viernes, 23 de septiembre de 2011

Utopia. La Tercera Republica traera la libertad.

España es el típico país donde la misma piedra, invariablemente, nos hace tropezar una y mil veces sin ver que es un escollo que, facilmente, se termina tirándola al fondo de un barranco. Lamentablemente, la piedra, en muchas ocasiones, es enorme y requiere atarle además, a los que tantas veces tropiezan con ella no sean que se multipliquen y nos hagan recaer a los demás en un vórtice sin fin del que no podamos salir. Es algó redundante con temas cómo, por ejemplo, la república cómo modo político para España. Un modelo que ha fracasado dos veces y que volverá a fracasar una tercera, cuarta y milesquiera más veces que se osara de proponer.
No voy a entrar en la trampa de legitimar a Franco por el mero hecho de que la Segunda República fuera encaminada auna dictadura de terror que se atajó con una dictadura militar. Cualquiera con dos dedos de frente que haya leído someramente sobre los cinco años y pico de periodo repúblicano habrán visto que ese periodo fue de todo menos pacífico y que era preludio de lo que vino cuando podría haber venido algo mucho peor que nos habría colocado al nivel, y no es broma, de la misma Yugoslavia. Entre fricciones internas, derechos históricos y toda la mil quinientas los Balcanes, al lado de la que se habría liado aquí entre nacionalistas, socialistas, comunistas, anarquistas y un payaso que pasaba por all, amén de las dos mil seiscientas facciones que hubieran surgido, serían una sesión de guerrilla de pelotas de pintura.

Que la dictadura de Franco fue deleznable, repugnante, injustificable y amoral no lo puede negar nadie. Que la República, siguiendo el camino que llevaba, iba a degenerar en algo peor, tampoco. Y todo por no asumir que España no es un país, sino una monarquía. Que de hecho hasta la Transición no hubo un rey separado de la política y que, el dueño del Imperio Español no fue el pueblo de España sino su soberano a título de rey. Es así, España es un país moderno, relativamente estable, libre y democrático gracias a una ligera pérdida de soberania en favor de una institución cómo la Corona. Imaginarnos ésto en una República, siendo los españoles cómo somos es, simple y llanamente una Utopía.

Nos pese lo que nos pese, la monarquía es a España lo que el botón es al ojal. Es su justificación de  su existencia. Es la forma en que España puede subsistir a sus tensiones internas y seguir adelante. Es la única forma en que nuestro país va a resistir el envite del nacionalismo, de las diferentes opciones políticas y por supuesto, del cainismo imperante que nos hace ver al vecino cómo el objetivo a abatir por las más peregrinas cuestiones. La república precisa de elegir un presidente que gustará a una mitad en detrimento de la otra mitad. El enfretamiento estaría servido por cuanto el arbitro en las decisiones de Estado estaría a favor o en contra de un determinado poder fáctico.

Haganme caso señores pro-républica y no nos calienten más la cabeza a los que vemos en la situación actual uno de los mejores periodos de la Historia de España. La Monarquía es necesaria por cuanto no podemos vivir sin ellas. Ni ésto es Francia ni tenemos espirítu republicano. Sería tanto cómo decir que en Andalucía ganarían los nacionalistas y nos convertiriamos en un país independiente satélite de Marruecos.

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1 comentario:

Viriato dijo...

Además como se dice en estos casos: Cuando algo funciona, ¿por qué cambiarlo?.

Darle Caña a ésto: