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¿Qué sería de cualquier blog sin sus comentarios y sus peticiones de rectificación, crítica o ataque a muerte? Eso mismo me he preguntado yo muchísimas veces cuando, dándole a la tecla me sumerjo en ese maremágnum de ideas que me rondan la cabeza a la hora de escribir. El caso es que me alegra poder dedicar el presente artículo a un correo electrónico recibido a raiz de mi anterior artículo, El Crematorio de las Quemadillas, en el cual un buen amigo y seguidor de twitter me comunica lo mal que ha sentado entre algunos conocidos suyos de la Policía y de la Guardía Civil dicho artículo. Sin estar en mi ánimo rectificar ni un ápice el referido artículo diré algo que en mi tierra es certeza, el que se pica, ajos cóme, o lo que es lo mismo, si el artículo ha provocado indignación es porque ha dado de lleno en la oscura y nebulosa línea de flotación de uno de los aspectos más en declive de nuestro pais que no es, ni más ni menos, que la falta de efectividad, en ciertos casos, no todos, de nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
Menosprecio.
A raiz de mi artículo he podido comprobar el menosprecio que se puede mostrar, por parte de los servidores del estado hacía un ciudadano que no haga otra cosa que quejarse del buen o mal hacer de nuestros policías. A la sazón, la opinión que yo he vertido ha sido en torno a dos de los más sonados, mediáticos y críticos para el Cuerpo, casos de asesinato y desaparición. No he dicho nada que no haya pensado ningún otro ciudadano y sólo me he quejado de la falta de tacto de algunos estamentos del Cuerpo Nacional de Policía. Es algo que deberíamos hacer todos, pues sí hay policías que, en su cumplimiento de su deber hacen que desaparezca cocaina de la Comisaría Superior de Sevilla o se quitan el casco en clara complicidad con unos manifestantes que, ahora, se quejan de su rebaja de sueldo y derechos. Lo hacen cuando no han movido un dedo por cinco millones de compatriotas que llevan cuatro años pasándolo mal y pagando sus sueldos. Son pequeños detalles que trascienden el mero hecho de hacer bien o mal su trabajo.
No dudo y eso lo certifico yo mismo pues tengo parientes que son tanto Policías cómo Guardias Civiles, que ambos cuerpos dan mucho a cambio de poco. Sus dotaciones no son siempre las mejores para el desarrollo de su función. Suelen estar mal pagados, cómo está cualquier empleo en el que te juegues la vida y la presión que se ejerce sobre ellos por parte de, primero, mandos inútiles procedentes del ámbito politicastril, más preocupados en los intereses de turno que en los de los ciudadadanos y segundo, medios e internet que hacen que cualquier mínima acción pueda ser interpretada y distribuida en tiempo real a cualquier parte del mundo haciéndoles aparecer siempre cómo parte mala de la acción a señalar. No obstante y por esa razón, porque son los primeros en ir a la picota, salga bien o salga mal la cosa, deben de poner un empeño superior, al doscientos por cien, dando a entender y demostrando que para ellos la vocación está por delante de sueldos, sindicalistos y gobierno.
Profesionalidad.
Nunca osaría, creo que eso sería de una evidencia aplastante, hablar de policías cómo agentes rasos y aún de subinspectores o inspectores. El Cuerpo Nacional de Policía es un ente compacto, cómo lo es la Guardía Civil. Un miembro no se avergüenza así mismo, avergüenza a todo el cuerpo y a ello me refería en el artículo El Crematorio de las Quemadillas. Cuando desaparece droga de un establecimiento policial, se detienen policías corruptos, se caga por parte de la Científica, todo ello lo padece el Cuerpo al completo. Y lo peor no es ello. Lo peor es que para el gran público el tema pasa, se olvida y el miembro que en su día gangrenó el cuerpo es tapado y cubierto, raramente asume su culpa y desde luego muy extrañamente es expulsado por haber puesto en cuestión la labor de todo un organismo con setenta mil efectivos que, inevitablemente y por extensión, se ven pringados de la acción de uno. Insisto, el gran público olvida, pues para eso se le adoctrina e imbeciliza, pero siempre quedamos los que, viéndola venir, la fijamos en la retina para soltarla cuando sea menester.
