Cuando España era joven, esto es, cuando los visigodos fregaron la olla ante el avance imparable de los almohades, nadie podía suponer que unos siglos después, con los cristianos dominando el cotarro y los musulmanes remetiéndose de nuevo de tapadillo, la vieja Iberia iba a estar fragmentada en dos paises distintos.
Dos realidades distintas llamadas Portugal por poniente y España por levante sucedieron a los reinos cristianos que según se procedía a empujar al moro hacía el sur iban surgiendo según las propias indiosincracias de los cristianos. Asi surgieron los Reinos de Castilla, que después se unió a Leon, absorvió Galicia, se fusionó más tarde con Aragón, se comieron juntos a Granada y anexionaron Navarra en un tiempo record y casi sin darse cuenta. Pero pasó algo y es que todo en la vida es suceptible de mejorar, empeorar o cambiar de manera radicalmente distinta a cómo en un principio, se sospechaba. Un apendice de territorio surgió al sur de Galicia y dió un fruto que hoy conocemos cómo Portugal.
No voy a entrar en divagaciones sobre la historia de nuestro vecino. No voy a hacer bromas sobre la capacidad para la venta de artículos a bajo precio de nuestros vecinos y ni tan siquiera mencionaré nada sobr el contencioso de Constanza. Ambos Paises forjaron dos Imperios contemporaneos e hicieron gala de un te-quiero-pero-no-puedo-estar-contigo durante toda su historia. Por ello ante la noticia que he conocido a través del blog amigo Herencia Española lo consideraré sólo cómo una de esas historias curiosas que preñan los blogs de idem a lo largo y ancho de la red.
España y Portugal ya tuvieron la ocasion de coexistir durante unos ochenta años (1580-1640) suficientes para conocernos bien, vernos los dientes y captar de que pie cojeabamos para terminar separándonos de mala manera. Por ello éste interés, que no sería finalmente una unión cómo una unica entidad nacional sino de algún tipo de colaboración en el seno de la Unión Europea ante la pésima realidad economica y social del país vecino (a la que nos vamos acercando peligrosamente) debe verse desde la distancia cómo lo que es, una curiosidad y nada más.
En el caso de que surgieran otras circunstancias, que no fueran incendiadas por la Crisis Economica, por intereses vacuos sobre economia sino un verdadero acercamiento cómo dos paises que se intentan fusionar en uno sólo, con un estudio bilateral sobre asuntos tales cómo educación, lengua o administración conjunta, quizás mi criterio fuera otro, pero no creo que se den esas circunstancias. No hablamos de paises nuevos o de caracter indefinido, sino de naciones con siglos y milenios de historia, con realidades culturales asentadas que han dado su lengua y cultura a gran parte del mundo, por lo que la unión, a mi parecer, sería del todo inviable.
Dos realidades distintas llamadas Portugal por poniente y España por levante sucedieron a los reinos cristianos que según se procedía a empujar al moro hacía el sur iban surgiendo según las propias indiosincracias de los cristianos. Asi surgieron los Reinos de Castilla, que después se unió a Leon, absorvió Galicia, se fusionó más tarde con Aragón, se comieron juntos a Granada y anexionaron Navarra en un tiempo record y casi sin darse cuenta. Pero pasó algo y es que todo en la vida es suceptible de mejorar, empeorar o cambiar de manera radicalmente distinta a cómo en un principio, se sospechaba. Un apendice de territorio surgió al sur de Galicia y dió un fruto que hoy conocemos cómo Portugal.
No voy a entrar en divagaciones sobre la historia de nuestro vecino. No voy a hacer bromas sobre la capacidad para la venta de artículos a bajo precio de nuestros vecinos y ni tan siquiera mencionaré nada sobr el contencioso de Constanza. Ambos Paises forjaron dos Imperios contemporaneos e hicieron gala de un te-quiero-pero-no-puedo-estar-contigo durante toda su historia. Por ello ante la noticia que he conocido a través del blog amigo Herencia Española lo consideraré sólo cómo una de esas historias curiosas que preñan los blogs de idem a lo largo y ancho de la red.
España y Portugal ya tuvieron la ocasion de coexistir durante unos ochenta años (1580-1640) suficientes para conocernos bien, vernos los dientes y captar de que pie cojeabamos para terminar separándonos de mala manera. Por ello éste interés, que no sería finalmente una unión cómo una unica entidad nacional sino de algún tipo de colaboración en el seno de la Unión Europea ante la pésima realidad economica y social del país vecino (a la que nos vamos acercando peligrosamente) debe verse desde la distancia cómo lo que es, una curiosidad y nada más.
En el caso de que surgieran otras circunstancias, que no fueran incendiadas por la Crisis Economica, por intereses vacuos sobre economia sino un verdadero acercamiento cómo dos paises que se intentan fusionar en uno sólo, con un estudio bilateral sobre asuntos tales cómo educación, lengua o administración conjunta, quizás mi criterio fuera otro, pero no creo que se den esas circunstancias. No hablamos de paises nuevos o de caracter indefinido, sino de naciones con siglos y milenios de historia, con realidades culturales asentadas que han dado su lengua y cultura a gran parte del mundo, por lo que la unión, a mi parecer, sería del todo inviable.
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