martes, 20 de marzo de 2012

Las reglas del juego.

Al socaire de los fastos, absolutamente desproporcionados, que la Constitución de mil ochocientos ocho nos ha regalado éstos días y en la que lo único que vemos que avanzamos en su día es que el Estado pasó de manos de la corona a manos de los politicastros que, desde entonces han ido socavando la Nación, debemos hacer un inciso para valorar eso tan sobrevalorado que es la Soberanía Nacional que nunca a residido en el pueblo y que, cómo todo en ésta vida, es algo que se mueve con una sencillez pasmosa y al compás que marca el dinero. Es así, a nadie debe de escandalizar y cómo todo lo que rige en la vida de un país, si hay dinero se hacen muchas cosas, sino lo hay no se hace nada y por tanto, eso de que la soberanía reside en el pueblo habría que verlo. Porque hay parte del pueblo que tiene mucho dinero, nunca pierde y siempre gana, pudiendo comprar voluntades y hay parte del pueblo que su única función es, cómo ha dicho muchas veces, elegir dictador para los siguientes cuatro años en ésta, nuestra democradura.

Poderoso caballero es Don Dinero.

Es cómo esa estudiada milonga por la cual la crisis la han provocado los bancos y que no deja de ser una memez puramente infantil. Los bancos son empresas, lo mismo que la industria, el comercio o el turismo. Su materia prima sómos los pardillos que vamos a llevar nuestras misérrimas nóminas para pagar la luz, el telefono y todo eso que hoy crea el Estado de Bienestar. En determinados momentos, el banco, cómo buen empresario, nos vende la moto con préstamos, hipotecas y productos financieros como las acciones preferentes poniéndolo todo de color de rosa, para anticiparnos el infierno al que nos veremos abocados sino pagamos. Creo que hasta aquí todo está claro. El banco gestiona dinero, gana dinero, es su función y si para conseguirlo precisa engañarnos, lo hace. Nos manipulan, juegan con la codicia y la ambición y al final nos la meten muy doblada, tanto que, cómo a mi, me la van a tener insertada hasta que termine de pagar la hipoteca allá por dos mil treinta y cinco. 

Reitero pues que los bancos hacen dinero cómo función principal de su actividad y que, evidentemente, cómo lo hagan va en función de lo que necesitemos o queramos dejarnos engañar por ellos. Es cómo decir que la muerte la provocan los sepultureros. No señores, vean más allá de sus narices y empiecen a admitir que vivir por encima de las posibilidades reales de cada cual es loq eu ha provocado la crisis. Un consumismo desbocado promovido por un tren de vida en el que la especulación inmobiliaria ha tenido mucho que ver y que, al reventar la burbuja nos hemos encontrado con que una grandísima parte de nuestras empresas dependían directa o indirectamente de la construcción y, además, que todos estábamos endeudados hasta las cejas por pisos más caros de la cuenta, coches por encima de nuestro tren de vida, ropa, gustos exóticos y otras cosas que no vienen al caso que son los detonantes de que el banco nos chupe la sangre no porque sean culpables, sino porque es su función y al fin y al cabo sómos nosotros quienes se lo hemos puesto en bandeja.

Soberanía mercantil.

Es decir, que si a nivel doméstico el que esté libre de pecado que tire la primera piedra, a nivel estatal la cosa no está mucho más allá. La abultada deuda de ese infernal invento que son las autonomías excede los ciento cuarenta mil euros y sigue in crescendo mientras el desgobierno central mira para otro lado y niega la mayor. El absoluto fracaso de un sistema que absorve ingentes cantidades de dinero, insoportable para una población eminentemente volcada en el sector primario y terciario sin unos servicios acorde con el dineral que se gasta en cada taifa. No es de nadie desconocido el hecho que la prima de riesgo, tan famosa en los últimos tiempos, hace tiempo que no baja de los trescientos puntos básicos, loq ue quiere decir que nuestra economía, en comparación con la de referencia, la alemana, está hecha una porquería, fruto de una gestión atroz por parte de unos gobernantes que no saben de economía ni lo que vale un café. Así, el país, comido por la deuda, se desangra sin ver que la única opción es adelgazar la administración no con el cierre de unas pocas empresas públicas, sino con una reforma del Estado que elimine el Caballo de Troya que suponen las autonomías.

Es por ello que la soberanía nacional ya no reside en nosotros, sino en los mercados. Recordemos que pertenecemos a multitud de organizaciones con las que interaccionamos y de las que, lamentablemente, obtenemos el dinero con el que se financia en gran medida la administración. Si señores, con nuestros impuestos, los de los carburantes, los del alcohol y tabaco no financiaríamos nada de un estado tan mastodóntico que con ochenta mil gestores politicástricos, tres millones de funcionarios, un montón de personal laboral y muchos más chupones a dedo, se caería cómo un castillo de naipes si no fuera por la venta de deuda. Deuda cuyos intereses hay que pagar, con lo que el agujero se sigue haciendo má grande mientras nuestros derechos decrecen, al tiempo que nuestras obligaciones se expanden. Es ley de vida, por mucho que sindicalistos y sucialistas nos quieran hacer ver lo contrario. El dinero prima y sólo ya con las divisas que precisamos para comprar el petróleo con el que conseguir poner enmarcha nuestro parque móvil ya tenemos hecha la cama para varios lustros. Todo cuesta dinero y por eso la soberanía, o lo que es lo mismo, el dueño del Estado, no es el pueblo español sino sus acreedores.

Conclusionemos, el dinero, dinero es.

Es sencillo, a quien le debes, te debes. Cómo el estado debe tantísimo y seguirá nencesitando deber para no colapsar, quien dirige el país son los mercados o lugares en los que nos macrofinanciamos. Ésto que es tan fácil de entender, es algo que los sucialistas y otros especímenes de la politicástrica nos venden cómo algo farragoso e irreal pero que debemos de entender cómo la base del sistema económico que sustenta, en éstos momentos, nuestro país. Un país que está arruinado y que tiene una solución sencilla, eliminar taifas y funcionarios. Algo que los politicastros no quieren porque perderían poder y dinero y en consecuencia influencia. Al mismo tiempo al pueblo, analfaburro desde siempre, se le vende todo un estado de bienestar que, evidentemente, cuesta un dinero que ya no existe y que proviene, no tanto de los impuestos cómo de la deuda y las inversiones del Estado que van llegando a un punto de no retorno. El gobierno gobierna para los españoles por mucho que la izquierda quiera hacernos ver que lo hacen para los mercados. El problema es que dependemos de éstos últimos y si, al menos, nos seguiran dejando elegir dictador para los siguiente cuatro años.

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12 comentarios:

candela dijo...

Un macroestado roto en el que el ciudadano es poco más que relleno. Bueno, si nos comportasemos como personas a lo mejor seríamos algo más. En España somos individualistas, no somos jugadores de equipo y eso se nota cuando nos encontramos en situaciones como la actual. Mismos intereses, pero cada uno va a la suya, de eso come el Sistema.

Yo no creo que seamos nosotros los culpables, sino los que han malversado y malgestionado dentro de un sistema corrupto y nos han llevado a la ruina. Los mercados siempre han estado ahí, no es el ciudadano el que se ha enriquecido con el ladrillo sino los bancos, con el beneplácito de la clase política a la que se condonaban créditos por hacer la vista gorda, los bancos no están perdiendo nada, ganaban antes y siguen ganando ahora.

OPin dijo...

Curiosamente muchos países sobreviven pidiendo préstamos para pagar más préstamos en un círculo vicioso que generalmente termina con hambrunas, revueltas y baños de sangre.
Los buenos gobiernos ajustan cuando hay que ajustar, rápida y eficientemente, y así evitan males mayores.
El problema es cuando se hace a destiempo o se ha dejado ir de cause una situación que pudo ser mejor administrada o controlada. Ahí es cuando no nos gusta la fusta pero no nos queda otra salida que aguantarnos los latigazos.
Si se hace rápido y bien, dura poco, pero de lo contrario se hereda de gobierno en gobierno como si fuera un contagio.
Un buen gobierno lidia con los problemas. Uno malo los oculta bajo la alfombra.

Un abrazo.

Lin Fernández dijo...

El Gobierno es tan ciego.Que cuando logra emitir deuda y se la compran lo celebra como una gran victoria,Claro el problema sera para las futuras generaciones,Algunas veces dan saltos de alegria.En fin Zapatero hizo lo mismo y este le sigue los pasos.un saludo.

Unknown dijo...

Siempre habrá gente dispuesta a aprovechar "oportunidades" y vivir mejor gracias al sistema. Sin embargo eso no exime de culpa a los bancos por conceder prestamos que no cumplen requisitos, ni a los encargados de supervisar dichos prestamos, ni a los que supervisan a los bancos y por supuesto tampoco exime al gobierno por permitir que el negocio bancario acabe siendo usura.
Y yo me pregunto: ¿donde están las responsabilidades?¿por qué solo paga el pato el ciudadano medio?
A mi los mercados me dan igual, detrás hay personas y yo quiero sus cabezas clavadas en picas.
Si la cago en mi curro voy a la puta calle, si además cometo un delito, me empapelan para siempre y me arruinan.
Quiero que todos los consejeros delegados de todos los bancos españoles vayan a la calle, sin pensión y en libertad con cargos. Quiero que los presidentes de dichas compañías vayan a la cárcel sin pasar por la casilla de salida y sin cobrar. Quiero que a los políticos se les exijan las responsabilidades debidas, que sean despedidos y que no cobren pensión. Pero no solo el gobierno, también la oposición por complicidad. Quiero su inhabilitación de por vida, la expropiación de todos sus bienes... Al otro lado de los mercados hay personas y deben asumir su responsabilidad

Unknown dijo...

