José Francisco de San Martín. |
José Francisco de San Martín, quien
junto con Itúrbide y Bolivar se considera libertador de la América
Española, cuando con sus acciones sólo lograron someter al Cono Sur en
una seríe de taifas que aún laboran unas contra otras nació español. Sin
dejar de ser hispanoamericano de pura cepa. Nació el veinticinco de
febrero de mil setecientos setenta y ocho en la reducción de Yapeyú,
situada en el Virreinato del Río de la Plata, en el actual Paraguay.
Moriría en Francia, en Boulogne-sur-Mer el diecisite de agosto de mil
ochocientos cincuenta, siendo reconocido inicialmente cómo militar
español y posteriormente cómo argentino. Participó con tesón y
convencimiento en cuantas campañas fueron precisas para asegurar la
independencias de Argentina, Chile y Perú. Su historia podría decirse
que comenzó con el traslado de su padre, también militar, a la
Península y más concretamente a Málaga, siendo enviado a estudiar al
Real Seminario de Nobles de Madrid. A posteriori ingresaría en la
Escuela de Temporalidades de Málaga corriendo el año mil setecientos
ochenta y seis.
España.
Estando
en España y cursando estudios en Málaga, adquiriría conocimientos de
castellano, esgrima, latín, retórica, francés, matematica, alemán,
historia, dibujo, geografía y poética. Si bien todos los hermanos San
Martín siguieron estudios militares, sólo José Francisco retornaría a
América con las consecuencias por todos conocidas. Contando con tan sólo
once años y corriendo mil setecientos ochenta y nueve ingresa cómo
cadete en el Regimiento de Murcia mientras Europa era barrida por la
Revolución Francesa. Lucharía con aprovechamiento en las campañas del
norte de África en los contornos de Melilla y de Orán. El diecinueve de
junio de mil setecientos noventa y tres ascendería a subteniente segundo
cómo premio a su valía y arrojo en las operaciones pirenaícas contra
las incursiones francesas. Ese mismo año y en pleno mes de Agosto su
regimiento se rendiría tras haber arrostrado ante los británicos en las
incesantes luchas navales en los que participara.
Aún
así, San Martín continuó su ascenso militar alcanzando el veintiocho de
julio de mil setecientos noventa y cuatro el grado de subteniente
primero, el de teniente segundo lo ostentaría el ocho de mayo de mil
setecientos noventa y cinco. Continuaría hasta lograr ser ayudante
segundo el veintiseís de diciembre de mil ochocientos dos y finalmente
capitan el dos de noviembre, festividad de los Fieles Difuntos de mil
ochocientos cuatro. Lucharía a partir de entonces y cómo capitan segundo
de la Infanteria ligera española en diferentes acciones entre las que
sobresaldrían las de la Guerra de las Naranjas contra Portugal,
en mil ochocientos dos, en Gibraltar y en Cádiz contra los británicos en
mil ochocientos cuatro. En mil ochocientos ocho sería ascendido a
ayudante primero del Regimiento de Voluntarios de Campo mayor a resultas
de la Guerra de la Independencia y por la Junta Central de Gobierno
establecida en aquel en tonces en Sevilla. Eso sin olvidar el año que
sirvió a bordo de la fragata Dorotea.
Militar Condecorado.
Fuera de lo que pudiera parecer, San martín fue, en primera instancia y a tenor de lo que se nos muestra un abnegado español que combatió con bravura en el ejército de su país. Buena prueba de ello es que fue distinguido varias veces en sus acciones contra los franceses siendo ascendido a capitán del Regimiento de Borbón. Así, su principal actuación, en la que probó su valía cómo oficial al frente de sus hombres fue en la definitiva victoria de la Batalla de Bailén, acaecia el diecinueve de julio de mil ochocientos ocho en la que Castaños puso las cosas claras impediendo el avance de tropas francesas, hasta entonces imparables. San Martín se destacó en la misma cómo ayudante del General marques de Coupigny. Gracias a éstas operaciones,el Ejército de Andalucía avanzaría y recuperaría Madrid haciendo retroceder, por vez primera a las tropas imperiales. En premio a su actuación, conseguiría el grado de teniente coronel el once de agosto de mil ochocientos ocho, recibiendo la medalla de oro de los héroes de Bailén junto a sus tropas.
Sin césar en el empeño, continuó la lucha contra los franceses en el ejército de aliados que, junto con España combatia a los gabachos en el Rosellón, Portugal e Inglaterra combatiendo incluso a las órdenes del general William Carr Beresford, a la sazón el oficial que dos años antes había invadido Buenos Aires. En esas campañas sería donde San Martín comenzaría a inflexionar en contra de España al conocer a Lord Macduff, un noble escocés que lo introduciría en las logias masónicas secretas que ya conspiraban hace tiempo para liberar los territorios ultramarinos españoles. En esas logias hizo contacto por primera vez con los círculos liberales y revolucionarios que propugnaban la independencia americana, eso sí, sólo de España. participaría en total en diecisiete acciones de guerra, dejándose la piel bajo pabellón español en Orán, Baterías, en la Dorotea contra los británicos de The Lion, Cruz de Yerro, San Margal, Bañuelos, Hermita de San Luc, Batalla de bailén, Batalla de Albuera, combate en Arjonilla, Arrecife de Arjonilla, las Alturas, Baterías de Villaloga, Mauboles, Torre Batera, Coliombré y Port Vendres.
Inglaterra.
El seis de septiembre de mil ochocientos once, convencido de que su camino debía correr lejos de los designios de España abandona su carrera militar solicitando a su jefe un pasaporte para viajar a Londres. Le fue concedido sin problemas junto a cartas de recomendación, entre las cuales figuraban una para Lord macduff, su mentor masónico y el catorce de septiembre partió alojándose en el veintitrés de Park Royal en el distrito de Westminster en Londres. Allí compartiría veladas con otros compatriotas enemigos ya declarados de la presencia española en las Indias. José Matías Zapiola, Tomás Guido y Carlos María de Alvear entre otros. Serían éstos los integrantes de la Gran Reunión Américana, impulsada por los británicos para hundir el Imperio Español desde dentro habienda cuenta que no lo podrían tumbar desde fuera con sus fuerzas militares e integrado mayoritariamente por filiaciones masónicas habiendo sido fundada por Francisco de Miranda quien, junto a Bolívar, ya luchaba para hacerse un cortijito independiente en Venezuela.
Fuera de lo que pudiera parecer, San martín fue, en primera instancia y a tenor de lo que se nos muestra un abnegado español que combatió con bravura en el ejército de su país. Buena prueba de ello es que fue distinguido varias veces en sus acciones contra los franceses siendo ascendido a capitán del Regimiento de Borbón. Así, su principal actuación, en la que probó su valía cómo oficial al frente de sus hombres fue en la definitiva victoria de la Batalla de Bailén, acaecia el diecinueve de julio de mil ochocientos ocho en la que Castaños puso las cosas claras impediendo el avance de tropas francesas, hasta entonces imparables. San Martín se destacó en la misma cómo ayudante del General marques de Coupigny. Gracias a éstas operaciones,el Ejército de Andalucía avanzaría y recuperaría Madrid haciendo retroceder, por vez primera a las tropas imperiales. En premio a su actuación, conseguiría el grado de teniente coronel el once de agosto de mil ochocientos ocho, recibiendo la medalla de oro de los héroes de Bailén junto a sus tropas.
Sin césar en el empeño, continuó la lucha contra los franceses en el ejército de aliados que, junto con España combatia a los gabachos en el Rosellón, Portugal e Inglaterra combatiendo incluso a las órdenes del general William Carr Beresford, a la sazón el oficial que dos años antes había invadido Buenos Aires. En esas campañas sería donde San Martín comenzaría a inflexionar en contra de España al conocer a Lord Macduff, un noble escocés que lo introduciría en las logias masónicas secretas que ya conspiraban hace tiempo para liberar los territorios ultramarinos españoles. En esas logias hizo contacto por primera vez con los círculos liberales y revolucionarios que propugnaban la independencia americana, eso sí, sólo de España. participaría en total en diecisiete acciones de guerra, dejándose la piel bajo pabellón español en Orán, Baterías, en la Dorotea contra los británicos de The Lion, Cruz de Yerro, San Margal, Bañuelos, Hermita de San Luc, Batalla de bailén, Batalla de Albuera, combate en Arjonilla, Arrecife de Arjonilla, las Alturas, Baterías de Villaloga, Mauboles, Torre Batera, Coliombré y Port Vendres.
Inglaterra.
El seis de septiembre de mil ochocientos once, convencido de que su camino debía correr lejos de los designios de España abandona su carrera militar solicitando a su jefe un pasaporte para viajar a Londres. Le fue concedido sin problemas junto a cartas de recomendación, entre las cuales figuraban una para Lord macduff, su mentor masónico y el catorce de septiembre partió alojándose en el veintitrés de Park Royal en el distrito de Westminster en Londres. Allí compartiría veladas con otros compatriotas enemigos ya declarados de la presencia española en las Indias. José Matías Zapiola, Tomás Guido y Carlos María de Alvear entre otros. Serían éstos los integrantes de la Gran Reunión Américana, impulsada por los británicos para hundir el Imperio Español desde dentro habienda cuenta que no lo podrían tumbar desde fuera con sus fuerzas militares e integrado mayoritariamente por filiaciones masónicas habiendo sido fundada por Francisco de Miranda quien, junto a Bolívar, ya luchaba para hacerse un cortijito independiente en Venezuela.
Continuará>>>
4 comentarios:
Buena biografía y muy detallada.
Tanto éste como los demás militares sublevados contra España, incluído Bolivar, pertenecian a Logias masónicas creadas por los británicos ex profeso para arruinar a España.
Bolivar era descendiente de un vasco vizcáino y militar de academia española, también.
Los masonazos siempre dando por c... a España. Algunos tendrían que ser expulsados al p.t. desierto sin nacionalidad ni ostias, masones, jesuitas y otra canalla.
Saluditos.
Javier, uno de los tres enemigos más poderosos de la España del XIX creados y sustentados por el Imperio Británico, San martín, Bolívar e Itúrbide. Tres mamonazos que privaron al pueblo americano del progreso y la libertad emanada de la Constitución de 1812.
Zorrete, mucha razón que tienes, pero, ¿Quién le pone los cascabeles al gato en ésta sociedad de pazguatos al cubo?
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