Formas de escribir.

Foto Propia. Y mientras... A seguir leyendo...

Llevo unos días contemplando (y regocijándome de ello), algunos comentarios de aquellos que pasan por aquí sobre mi forma de escribir. Visto lo visto, a parte de ruborizarme, tendré que comenzar a creerme que de verdad estoy hecho, en mayor o menor medida, para ésto de juntar letras, darles significación, dotarlas de ritmo y, en suma, darles esa vida que la haga atractiva a la comprensión de aquellos que gozan leyéndome. Creo sinceramente estar dotado para las letras, pero cómo con todo en la vida, uno quiere ser mas modesto que Modesto y aún no se considera preparado para dar los grandes pasos en pos de la vida literaria que tanto he anhelado y que sigue, ahora cómo ayer, un poco fuera de mi propio alcance. En sí, éste blog nació con ese interés, el de fomentar en mí mismo el interés por la escritura, el de infundirme los ánimos necesarios para dedicarme a ello y sobre todo, dedicarme a pulir mi manera de escribir, devastarla, afinarla, mejorarla y abrillantarla. Aún me cómo según que acentos, con que todavía me queda camino por delante.

Escritor novel.

Siempre me he considerado tal y no creo que en un breve espacio de tiempo tal situación pueda cambiar. Aún recuerdo cuando de la mano de mi mentor en ésto de los blogs, el tristemente fallecido por un cáncer, Jose Ramón Morales, decidí empezar a rellenar un hueco de internet con palabras robadas a mi propia mente. No diría yo que en aquel momento bulliera en mí un verdadero instinto de escritor precoz. De hecho tengo algún que otro relato de aquella época y ahora, más habituadoa ésto de aporrear teclas, debo reconocer la bisoñez con la que me enfrentaba al mundillo de las Letras y la ignorancia de escritor incipiente que albergaba en aquel estado. Era bastante simple y diría que obsceno en la escritura de unos textos en los que el bizarro uso del lenguaje llano no hacía sino descubrir lo lejos que estaba no ya de poder públicar, sino de poder ni tan siquiera considerarme un Novel. Más bien habría de situarme en un torpe aprendiz de juntador de palabras sin más futuro que la frase fácil y el contexto estúpido.

Por ello el blog, éste blog, me ayudó en gran medida a foguearme. Es cómo cuando en el Ejército te dan un arma. Tienes que pegar unos cuantos tiros para perderle el miedo al ruido, al retroceso y al olor a pólvora. Es lo bueno que tiene escribir en una plataforma disponible a todo el mundo, accesible desde cualquier parte del planeta y con la posibilidad inherente a éste medio de poder ser ampliamente criticado por lo escrito, en forma, estado o contenido. El fogueamiento no ha concluido, no se vayan a creer, por cuanto me queda muchísimo por soltar mi prosa, mucho más en saber transmitirla y eones de poder conseguir vivir de ella. Creo sinceramente que soy demasiado pesimista a la vez que precavido y en ello llevo una doble contradicción. Considero que escribo decentemente bien pero de igual modo considero que no estoy preperado para hacerlo profesionalmente. Eso es, no obstante algo que no debe de ser calificado o juzgado por el que escribe, sino por el que lee.

El tiempo dirá.

Y sobretodo la abrupta crítica de aquellos que osan dejar su tiempo en el afán de leer cada uno de los temas que ataco, cada uno de los artículos que escribo o cada uno de los comentarios que contesto. Es un trabajo harto cansino el tener que leer a alguien con pretensiones de escritor, con grandes ínfulas de llegar a ser pero sin que sea capaz de dar el primer paso para llegar a ser. Supongo que sólo me resta pedir perdón y solicitar paciencia si, en algún abrupto momento, flaqueo o me voy por los tamarales que, con ciertos temas y contertulios es fácil de hacer y difícil de evitar. De momento me resta camino por recorrer en las amplias facetas en las que me muevo sin dar más importancia a una u otra. Ya sea en la distancia corta que supone el relato sin pretensiones, la distancia media que supone hablar de temas cómo la politicástrica o la larga distancia que supone transmitir el sentimiento que uno pone cada vez que una foto sale de su alma.

Es una pena, y lo digo con el sentimiento que entraña el perder aalguien venerado y valorado, que el gran José Ramón Morales haya fallecido. No es que él me ayudara mucho en el tema literario, pero siempre me apoyó en todo lo que escribí, dándome la primera mano para que los artículos de mi blog fueran relativamente conocidos a través del suyo. Por desgracia, un largo periodo nos separaría desde finales de dos mil nueve a mediados de dos mil once, momento en que decidí, por así decirlo, retomar de manera profesional, la bitácora que hoy teneís ante vosotros y que espera mucho más de sus lectores que una fugaz visita o un insustacial comentario. Seguramente el pedir una crítica feroz no sea lo más normal, pero supongo que es lo que debería pedir cualquier aspirante a maestro de letras para poder estar siempre cómo el César, a píe de tierra, que para eso llevaba siempre un esclavo que le recordaba que era mortal.

En adelante...

Espero poder aplicar a mi escritos, sean del carácter que sean aquello que se aplicaba a los Juegos Olimpicos: Altius, Citius, Fortius. Más alto en cuanto a temas y calidad de narración y no dejarme llevar sólo por el mantecado del momento o lo que acabe de leer,que puede ser penoso y hacer que se me atragante la merienda. Más rápido y dinámico, con textos en mi formato caracterísitco pero más adecuados a lo que persigue el que me visita que no es otra que pasar un buen rato leyendo mis textos y más Fuerte desde la perspectiva de la cohesión, la continuidad, la mejora en textos y ortografía y sobre todo en el apoyo de mis lectores que son, al fin y al cabo, los que hacen que seguir escribiendo siga siendo mi razón de ser. No sé si a la larga del Blog saltaré a otros derroteros más entroncados, lo que sí sé es que ésta bitácora es una creación genuinamente mía y que sus textos son mi completa responsabilidad, tanto por lo que suponen para mí cómo lo que supongan para mis visitantes y eso, amigos, es todo un reto.

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