sábado, 27 de octubre de 2012

Unión Hispánica. Filipinas, un trocito de España en Asia.

armada.mde.es. Mapa de Filipinas.
Por cuanto la Historia colonial española siempre pivotó en las posesiones américanas, siempre quedó fuera de nuestro conocimiento y recuerdo la pequeña, que al fin y al cabo no es tan pequeña, posesión de las Islas Filipinas. Unas islas que orgánicamente siempre dependieron de Nueva España o lo que es lo mismo, llegarían a ser, por su forma de hablar y de sentir, las islas mexicanas más occidentales. Unas islas que fueron españolas durante más de tres siglos y medio y que por tanto poseen en su haber más historia española que de otra índole cómo pudiera ser la américana o inglesa que tan buen resultado tuvo en su aplicación cómo menoscabo de la cultura hispánica en el extremo oriente. Filipinas es por tanto un archipiélago español de tan inmensa extensión iberoamericana cómo pudiera ser Cuba o Puerto Rico, posesiones que permanecieron en el seno español hasta que aquellos yanquis a los que ayudamos a independizarse en se día decidieron que la presencia española ya no era necesaria ni deseable en un Caribe que nos había pertenecido en su totalidad.


Española de Nacimiento.

Las Islas Filipinas fueron reivindicadas para España allá por el año de mil quinientos veintiuno, cuando Magallanes las descubrió en su viaje de circunnavegación del Globo Terrestre. Serían colonizadas medio siglo más tarde, cuando Miguel López de Legazpi llegó al actual Cebú y comenzó la exploración corriendo el año de mil quinientos sesenta y cinco. Desde aquel momento, las Islas de Felipe, bautizadas así en honor a Felipe II, reinante en el momento de su descubrimiento, quedan legalmente incorporadas a la Corona de España y así se mantendrían hasta que Montijo, cagándose en el Esportón, rindiera la flota, superior y mejor avituallada ante las cuatro carracas que los Estados Unidos mandaron para combatir en la Bahía de Cavite. Desde aquel lejano momento de la Historia, las Filipinas serían tan españolas cómo Teruel y significarían el gran aceso de las mercaderías españolas y americanas al mercado asiático en general y chino y japonés en particular. 

Fueron nuestras posesiones asiáticas más preciadas dirigidas en primera instancia desde la Nueva España, desde donde eran regidas y abastecidas con el famoso Galeón de Manila. El cual, una vez al año, llevaba importantes mercancias de toda la parte americana y europea de las Españas hasta los puertos de Manila y Cebú, donde se tranasportaban también ingentes cantidades de plata en forma del no menos mítico Real de a Ocho, muy apreciado tanto por su tamaño cómo por su pureza por los comerciantes y el gobierno chino, que nos vendía sus porcelanas y sedas a cambio de la plata extraida del Potosí y de las minas mexicanas con la amalgama extraida de las minas de cinabrio de Almadén y transformadas en las cecas de Lima. Aún siguen circulando piezas de la que fuera la primerísima moneda global de la cual emanaría la principal moneda contemporánea que no es otro que el Dólar.

Española, siempre española.

Estados Unidos se empleo a fondo para borrar una huella, la hispánica, de forma rápida y quirúrjica. Corazón Aquino se empleó en borrar la última huella idiomática restando importancia al español en la constitución del país. Aún así, España tiene una gran deuda de gratitud con una Islas que están casi en las antípodas y que a pesar de seguir hablando el Tágalo y el Inglés, busca de forma desesperada sus raices hispánicas, las que les ayudaron a ser evangelizados, educados y parte de un imperio en el que gracías a ellas, a las Marianas y a las Carolinas, nuestra parte asiática estaba consagrada y resguardada. Y ello a pesar de los continuos ataques por parte de fuerzas británicas o neerdenlandesas, que ponían en continuos bretes a las fuerzas estacionadas allí, muy vulnerables por la lejanía y continuamente atacadas por revueltas interiores, epidemias de fiebre o cualquier factor que los pusiera en peligro por la simple falta de lo más necesario por la lejanía al resto del Imperio.

Y es precisamente esa lejanía geográfica la que ha hecho que mientras en España se siguiera hablando de Cuba y Puerto Rico cómo islas de pleno derecho en relaciones con la península, no se haya dado el mismo rigor y apoyo al lejano achipiélago de los tágalos, que fue Español por espacio de trescientos setenta y siete años y que sirvió de enlace entre la principal potencia occidental de la época y la cultura oriental de aquellos tres siglos en que a pesar de su decadencia, España siguió siendo uno de lso grandes paises a tener en cuenta en toda su dimensión. Es por ello que pienso que debería hacer más hincapié en dar a conocer las bondades de esa tierra que fundamos sobre peñascos de grava volcánica en el Mar de la China, al lado de Borneo y Sumatra, a un tiro de piedra de la antigua Indochina y sobre todo en medio de todos los barullos que Estados Unidos y las potencias coloniales se llevaron entre manos durante todo el siglo XX.

De Justicia.

Aunque ignoro muchísimas cosas sobre el estatus de Filipinas, nunca es tarde si la dicha el buena y creo que no lo es en el momento en que decido que Filipinas habrá de tener también su huequito, lo mismo que el resto de la Hispanidad, en nuestro, vuestro blog. Creo que España deber de reconocer y redescubrir una tierra tan llena de posibilidades cómo de Hispanidad y pensar que si todos los paises, ahora que el Imperialismo yanqui se debilita, empiezan a mirar de soslayo a sus potencias administradoras en tiempos, justo es que España se prepare para volver a ser el epicentro de la Hispanidad. Todo ello alejándonos de prejuicios y tópicos que son lo que más miseria y porquería nos han traido tradicionalmente. El tiempo de los politicastros ha terminado y comienza una nueva era en la que el Pueblo debe de dejar de estar adocenado y manipulado y aplicarse a descubrir la verdadera dimensión y realidad de las cosas. España y Filipinas estuvieron más unidas de lo que nos han enseñado y es tiempo de empezar a redescubrirlo.

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4 comentarios:

Doramas dijo...

Y que todo esto se perdió por culpa de unos politicos personalistas y vividores.

Unknown dijo...

He vivido en Asia, tierra a la que admiro, adoro y añoro. Y estoy de acuerdo en que España tiene una inmensa deuda de gratitud hacia Filipinas, hacia Marianas (hoy Guam y Marianas del Norte), hacia las Carolinas (Estados Federados de Micronesia), hacia Palau, hacia Ternate y Tidore en las Molucas del Norte (Indonesia), hacia Sabah (Malasia) y hacia Formosa (Taiwán), Camboya, Vietnam y todos los países del Extremo occidental del Pacífico.
Aunque en España eso se ignore, allí queda la huella de España hoy, en 2012. Allí muchas personas, muchas, son conscientes de que España anduvo por allí y que dejó su huella en muchas, muchas cosas. Muchas son conscientes y nos miran con respeto y, en bastantes casos, con cariño.
Sin demérito ninguno para América, la inevitable y entrañable América de nuestros horizontes mentales y de nuestras alegrías; aquella parte del mundo no es, en absoluto, menos "española" que la otra. Y, si bien es cierto que el español ya no se habla apenas, tampoco se habló extensamente nunca. El hecho de haberlas perdido como las perdimos impidió que los nuevos Estados independientes hubieran asentado su nueva nacionalidad con base en el español, como pasó en América.
Por poner una comparación, si países como Guatemala o Bolivia son hispánicos -y lo son-, no lo son "más" que Filipinas o Marianas. Con la diferencia del idioma, claro.
Y la herencia española queda, fundamentalmente, en las culturas respectivas (Filipinas, Micronesia), o en la memoria histórica y los restos topográficos, arqueológicos, gastronómicos y de otra índole en los demás sitios.
Así que, ahora que Asia recupera el lugar central en la historia de la Humanidad que le corresponde por derecho propio, es hora también de que todos los españoles miremos a Asia en general y pensemos y sintamos deseos de conocer mejor y reactivar y profundizar nuestros fortísimos lazos con los pueblos que, un día no tan lejano en términos históricos, nos acogieron con dulzura, nos enseñaron tantas cosas, nos proporcionaron tantos y tan ricos bienes y a los que, como siempre, entregamos nuestra alma.

Unknown dijo...

Excelente texto, amigo.

Unknown dijo...

DORAMAS, cierto, mi buen amigo. Ansias, ambiciones y pensar más en los cojones que en el estómago... Es lo que trae la irresponsabilidad de un sistema cómo el que teníamos y tenemos...

Darle Caña a ésto: