Puerto Rico. El Castillo de San Felipe de El Morro.

Foto de Internet. La llave de América.

Si hay algo que me ha llevado desde siempre a interesarme, no sólo por la historia de España sino por su extensión a los territorios de Ultramar ha sido la capacidad constructiva de nuestro reino con respecto a otros imperios navales contemporáneos. El hecho de que la carrera colonial fuera eso, una carrera a contrarreloj en la que el enemigo simper intentaria llevar ventaja para acometernos y vencernos en cantidad de territorio, riqueza y tropas hizo que los españoles diéramos prioridad a la construcción militar, poblando las Indias de cientos de castillos, fuertes y murallas que, derramandose por acantilados y playas dan fe de la estadía de nuestro país en aquellas lejanas tierras.

Foto de Internet. Siempre preparado contra la Adversidad.

Por miparte uno de las castillos que más me han gustado siempre ha sido el de El Morro, en Puerto Rico. Patrimonio de la humanidad desde 1983 y a la vez dependiente del Servicio Nacional de Parques desde 1964 que lo preserva y mantiene cómo museo y depositario de la tradición e historia portorriqueña. Siempre, sus garitas, por cierto simbolo de la isla, has traido a la memoria puestas de sol en que el guardian de turno vislumbraba el horizonte en búsqueda de algún navio de la Pérfida Albión que llegara en busca de camorra. Quien dice de la Gran Bretaña, dice también de los holandeses que, dejándose caer desde sus colonias en las Bahamas, estaban al pairo de nuevas conquistas territoriales. Puerto Rico era el acceso a América y la salida a España y durante cuatro siglos la llegada y marcha de los buques bajo pabellón español lo hizo bajo la protección de sus baterías.

Foto de Internet. Tanta Historia en tan pequeño espacio.

Es el Morro, de los dos fuertes que protegen el viejo San Juan elmás grande y mejor pertrechado. Es una ingente mole de toneladas de piedras apretujadas unas contra otras que domina la Bahia de la capital de la Isla con seis niveles de baterias que, en su día, anduvieron cuajadas de cañones de hierro, forjados en la fábrica cántabra de La Cavada. En total aquella fachada defensiva se alzaba cuarenta y trés metros sobre el indómito Atlántico que rompía con fuerzas a sus pies, de pétreo calzado. Su capacidad de fuego y alcance, hacía que cualquier cosa que anduviera en su campo de visión fuera facilmente abatible. Las murallas, realizadas por la mano del hombre y lainteligencia de los arquitectos al servicio de la Corona, poseen un espesor de hasta tres metros, estando interconectadas con el resto del sistema defensivo que engloba a San Juan.

Foto de Internet. Bastión de Santa Bárbara.

De mano de los italianos, a la sazón españoles en aquella época por andar la práctica totalidad de la península itálica en nuestras manos, se inició la construcción de la primera bateria, culminándose ésta hacía 1540. La baterí podía defender ya pero el edificio en sí no se completaría hasta casi cincuenta años después. en 1589 un baluarte de completo sistema de defensa bordea toda la península de manos del trabajo de Juan Bautista Antonelli con el auxilio de varios y muy competentes ingenieros españoles. Francis Drake lo comprobó cuando, intentando asediarlo vió que era invatible sufriendo la furia de sus cañones en propia carne.  Sin embargo, la proyección defensiva naval del fuerte no sirvió de nada cuando Cumberland desembarco desde Condado, al este de la ciudad y ocupó la fortaleza por tres meses. Y fueron sólo tres meses gracias a la disentería que sacudió a los británicos, pues ya se sabe que son cómo lapas ylo que agarran no lo sueltan cómo no sea por causas de fuerza muy mayor. Ésta sería la última vez que el Morro cambiara de manos, pues resistiria el cerco holandés de 1625 y a posteriori el fuego de los buques y tropas estadounidenses que, impotentes vieron cómo esa regia fortificación sólo cayó por la rendición pactada de los españoles desde la Península en 1898.