No puedo dejer de pensar que la instrucción de un caso cómo el de los niños de Córdoba se ha ido al traste, con la alarma social que ello conlleva, simplemente porque alguién, analizando unos restos, concluyó que eran restos animales y no humanos. Yo no soy demasiado dado a la antropología ni ciencias afines, pero si veo que mientras una sociedad recién salida del fracaso policial de Marta del Castillo se sumerge en la nueva pesadilla que presuntamente nos proporciona José Bretón, los fallos, las cagadas y la dilación de un caso que ya clama al cielo hace que el Cuerpo se vea en la tesitura de seguir adelante dando palos de ciego o plantarse y pensar que falla. Aunque lo que falla ya se lo puedo yo decir cómo cualquier otro que, conociendo ambas intituciones, tanto la emanada de Ávila cómo la emanada de Baeza, vea que cada uno de los agentes y miembros del cuerpo civil de investigación y seguridad español está pleno de desidia, falto de motivación y en muchos casos, no todos, muy carentes de vocación.
Concluyendo.
Tras mi paso por el Ejército descarté por entero pertenecer a la Guardía Civil. Consistí que mi libertad para pensar y mi capacidad para superarme, trabajar y producir estaba por encima de un Benemérito Instituto al que admiro pero con el cual no me puedo identificar. Del mismo modo rechacé pertenecer a la Policía Nacional por cuanto siendo un cuerpo policial adolecía de muchas carencias que no me apetece enumerar pero que si hicieron que me decantara por otras salidas profesionales. Que no existen piques entre Cuerpos es mentira, pues no sería la primera ni la última vez que investicagiones u operativos se malogran por la falta de cooperación o el pique directo. Que ambos cuerpos lamentan recíprocamente lo qeu les sucede a los demás es algo que tampoco sé, pero lo que si estoy seguro es que la Policía, en éstos últimos casos, está dejando muy bajo el listón. Algo que no debería sorprendernos desde el fatídico día en que varios trenes volaron por los aires sin que aún se haya aclarado quien o que provocó el atentado.
Si deseas comunicarte conmigo, agregar algo a éste artículo, exponer tu opinión en privado o sugerirme temas sobre los que hablar no dudes en ponerte en contacto conmigo a través de churre_s_peinado@hotmail.com. Gracias.
18 comentarios:
Y para colmo alguno se pasea por los platos de televisión, cuatro en dos días. Tienen unos sindicatos que no les tiran mas que mierda encima, se pringan en partidismos y nos defraudaron a todos en el atentado mas sangriento que padeció este país. ¿Que coño quieren flores?. No jodas.
Saluditos.
Ese día fatídico en que se cargaron a 192 compatriotas para que los socialistas pudieran gobernar de nuevo, empezó todo... Dices muy bien. Quien se pica, ajos come...
Suscribo íntegro lo que dice Don Gorge, y añado que hay muchas cosas en este Estado con necesidad de limpieza total pero quizá uno de los que más el de la Policia Criminalista y la Antiterrorista.
Esos son centros de corruptos.
Considerando la compresión los seres humanos, las personas con o sin uniforme, tienen derecho a equivocarse, la cuestión es si la misma persona se equivoca más de la cuenta, ya seria grave y pasaría a inútil.
Como en todos los trabajos siempre hay competencia, unos más listos que otro...etc.
Es como los errores médicos que nadie habla de ello y el que no se queda en la mesa del quirofano lo dejan echo un vegetal y el médico o cirujano sigue en la mesa de operaciones.
De los políticos que decir de estos es más amplia la cosa y ahí están mandando a soldados a guerras que no pintan nada en lugares perdidos por la mano de Dios o se ponen a saquear las arcas públicas y no pasa nada.
Errores hay en todos los lados como la corrupción, y estos últimos siguen en el poder y se siguen votando.
