor el Bufón mayor del Reino, en éste caso, el barbudo Gañán no las lleva todas consigo. De hay que ponga el énfasis en atacar con lo del Estado del Bienestar (para ellos que maman cómo nadie de todos nosotros y no pasan necesidades) mientras nos vende una moto rota, sin gasolina y cuyo único destino es ser despeñada por un barranco. Caminamos en un periodo histñórico en el cual, si es brutalmente derrotado, el sucialismo quedará exiliado de todas las administraciones de importancia a excepción de la Lehendakaritza, de la que será apeado inequívocamente en los próximos comicios vascos, donde pasaran a ser ninguneados por los de siempre, legalizados y encumbrados por esos seres que, lejos de ser útiles para nada y conscientes de su incapacidad para ganarse el pan honradamente se adscriben al sucialismo y trepan, cómo sanguijuelas hasta conseguir un sueldo holgado saqueado del pueblo sin aportarle nada.

La Esperanza Verde.

Es lo que nos queda, esperar a ver si, por un lado, la coherencia se deja caer entre el pueblo andaluz y entendemos, por una vez, que votar a la derecha no tiene más trascendencia que cambiar, por una vez, ante las perspectivas más que negras que nos garantizan estos señores que, sin pudor, ya se han encarado con el Estado ante el control del déficit, lo que usaran electoralmente para certificar que ellos creen, repito, en el Estado del Bienestar (del suyo), para seguir saqueando y expoliando las ocho provincias que juntaron los esclarecidos que entendieron que debían estar juntas y que no nos aguantamos porque de tanto tirar, todas queremos pillar y al final todo se queda en la desembocadura del Betis y aledaños. Son tiempos esperanzadores, tiempos que podrían cambiar para dar paso al milagro andaluz, por el cual por fin tendríamos a alguien competente que saneara las cuentas, eliminara los privilegios de los zeñoritoh de siniestra y a cambio preste algo de cordura a una comunidad que cae y cae y nunca termina de tocar fondo.

 

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