Siempre habrá gente dispuesta a aprovechar "oportunidades" y vivir mejor gracias al sistema. Sin embargo eso no exime de culpa a los bancos por conceder prestamos que no cumplen requisitos, ni a los encargados de supervisar dichos prestamos, ni a los que supervisan a los bancos y por supuesto tampoco exime al gobierno por permitir que el negocio bancario acabe siendo usura.
Y yo me pregunto: ¿donde están las responsabilidades?¿por qué solo paga el pato el ciudadano medio?
A mi los mercados me dan igual, detrás hay personas y yo quiero sus cabezas clavadas en picas.
Si la cago en mi curro voy a la puta calle, si además cometo un delito, me empapelan para siempre y me arruinan.
Quiero que todos los consejeros delegados de todos los bancos españoles vayan a la calle, sin pensión y en libertad con cargos. Quiero que los presidentes de dichas compañías vayan a la cárcel sin pasar por la casilla de salida y sin cobrar. Quiero que a los políticos se les exijan las responsabilidades debidas, que sean despedidos y que no cobren pensión. Pero no solo el gobierno, también la oposición por complicidad. Quiero su inhabilitación de por vida, la expropiación de todos sus bienes... Al otro lado de los mercados hay personas y deben asumir su responsabilidad

José Antonio del Pozo dijo...

la ruina acecha por todas partes y sólo caben decisiones muy complicadas. Un buen texto, CS.
saludos blogueros

Rafa Hernández dijo...

La situación es muy compleja y complicada, y está claro que los mercados y el capitalismo son los que mueven los hilos, y si ellos se lo proponen nos morimos de asco. Para que el trabajador coma debe bailar al son que ellos toquen, eso ha sido ahora y siempre. Lo que ocurre es que si te dejas pisotear demasiado cuando quieres espabilar y plantar cara ya es tarde. El puto dinero es la perdición del ser humano.

Saludos C S Peinado.

E..P.. dijo...

Dentro de todo esto somos personas unos seres que tienen más o menos conciencia, la que no tienen el neoliberalismo bipartidista, ellos solo ellos son los culpables de que este país sea lo que es, la izquierda socialista, esa del PSOE no otra y esa derecha del PP no otra son los resultados desde que se creo esta supuesta democracia donde seguimos y seguiremos manteniendo a todos los que nos arruinan y es que no damos para más...nuestra mentalidad es siempre la misma sin darnos cuenta la cantidad de buitres de esa izquierda y de esa derecha que durante décadas no han dado ni una solo hay que ver el pasado, presente y el futuro que nos espera..
Comparto el comentario de JackSparragoss, solo decir que no solo el ciudadano medio si no los grandes olvidados de siempre por nosotros mismo los ciudadanos medios, olvidamos a los pobres de este país que los tratamos como si fueran parásitos y escoria...asi nos va y así nos ira...nada toda la culpa es de la izquierda y la derecha de este pais es una santa.
Eso si cada dia más esclavizados y seguiremos echando la culpa a la izquierda y aqui nadie es responsable ni cómplice, eso si esperemos el próximo cambio de turno...para que más...lo dicho no damos para más.
Saludos.

José Luis Valladares Fernández dijo...

En teoría, con la famosa "Pepa" dejamos de ser súbditos y pasamos a ser ciudadanos. Y yo creo que no es así. Dejamos de ser súbditos de un monarca absolutista, pero nos convertimos en esclavos de otros poderes tan tiranos como podía ser Fernándo VII: los políticos que han logrado hacer que todo gire a su conveniencia, unas veces de un bando y otras de otro, pero nunca somos auténticamente libres.

Saludos cordiales

Wittmann dijo...

Buenas Peinado.

Quizás reitero la misma idea que en entradas anteriores pero lo considero totalmente de recibo a la luz de tus comentarios. Constituciones como la de 1812 o la vigente, que consagran la soberanía nacional, están impecablemente concebidas en tal sentido. En teoría, los ciudadanos pueden cambiar el modo e incluso el sistema de gobierno según su voluntad, no el Rey ni el Rey con las Cortes. El problema es que eso es la teoría que no es una exacta traducción del axioma constitucional a la realidad. Y la raíz de ese problema está en esa turba de oligarcas adinerados que, al amparo de unas ideas que no representan, toman las riendas del país cada cuatro años, en cuya labor se turnan, para que, pisando al votante que alegremente les da su voto, poder beneficiarse del cargo tendiéndole la mano a don dinero.

Un saludo.

Maribeluca dijo...

Coincido bastante en el diagnóstico, aparte de que si cada uno hubiera hecho bien su trabajo- organismos reguladores, competencia, inspecciones, etc- en lugar de pasar y mirar para otro lado no hubiera llegado la cosa a estos niveles, aunque ahora estén Mafo y otros dando cosejos....como de perdidos al río, hay que aprovechar tan terrible coyuntura para reformarlo todo y poner las bases para que no vuelva a suceder.

Leonor dijo...

Buenas noches, C.S. Peinado:
Es tan claro y conciso tu entrada que mucho me temo que no podría aportar mucho, porque has acertado de pleno. Sólo tengo que remarcar que nuestro retroceso como sociedad también influye, nos hemos vuelto individualistas y hemos olvidado valores como el orgullo por la patria, la solidaridad, la capacidad de reflexionar y ser críticos... Puede que me deje alguno pero son los que me han venido a la cabeza ahora.
¡Saludos!

Darle Caña a ésto: