Muchas veces pienso que la autoridad monetaria europea es lerda de cojones. No hay que ser un lumbrera para saber que si hay unos ochenta y cinco millones de billetes de quinientos euros y no se ve ninguno en circulación es que, básicamente, alguien los está acaparando. Lo normal es que quien lo está haciendo lo haga porque el muy bribón ha decidido meterselos en oculto y no pagar unos cuantos impuestillos que sin duda le podrían dejar con mucho menos cash del que tendrían si cumplieran sus obligaciones con el fisco. Obviamente, el ciudadano de a pie, ese que se levanta temprano para ir a trabajar o aún más temprano para ir a pillar número en la cola de los servicios de empleo, no acapara esos billetes, que deberan cambiar de mote, pues Bin Laden ya apareció y fue finiquitado taxativamente por las fuerzas especiales de Yanquilandia. Esos billetes son algo inalcanzable para un altísimo porcentaje de la población y sin embargo es casi imposible encontrar ninguno en circulación. No deja de ser curioso.
Más ricos, más pobres.
La crisis económica ha sobrevenido en parte por haber vivido, en global, por encima de nuestras posibilididades y en particular gracias a los entrañables y a la vez hijos de la grandísima meretriz que se dedican a la especulación. Da lo mismo con que hacerlo. Petroleo, trigo, condones. Todo aquello que sea suceptible de dar un mínimo beneficio económico aunque conlleve condenar a la hambruna a seiscientos millones de personas es digno sujeto de las garras especulativas. Y eso, si da beneficio, es bueno para el bolsillo avezado que, obviamente, no piensa, en la medida de sus posibilidades, pagar ni un mínimo impuesto. Cómo es un dineral, un pastón hay que ocultarlo de diversas formas. Ésta el sistema suizo, pero conlleva el riesgo de que te pesquen en la frontera o no te puedas escamotear a alguna de esas sucursales que la Unión de Banca Suiza está abriendo allende los mares para facilitar la vida a los receptores de ayudas estatales que sin embargo no pagan a hacienda.
Por ello, hay que buscarse un sistema para guardar la pasta. En nuestro caso, el español, donde más billetes de ochenta y tres mil y pico pelas se calcula que hay, se hace en fajos de esos billetes de color lila. Enormes fajos que o bien surgen cuando la guardia civil hace una redada en algún clan gitano en tratos con los colombianos o bien cuando algún promotor inmobiliario/concejal corrputo, especie en extinción el primero, abundante especimen el segundo, lo mete en bolsas de basura para dejárselo a la ex mujer para que se lo guarde. Todo un compedio de sinrazones que llegan a provocar el lamento en esos ricachos de nueva e irregular factura por no haber billetes de mayor valor pecuniario pues tantísimos billetes de quinientos ya abultan muchísimo y a mayor valor, mejor forma de escamotearlos. Eso es una constante en un mundo muy reducido al que la mayoría de los pringados que sostienen el sistema con retenciones de nómina cada vez más abultadas no pueden ni tan siquiera soñar.
El dinero oculto.
Hasta no hace mucho tiempo, el que de un día para otro iba con un mercedes de padre y muy señor mío, era o bien traficante o bien promotor. Claro está que el fraude en el segundo caso estaba al orden del día y de doscientos mil euros en una vivienda de tres al cuarto cincuenta mil iban en dinero de color dudoso. Así, el tráfico de billetes se iba engrandeciendo sin control. El Banco Central Europeo los emitía y el agujero negro de la construcción desmesurada, con sus recalificaciones, sobornos y pagos extraños los absorvía sin dejar rastro. Lo único que los caracterizaría y haría puramente españoles es su alto contenido en cocaina. Con ello se cerraría el ciclo carácteristico de cutre promotor- soborno- acaparamiento de billetes- uso para esnifar- trincamiento por delitos económicos y contra la salud pública. Ésto último de más dudosa aplicación, ya que la justicia es una porquería en éste país y el sistema es tan garantista que con un abogado medianamente bien pagado tienes el cuello a salvo... Si te toca de oficio ya no te puedo asegurar nada...
Así, innumerables zulos esconden tesoros de muchos millones de Euros en billetes de exótico pensamiento que todo el mundo ha mencionado pero que muy pocos han llegado a ver o usar. Un billete que fue creado para las grandes transacciones y que se ha convertido en el refugio de malversadores, fortunas de dudosa adquisición, contrabandistas y toda la ralea a la que no afecta la legislación económica, más preocupada por ver que el pequeño, el de abajo, no se le ocurra dejar de pagar a haciendo so pena de joderle, exprofeso, la vida. Esos billetes están ahí y sólo hay que hacerlos salir. Para las agencias antifraude eso parece algo completamente imposible, pues es necesario costosas investigaciones, saber quien puede o no puede ser un acapardor, quine estar haciendo el agosto a costa de menear dinero negro, un sinfin de cosas que impelen a dejar el tema cómo está en lugar de reflotar capital e incorporarlo a las economías nacionales que tan faltos están de dinerario. Y la solución es tan sencilla que, sin duda, si el BCE no la ha puesto en práctica o es que es imbécil o está conchabado para que el dinero negro siga siendo eso, más negro que un tizón.
La solución en la tinta.
El sistema dinerario es tan simple que hoy en día sería tan fácil de controlar cómo el hecho de cambiar cada cierto tiempo el color de los billetes. Cada lustro, por ejemplo, cambiar la secuencia de colores y así sería fácil que un acaparador se vería obligado a ponerlo en circulación so pena de tener que dejarlo inmovilizado ad eternum. Así de sencillo. No es un proceso excesivamente complejo, pues el BCE reimprime constantemente billetes deteriorados para reponerlos en circulación y sería tan fácil cómo poner, a partir del uno de enero de los años múltiplos de cinco una nueva serie de billetes con un periodo de transición de tres o seis meses. Controlando los números de serie y quienes los declaran se podría sacar un patrón factible de los que intercambian billetes una y otra vez y con ello, fácilmente, se podría controlar y penar a aquellos que se dedican a la especulación con un bien de primera necesidad cómo es el sistema monetario. Otra cosa es que los poderes de las administraciones sean capaces de ser eficaces por una vez en la vida y apliquen medidas tan sencillas cómo efectivas.
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28 comentarios:
¿De que color dices que son esos billetes tan difíciles de encontrar como aquella aguja que se perdió en el pajar? Siempre me he preguntado que hacía la dueña(o) de la aguja en aquel lugar.
CS creo que esta gentuza encontraría la forma de escaquear el dinero a pesar de los impedimentos que se les pueda poner. De todos modos quizás no se ponen demasiadas trabas por si las moscas ellos mismos quieren hacer uso de esos refugios monetarios algún día.
Un abrazo CS.
Bastaria con retirar de circulacion, para ser canjeados por otros de menos valor nominal, los billetes de 500 para inundar el mercado de dinero.
Como CASAS, creo que siempre encontrarían otra forma de escaquear la pasta.
Y los billetes de 500, no sé quién los acumula, pero el otro día tuve la desgracia de encontrarme con uno de ellos en la cola de alimentación de El Corte Inglés, que quedó colapsada durante una eternidad.
soy un robot inteligente, ya estoy preparado para leer curvas y espacios.
(lease con acento 3P0 cavernícola)
A día de hoy, no he visto ninguno, y tu idea es muy buena, desde luego, pero va a ser que no...
Abrazos.
Los billetes de 500 € no circulan, fundamentalmente porque, aunque de color lila, son más negros que el carbón. Podría ser una solución el cambio de color, como el famoso NIF de Solchaga en su día, pero en España se desvelaría el secreto al poco tiempo, como el del NIF, que-creo-fue la revista INTERVIÚ la desveladora del secreto y yo acojoné a mi suegro cuando le "adiviné"el NIF según la fórmula por la que pagamos un pastón a una empresa.
En los "lilas" hay mucho interés de muchos "lilas" a los que les interesan dejar las cosas como están y, además, cortan el bacalao.
Billetes de 500 de vellón son los preferidos de los "asustaviejas" cuando las viejas les plantan cara con abogados y éstos deciden pagar la indemnización en negro para quedarse con el solar. Un ejemplo.
Aunque cambie la tinta de los billetes, en España nos las apañaremos para sacar los viejos billetes y hacer el blanquéo, porque en eso somos maestros indiscutibles.
Un saludo y muchos billetes lilas para todos.
Buenas C S Peinado.
No es una cuestión de eficacia lo de cambiar el color de los billetes, sino de voluntad. Y donde no hay voluntad es que no interesa. Aquí la presunción es de mala fe y porque tiene que serlo, dado lo sombrío de cuanto rodea estos misteriosos papeles malvas. El oscurantismo latente detrás de cada operación solventada por medio de ellos, me lleva a pensar en cambiar su color por el negro, más acorde con las tramas corruptas que, sobre todo aquí en España, suele ser donde se mueven. Desde luego, la mayoría tiramos con el de 20 y ya bastante es... Que el euro y las autoridades económicas europeas puedan sacar los trapos sucios es una cosa; que lo hagan otra muy diferente.
Un saludo.
Yo nunca he tenido uno en mis manos,Parece que lo imprimieran solo para la casta priviligiada digo yo.un saludo.
He comentado alguna vez que la U.E.
debería anular esos billetes en un plazo razonable, seis meses sería mas que suficiente.
Como son billetes que apenas se ven, son perfectamente prescindibles.
Y como bien dices cambiar de color los de doscientos euros, pero cada dos años.
Saludos.
Como me gustaría tener tanto dinerito...
Hola, te devuelvo la visita al blog, ya me he enlazado con tu página, nos veremos por aquí en el futuro. Sobre el tema de la entrada, opino como Wittman que es cuestión de voluntad más que de eficacia.
Un saludo
Magnifico articulo Cspeinado donde planteas una realidad monetaria vigente, y donde describes a la perfeccion la ley del embudo. Embudo que nunca será revertido, ya que esos pocos que se benefician, no dejarán que los tantos muchos que no se benefician, tengan alguna posibilidad.
Un saludo.
Servidora todavía está por ver y tocar alguno que no sea del Monopoly, saludillos
Tienes razón, Casas Reales, el que hace la Ley, hace la trampa y por supuesto se prepara la cama para los tiempos chungos. Hay que dejar preparado el pesebre por si hay que salir corriendo con una mano delante y otra detrás y un billete de ese valor facilita mucho las cosas.
Precisamente hay quien está pidiendo, César, billetes de mayor valor nominal. Se nota que hay quien amasa papelitos que valen lo mismo que nuestro sueldo cómo quien recorta folios. Que envidia.
Muy bueno CS, una idea genial... Solo le veo un pequeño problema: Si hacen esto en menos de tres meses seguro que el papel moneda sencillamente desaparecería, lo cambiarían por el oro, la plata, o los pagares al portador... ¡Quien hizo la ley hizo la trampa!
Pero Candela, mientras la encuentran o no, tenemos varios milloncejos de Eurotes circulando, que es lo que necesita el sistema. Pastuqui contante y sonante que permita refrescar el sistema dinerario.
jinquer, tomo nota, lo próximo que aprenderés es a identificar diéresis.
ion-laos, yo si los he visto y he tenido y da un acojone inmenso ver la cantidad enorme de dinero que supone tener cuatro papelitos del copón. La verdad, no me gustó la experiencia. Sólo pensar que me los quitaran...
Tienes razón Jano, pero no me negarás que tocaría muchísimo los huevos a los negruzos si cada "x" años tuvieran que blanquear. Es loq ue pasó con la transición de la peseta al euro. Mares de dinerito fresco circulando en forma de casas, coches, fincas y todo un compedio de adquisiciones para no dar por perdidas a las "rubias".
De todos modos siempre se podrá cambiar a yuanes que es la moneda del futuro porque los Chinos nos comen ¿eh? Nos comen los chinos.
La verdad, Wittmann, es que a mayor valor pecuniario del billete, más delito genera. Si todo el dinero negro hubiera de ser almacenado y ocultado en billetes de cinco euros... Sería gracioso descubrir enormes zulos en los que encontrar ingentes cantidades de humildes billetes de mínimo valor mientras sus defraudadores se tiran de los pelos.
Es una cuestión preocupante que nos afecta a todos, pues a los ojos de la ley siempre será más culpable, por accesible, el que menos tenga.
Agustin, no son demasiado manejable, grandes y feos e incómodos de tener, pues con dos papeles que te quiten ya es un sueldo que has perdido.
No se ven, Helio, porque están ocultos en las cajas fuertes de aquellos que atesoran el dinero negro para evitar declarar cómo todo hijo de vecino.
Yo no digo que se tenga que retirar o no, sólo expongo una medida razonable para que aflore y se muestre, inyectando unos ochenta y cuatro millones de euros al sistema.
A cualquiera S., a cualquiera nos apasionaría tener ese dineral.
Bienvenido Piru y espero que tus visitas se vean impregnadas de la emoción que me imprgna a mi cada vez que visito un blog amigo. Voluntad poca, eficacia menos y los billetes siguen desaparecidos.
mariam, lo describes a la perfección y esos billetes son el límite entre lo que se supone es la riqueza absoluta y lo que es la pobreza total. Un límite dificil de cruzar que sigue maracando una lucha de clases tan dolorosa cómo eterna.
La textura es similar Maribeluca, el uso también.
Pues que desaparezca Lobo, a lo mejor así mejoraría la economía mundial.
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