Foto de Internet. Faro de El Morro.

Regia estampa de fortaleza nombrada en honor al Rey Don Felipe II, su noble porte, belleza sin par y grandioso panorama asombra al que se decide a traspasar sus arcos, fosos y murallas. Atravesando el amplio parque que lo une a la ciudad se llega a él. Parque que antaño sufrió las maniobras y escaramuzas militares para los que la explanada, de algo más de nueve hectáreas, se había planteado. Hoy es unpulmón más del viejo San Juan donde la gente disfruta en picnics, volando cometas osimplemente pasando el rato. El acceso al fuerte se realiza sobre un foso y a través de un acceso que vuelca directamente al dorado patio del fuerte. No es dificil imaginarse en él, hace unos siglos, a la guarnición encargada de defenderlo, formada para recibir instrucciones, pasar revista o repartir los turnos de guardia. El patio encalado al estilo andaluz, por un lado y pintado de un color dorado por otro y con portentosas arquerias, posee carteles que informan sobre los más ínfimos detalles de la construcción, permitiéndo al visitante el hacerse una idea muy aproximada de lo que significaba vivir, trabajar y morir en él.

Foto de Internet. Cementerio de San Juan.

Sin embargo lo más imponente está por llegar. Al occidente del patio de armas se aloja una formidable arcada que da paso al paso voladizo más largo del mundo. Una rampa enorme de mampostería que hace bueno el dicho de "Burro grande ande o no ande", salva el desnivel del acántilado sobre el que se asoma el fuerte y nos lleva al bastión inferior, el de Santa Bárbara, el más cercano al agua y en consecuencia al peligro, pues sobrecoge el oleaje Atlántico que se dá allí su último homenaje debravura antes de internarse en la tranquilidad del mar Caribe. Si lo visita y padece vértgo ya le aviso que no es para almas frágiles, el estruendo y majestuosidad del mismo es increible.

Foto de Internet. Casa Blanca, antiguo palacio de Ponce.

Volviendo al patio, impregnados de salitre y del compugido espíritu que debieron tener aquellos que cumplian su cometido de vigilancia y salvaguarda en Santa Bárbara, retornaremos rampa arriba hacía el patio de armas y no nos detendremos en él. Continuaremos por la rampa que nos lleva a la parte más alta de la edificación, el lugar en que reposa y alumbra el faro de San Juan. Éste cayó en las operaciones de ataque de la guerra hispano-estadounidense de finales del XIX, bajo fuego de mortero. Fue totalmente destruido y después se recontruyó equipándolo con el fanal que hoy se puede contemplar y que señala el acceso a la bahía. Un punto curioso lo recieben las garitas tan carácterísticas de las construcciones militares que nos atañen. Éstas, con su abovedado carácteristico y su aislamiento es todo un simbolo del territorio al que prestaron defensa. No obstante, lejos de andar abandonadas, éstas tienen usos muy variopintos dentro de lo que son actividades para lo que no fueron diseñadas yq ue tienen más carecter de alivio humano que de otra cosa. Lo dejo caer ahí.

A extramuros del fuerte está el Cementerio de San Juan, se le considera el más pintoresco del mundo y quizás se tenga razón. Llama la poderosa atención la capilla, de sección circular y factura de finales del XIX que se alza en el centro del camposanto, entre las tumbas que duermen su descanso eterno al amparo de las murallas del protector baluarte que duerme su sueño de siglosfrente al batiente de las olas. Cerca de allí, lindando con El Morro, se encuentra la denominada Casa Blanca, palacio que fue de Ponce de León que data de 1521 y que sirvió en gran medida para defenderse de los ataques de los indios caribes que asediaban y hostigaban a los conquistadores en aquellos primeros estadios de la epoca imperial. Fue propiedad de la familia Ponce hasta bien entrado el XVIII. Hoy en él se aloja el centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico. Cerca está también la Casa Rosa, sede del Colegio de Arquitectos de Puerto Rico.

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