martes, 16 de octubre de 2012

Un reino sin corona.

Con Francisco Franco, España era un reino sin corona. El dictador se arrogó el papel de la difícil regencia de un país anómalo, cainita  con más testosterona que cerebrina. Eso fue España desde que, brincando el Ebro, Franco dió prácticamente por finiquitada la Guerra, con gran boato de banderitas españolas en la Diagonal, muchos nazimbéciles saltando los Pirineos sabiendo lo que les esperaba de quedarse en España y sobretodo enemigos a tutiplén de España autodepurándose con el autoexilio. Justamente aquellos cuyos descendientes, ocho décadas después, han hecho lo imposible, por destruir el país, desde el establecimiento de un sistema dictatorial encubierto en una falsa democracia, a un sistema económicamente insoportable cómo las Comunidades Autónomas y el empobrecimiento mental de una sociedad que antaño soportaba todo con estoíca resignación y hoy, imbecilizada, manipulada, inmersa en la decadencia cultural y mental tan sólo busca subvención, fútbol y prensa del corazón.
Sea cómo fuere...

Todo ello sería fácilmente ocultable en una situación de crecimiento económico del tres por ciento, con unos nuevos ricos tirando de talonarío y viviendo la vida sin preocuparse de la hinchazón preocupante y al borde del colapso de una economía totalmente ficticia. La Española podría ser una gran potencia si hubiéramos manenido lo que el Régimen nos legó y no hubiéramos querido jugar a potencia europea de tercera. Indusria y agricultura, esfuerzo y pasión, se fueron aleargando ane la incipiente democracia, el tiempo de los politicastros, la prometedora y hoy fallida monarquía y sobre todo de vivir la vida, ya fuera por las prestaciones, los subsidios o las ingentes cantidades que, procedentes de Europa nos forraban el lomo a costa de extirpar viñas, olivos, cerrar fábricas y dejar que las decisiones de lo que debíamos o no debíamos hacer, fuera de Madrid a Bruselas. Hoy, ahora, nuestro crecimieno se comprime. Nuestro estatus de servidumbre hotelera nos pone en la tesitura de depender entéramente de aquellos que, durante siglos, han pretendido hundirnos total y socialmente.

El caso es que con nuestra inevitable caída cómo nación, el pueblo no puede dejar de fijarse que llevamos casi cuatro décadas viviendo en la más absoluta de las mentiras y que, al fin y al cabo, consagraba a la Monarquía cómo la panacea de todos nuestros inexisentes problemas, descubrimos que, tras soltar Wert lo que todos pensamos y deseamos, que España vuelva a ser un gran país, empezando por la españolización de todos nuestros jóvenes, cómo primera medida para empezar a andar al futuro con unas mínimas garantías de éxito, descubrimos la filiación independentista y progresista de un rey que, no sólo demuestra echándole la bronca a un Presidente de Gobierno de derechas (presuntamente) por tener ese ministro en esas filas y defendiendo las tesis nazimbéciles de que de españolizar nada, que ellos enseñan todo menos lo de Una, Grande y Libre, justo lo que todos los paises defienden y enseñan, que está más que amortizado, sino que encima tiene un delfín que, evidentemente, está perdiendo puntos a marchas triples para ceñir la Corona Hispánica so pena de perder la cabeza antes de ungirla.

Cuestión de Coronas.

El caso es que España se encuentra así, después de tanta idiocia cómo el sistema democrático español nos ha traido, en la nueva encrucijada de no poder renunciar a la Monarquía cómo sistema político pero no poder hacerlo con éstos últimos petrímetes de la más nefasta de las dinastias que han gobernado en el mundo, los Borbones. Sería bueno que el Pueblo fuera reconsiderando la opción de buscar un nuevo candidato a Rey de la antigua dinastía austracista o conertirnos en algo puente entre República y Monarquía, todo menos dejar que los que tenemos ahora, amigos de nazimbéciles, entregados a los tejemanejes de los progres y en definitiva, más preocupados en mantener sus opacas cuentas ocultas y su estado de vida que de determinar acciones de jefatura de Estado en el momento más delicado al que se enfrenta la monarquía Hispánica  y el Pueblo Español. Así vamos viendo cómo, desde que Cara Garbanzo se envió al Valle de los Caídos que hemos vivido en una gran y absoluta pesadilla de la que apenas empezamos a despertar.

Así las cosas, ahora toca a Don Felipe, mientras siga siendo Don Felipe, debería ir pensando que el no tiene el 23F para poder vivir de los réditos de los que ha vivido su Padre mientras los monos y los enanos le van creciendo preocupantemente a su alrededor. Su antepasado lateral Luis XIV se pasó de tocada de huevos al pueblo francés y ya hemos visto cómo le fue. Un Rey progresista es tanto cómo una piedra pómez que se hunde, algo tan sumamene insólito cuyas consecuencias son inequívoca y absolutamente impredecibles y catastróficas. Por ello, y a pesar de que Franco no fuera un adicto a las ideologías y todos lo tilden de derechista porque la República fue abiertamene de izquierdas, el Rey, que debiera serlo de todos los españoles, debería salir más, mezclarse más en los deshaucios, ir un poco más a las manifestaciones donde los antisitemas hacen fuera y el progresismo el agosto  sacar sus propias conclusiones, las que le llevarían inequívocamente a concluir que no sólo no es el Re de todos los españoles sino que su popularidad cae y con ello la seguridad de su cabeza.

Tiempo ha...

Los Reyes eran España y, desde esa máxima, España era tan poderosa, dura, suave o letal cómo lo fuera el Rey en cuestión. En los tiempos actuales, en los que la mera figura de un Rey es ya anacrónica y desfasada y por ende, en la mayoría de los países de mundo, una figura de árbitro y alta representatividad del estado, su Títular debería tener por delante el saber que no está ya el Pueblo subordinado a él y que es su existencia posible por ese mismo Pueblo al que ya son tantísimas las pruebas que se le están poniendo por encima que ya ni siente ni padece más allá de una rabia contenida que esconde una total desilusión por un sistema que no atiende sus demandas y necesidades, sino que las genera a marchas dobles mientras unos pocos se hacen muy, muy ricos, a costa de muchísimos cada vez más y más pobres. Cataluña tiene un grandísimo problema, España tiene muchísimos y ni la casta politicastra ni la Monarquía pasa por ser la solución para un fuego que cada vez más se alimenta con gasolina.

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8 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora mismo esta sentadito con Wert al lado viendo el partido en el Calderon.
A este le pasará como a su abuelo, cuando quiera mirar para nuestro lado para pedir árnica, se dará cuenta que nos tiene de espaldas y que no tiene quien lo defienda después de tanto tontear y entregarse a sus enemigos, que son los mismos que de España o al menos deberían serlo también para él.
Saluditos.

Leona catalana dijo...

Las alcantarillas, Churre, hay que mantenerlas limpias porque los gilinazis de hoy serían capaces de no pasarlas por ser unos señoritingos y anda que no nos libraríamos de ellos, ¡jo!

Anónimo dijo...

El primer problema de España es la ausencia de cultura política y el segundo lo es la carencia de una mínima educación seria escolar en las masas.

Con esos ingredientes se ha inculcado que las REPÚBLICAS sólo pueden serlo de izquierdas y comunistas, como la que fue antes de Franquito. Grave Error. Las más importantes democracias y donde mejor funciona esa democracia es en REPÚBLICAS como Francia, Usa, Alemania, etc. y las monarquias son algo tan obsoleto que unicamente caben en paises con menos de 10 millones de habitantes. Por ejemplo los daneses, noruegos y excepcionalmente Gran Bretaña.

Los Borbones siempre han traicionado al pueblo y han apoyado a los que les dejan enriquecerse indebidamente, y ese es el actual caso del Borbón al que los sociatas han dejado que se convierta en un millonario, borracho e inutil.

candela dijo...

Deberiamos romper ya con la Transición y sus moldes, incluida la Monarquía, y con una Constitución no votada por millones de españoles y que hace aguas desde el principio.

Lo dificil será que, por las buenas, corona y clase política atiendan a estas necesidades pero como no va a ser así tengo pocas esperanzas en que siquiera a medio plazo esto se convierta en un país moderno con una república de todos y para todos.

Anónimo dijo...

Tienes toda la razón: necesitamos un nuevo sistema de gobierno estatal. Si, ¿pero cúal?
Está claro que si con Franco éramos una monarquia sin corona, ahora es mucho peor: Somos un reino sin rey ni valido, sin gobierno ni cabeza visible.
En fin, te noto un poco desanimado. ¡Animo! no decaigas... En cierta ocasión en que yo me encontraba atado de pies y manos para hacer lo preciso para resolver, vino un jefe mío y me dijo: "No desesperes, hay cosas que se han de poner muy mal para que empiecen a ir bien" En efecto, pocos días después alguien nos dio carta blanca para resolver el tema...

Anónimo dijo...

Muy grandes hay k ponerlo en practica

Unknown dijo...

Zorrete, su tiempo ha pasado y se terminó su buena estrella, reluciente tras su fingido buen acto durante el 23F. Ahora el Estado precisa de un nuevo sistema y él está decididamente fuera. No sería extraño que tuviera que morir, cómo su abuelo, fuera de España.

ITA dijo...

Cuánto facismo en España.
Seguid así.

Darle Caña a ésto: