Mis primeros treinta y cinco años.

Y mediando el otoño, cuando el signo de Escorpión está a punto de soltarle el relevo a Sagitario, tengo la fortuna o desgracia, según se mire, de soltar juventud y coger vejer, veteranía y sapiencia, que de lo bueno lo mejor hay que sacar, en un nuevo cumplimiento de años que en ésta ocasión llega a mí trigésimo quinto cumpleaños. Y cómo no debiera ser de otro modo, no me resta más que escribir el artículo que nobleza obliga con el objetivo de hacer un poco de memoria sobre lo bueno y malo del año pasado y hacer propósito de enmienda para el venidero que se supone, así lo voy viendo en el día a día, lleno de nuevos retos y por supuesto grandes perspectivas que emanan, primeramente de la buena o mala conciencia que el menda imponga en cumplir sus expectativas y segundo por los derroteros que ésta bitácora, vuestra casa, y mís nuevos desvelos creativos, pongan cómo carne en el asador para ir sacando poco a poco el trabajo que sin duda se me viene encima.

Año pasado.

Y la verdad, que el año que ha pasado no ha sido, en absoluto, malo para mí. Muy al contrario, he sabido asentarme en un proyecto de vida que pasa por valorar más lo que tengo, lo que se hacer y con quien lo debo de hacer sin importar terceras personas que sino es malmentiendo no son felices. Cómo habéis podido ver aquellos que me seguís, comentaís y en suma quedais afiliados al CSPeinadismo, mi soltura con las teclas ha sido patente, he podido mejorar en la redacción de artículos, dándo una variedad más profunda y acertada a mi propio proyecto de blog que, sea dicho de paso, se ha ido adecuando, cómo todo en la vida, a las necesidades del autor bien influido por aquellos fieles con los que adquiero, cómo no, la importante deuda de seguir trabajando y la aspiración, y esto lo digo en serio, de conocernos en persona, charlar de los temas de los que tan a menudo despotricamos por internet y dedicar un esfuerzo más serio a que nuestras ideas, las comunes y particulares, sigan encontrando su espacio en todo lo que es nuestra ciberrealidad situada en la Blogosfera.

De hecho, y por así decirlo, ha sido un año de pleno aprendizaje en que he redescubierto las cosas que me han gustado de siempre y a las que no he podido dedicar todo el tiempo que quisiera. Escribir, fotografiar, leer y transmitir han sido para mí nuevas metas que a lo largo de todo el año pasado he ido perfeccionando en la medida de lo posible gracias a un medio, éste en que me desarrollo, contándoos las cosas que me apasionan. Eso unido al hecho de poder mantener mi puesto de trabajo, aligerar mi carga de deudas, poder embarcarme en nuevos y espero que productivos proyectos cómo la redacción literaria y poder seguir contando con vuestra atención y amistad, han hecho que las jornadas dedicadas a levantar CSPeinado a nivel escrito, de mantenimiento y de ideario, me leguen grandes satisfacciones que no había logrado encontrar ni con otros menesteres ni en otros ámbitos. Cosa que si he logrado en los campos que nos ocupan, en los que a pesar de ser lego y poco formado, voy encontrándome a cada día que pasa, más instruido y entregado.

Año venidero.

Es difícil saber que nos deparará el futuro. Máxime cuando éste año está gafado por la incidencia de la crisis económica, política y social que vive nuestro país. algo a lo que se añade el pretendido fin del Mundo que ya se estaban mascando los Mayas y toda una serie de sinsentidos en la escena internacional cómo es el tema de Siria o el más reciente conflicto, el enésimo, entre Israel y Gaza. Aún así y por lo que me toca, espero poder seguir desarrollando mi familia de manera óptima, hacer que el blog siga creciendo y mi cuota de amigos, tanto los que escriben cómo los que pasan de manera anónima, siga extendiéndose por cuanto son parte fundamental de un proyecto que no es tan importante por el contenido sino por aquellos a los que va dirigido. Es un trabajo arduo pero que hasta ahora me está demostrando que vale la pena y que merece cumplir días delante de la pantalla del ordenador. Por otro lado, cómo ya sabeís algunos, espero ir desarrollando también a lo largo del próximo año, mi faceta literaria e ir superando mi miedo escénico a presentar textos a concurso.

Por lo demás supongo que me tocará pedir lo típico en alguien que va hacía los cuarenta y que ya se sabe lo que sentencia el refrán, sobre la cuarentena, el mojarse y la barriga. Espero tener buena salud y compartirla con todos los que me quieren, apoyan y estiman. Espero tener suerte en la singladura en la que me he propuesto realizarme cómo persona y profesional. Espero que todos los que me rodean puedan compartir mi felicidad y ser dichosos en cada momento de su vida y, sobre todo, espero que todos lo podamos ver desde la óptica no de un triunfo bestial, sino de los pequeños sorbos de gusto que da la vida y que, en definitiva, es cómo mejor se difruta la existencia. Una existencia en la que yo he cumplido un año más del que no puedo aseverar en absoluto que no haya estado, sido y esperado ser bien aprovechado y que me encantaría se repitiera en sucesivas versiones mejoradas en mis habilidades y gustos. Todo ello es apenas un deseo que, sin embargo me gustaría ver cumplido dentro de trescientos sesenta y cinco artículos.

Y aquí seguimos.

Hoy además he descubierto que mi blog tiene un pagerank de tres, lo cual quiere decir que los enlaces que a él llegan se han ido incrementando y que mi bitácora, la de todos, es hoy un poco más prestigiosa con lo que ello conlleva a nivel de indexación, conocimiento y consulta, con lo que incluso Internet se ha acordado de mí haciéndome un pequeño regalo que más que tal es un poco el impulso de algo que me encanta y para lo que me considero plenamente capacitado y preparado. Dentro de un año, Dios dirá, puede ser que andurremos por aquí o que algo superior a nosotros nos haya separado del intento de seguir creciendo a nivle de la palabra y las fotografías. Personalmente no creía llegar hasta aquí hace año y medio cuando retomé ésto, pero aquí estamos, con treinta y cinco noviembres, muchas ganas y expectativas en torno a lo que el amor, la salud, el trabajo, vosotros e internet, me depareís. De que estemos a tope dentro de un año no podré asegurarlo, de que no habría llegado aquí sin todos los que me leeís y comentaís, podeís estar plenamente seguros.

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