Los ribetes del Once M.

Ante el ya inevitable cambio de gobierno que se avecina y que debería poner a éste país en su lugar, se retuercen los muertos y los hierros desvencijados ya defenestrados de aquellos trenes que portaban a la muerte en su más desmenmbradora versión. El PP en general y Rajay en particular, parapetados en la Crisis, y el dinero, trabajo, dinero, hacen oidos sordos a un sordo rumor que empezando por las páginas del Mundo y extendiéndose a lo largo de Internet se va acentuando conforme se acerca el momento en que el Tonto del Talante deje de una vez y para siempre, el puesto tan injustamente obtenido. Muchos dicen que el procedimiento del Once M está enterrado y que Bermudez condenó justamente a Zougan a la friolera de cuarenta mil años de cárcel. Cosa estúpida de nuestro sistema de enjuiciamiento por el cual, el morete, pillado a matacaballo no cumplirá más de treinte y, si me apuran, aún menos. Yo creo que el procedimiento ha sido erróneo cómo corresponde a una conspiración que sólo buscaba apear al PP del poder.

Deslealtad.

La sociedad española, tan quebrada, rota y destruida cómo anda por la Crisis, debería estar tranquila al pensar que un Gobierno que la ha mandado a la basura, podría haberse evitado si un cúmulo de circunstancias tan favorecedoras para él, no se hubiera producido. Así, que un tren estalle, que unos islamistas se inmolen en Leganés, todo regado con una justificada acción por nuestra participación en Irak y una crispada situación en la que el Bufón Mayor del Reino andaba de morros con unos Estado Unidos que nos empezaron a mirar de soslayo, crearon un entorno único para que, en una jornada de reflexión, todo el mundo dudara de a quien dar su voto de manera profunda. El PP iba a ganar por tercera vez y había que evitarlo a toda costa ante un hundimiento de un partido que no podía, cómo ha quedado demostrado, aportar nada a un país al que había robado, machacado, traicionado y esquilmado en los trece años del Régimen de Mr Gónzalez. La sociedad daría de nuevo su espalda al sucialismo y eso no se podía consentir.

Dicen que tras amenazar a Maura de muerte en el Congreso, Pablo Iglesia,s fundador del engendro de la siniestra, paradoja de todos los periodos revolucionarios antiespañoles de los últimos ciento veinte años, dijo que el Partido Sucialista tendría que llegar al poder bien por las urnas o bien por la fuerza. No es baladí que el Partido Sucialista ande ahora en la situación en que se encuentra. Es la situación a la que estaba abocado en las elecciones de aquel fatídico dos mil cuatro y que ahora, con siete años de retraso, asume con sus patéticos ciento diez escaños en unos resultado demasiado favorecedores incluso para ellos. El Partido Sucialista ha demorado siete años su quebranto gracias a unos atentados en los que no digo que estén implicados, pues no hay pruebas, aún para ello, pero si en lso que se portaron asquerosamente y con una deslealtad institucional enorme. Eso que tanto han reclamado en sus diatribas a la oposición, lealtad que ellos no demostraron cuando, sabiendo loq ue suponía aquel atentado no reaccionarion más que a rematar.

Demasiados Fallos.

Ahora están saliendo los flecos, los ribetes negativos del Once M. Desde la mochila de Vallecas, a las testigos protegidas que se aprovecharon de la tragedia para ganar dinero a costa de los asesinados y heridos, todo ha girado en torno a una enorme mentira en la que todos, en mayor o menor medida hemos estado implicados. Los que pusieron las bombas porque sabían que un partido mediocre, corrupto y tocado les daría lo que quisieran a cambio de llegar al poder. Eso, hasta cierto punto, exime al islamismo, por cuanto aquel, tan fanatizado cómo está, no permitiría un gobierno en el poder que no fuera él mismo. No obstante la Alianza de Civilizaciones del Bufón nos ha costado una pasta en subvenciones al islamismo radical, cómo el dinero enviado recientemente a los hermanos musulmanes en Egipto. La verdad es que esa misma certeza parece más tenebrosa conforme el tiempo pasa y las investigaciones laterales de la pericial, las pruebas adicionales y otros pequeños escollos van dejando en evidencia una investigación judicial que no se sustenta y que deja en franca desventaja al juez instructor de la causa, Bermudez.

Ahora sólo cabe esperar ver cómo se van enhebrando todos esos pequeños fallos que una sociedad, ávida de justicia, obvió en su día para conseguir una sentencia que satisfaciera a las víctimas y a aquellos que no podían asumir otra cosa que aquella versión pancartera del Once M. Ahora, con la perspectiva que da el tiempo, otra sociedad, más calmada, más concienciada en una España que se hunde, podría asumir aquellos hechos de otro modo, viendo detrás de su autoría una mano más patria, más cercana, de los mismos de siempre, los del Faisan, los de la rendición y la reivindicación. Amaiur, Bildu y la madre que los parió. Queda mucho por saber, por no decir todo y ahora toca mover ficha desde un gobierno que no está por la labor. El PP de hoy no es el de hace siete años y prefiere correr un túpido velo sobre una situación que es incómoda la maneje quien la maneje. Aquellos que han hecho dinero con ésto sin embargo no pueden quedarse limpios y sin mácula y los que perdieron la vida, un miembro o la cordura tienen derecho a una respuesta, la que sea pero en honor a la verdad y no a unos intereses compeltamente partidistas.

In Memoriam.

Pase lo que pase, no creo que Zougan lo hiciera. Tampoco que la autoría venga de un país exótico. No creo que sea una cosa aislada ni casual y aún siendo tendencioso no creo que esté exento de la correspondiente implicación ideológica. Las ciento noventa y tres víctimas mortales que se dejaron la vida en el mayor atentado terrorista de la Historia de España tienen derecho a ser resarcidas con una verdad que ni nuestros politicastros ni la judicatura podrá dar. Es paradójico que la quinta columna que supone la prensa, sea la que saca a colación toda esa escoria tergiversada por los poderes oficiales del Estado y que sean precisamente esas búsquedas por parte de periodistas las que inciten a la reapertura o reinvestigación de ciertos casos. El Once M es algo lo suficientemente grave cómo para tirar de los flecos una y otra vez hasta lograr clarificar algo que, de verdad, sigue oscuro, algo que los que participaron conocen y que, a ciencia cierta, sigue tan oscuro cómo los corazones de los que lo planificaron. Es hora de que la verdad salga a la luz.

Si deseas comunicarte conmigo, agregar algo a éste artículo, exponer tu opinión en privado o sugerirme temas sobre los que hablar no dudes en ponerte en contacto conmigo a través de churre_s_peinado@hotmail.com. Gracias.