Lo mejor es que en este caso se va llegando a la luz de un hijo de puta que mata a sus dos hijitos, los quema y ahí está el hijo de puta tan pancho y todo por hacer daño a su ex.
En este mundo hay mucho cabrón suelto y agarrado que van de normales hasta que le da con la puerta entre las narices.
Otra es la justicia, que como dije antes también cometen errores.
Somos personas y la comprensión a veces nos olvidamos de ella.
Un saludo cordial amigo C.S.Peinado.
Imagino que no te servirá de consuelo. A esto se le llama "MATAR AL MENSAJERO" Y es que en esta España de hoy (la de siempre, para que nos vamos a engañar) si dices la verdad tienes dos enemigos: El que están enfrente y al que supone debería estar a tu lado.... ¡Y es que las envidias, la soberbia, el orgullo mal entendido, la venganza.... están muy extendidas en la piel de toro.
¡Animo y a la faena, que hay un refrán que dice algo así como: "Ladran, luego cabalgamos" o algo similar. Vamos, que si te critican es que te leen y toman buena nota....
Yo no puedo decir otra cosa que las más de las veces siento admiración y respeto por la labor de quien nos protege, y muy en particular respecto a la Guardia Civil ,cuya eficacia y entrega están fuera de toda duda,(funcionan muchísimo mejor precisamente por ser un cuerpo militar por más que algún sindica-listillo intente cambiarlo) pero estos fallos concatenados son muy gordos y sangrantes, alguna responsabilidad habría que depurar.
Un saludazo
Queda medianamente claro, que los únicos que se pueden molestar son los que están todos los días sentados en las oficinas y cada año se ponen el uniforme para recoger la medalla correspondiente el día de la Patrona. ¿Que se pican?, que se jodan, pues decir la verdad no es un delito ni una ofensa, solo justamente para esos.
Pero siempre existirá una gran diferencia entre los dos cuerpos, y el ser militares es lo que mantiene a la GC en su justo lugar, en el cumplimiento del deber, aun sin los medios adecuados.
Suscribo tu post y tambien el anterior en todo su extensión, si se pican, que trabajen mejor y las criticas bajaran; es que son demasiados fallos seguidos y ademas van a televisión a vendernos un exito que no fue tal; el éxito sería haber recuperado a los niños vivos, todo lo demas es poner a un supuesto asesino en el lugar que le corresponde.
Saludos
Buenas Peinado.
En lo que a las críticas a tu entrada se refieren sólo puedo decir que no me cabe más que cerrar filas en torno a cada una de las palabras que integran aquella. No obstante, en lo que a esta se refiere he de decir que la competencia entre ambos cuerpos es, en mi modo de ver las cosas, casi lo único que sostiene los incentivos en el actuario de ambos cuerpos, abocados, como refieres acertadamente, a una total dejación y falta de motivación puesta de manifiesto en mediáticos casos cada cierto tiempo (Rocío Wanninkhof, Marta del Castillo, Ruth y José) y otra serie de supuestos menos conocidos.
No podemos, ya por ser así la realidad de las cosas ya por evidentes razones de índole moral, cimentar la duda gratuita sobre la admirable y generalmente efectiva función del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil quienes, por ello, merecen nuestra más absoluta gratitud. Sin embargo, que lleven dicho cometido a cabo no quita que estén sometidos a crítica como lo estamos todos y cada uno, pero mucho más tratándose de individuos sostenidos a cuenta del Erario público. Y es precisamente eso a lo que tu entrada respondía.
Un saludo.
Zorrete, lo que más fastidia es que encima, tras cagarla, se deshacen en excusas en lugar de hacer propósito de enmienda. Es indudable que hay profesionales que valen mucho, pero la labor de unos pocos, enmierdan la de todos los demás.
George Orwell, mientras no se esclarezca según que cosas, en según que términos, sería arriesgado estar orgulloso de unos mandos que siguen tan panchos en sus puestos. Eso es lo que verdaderamente motiva a cuestionar si las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado están tan limpias del polvo y paja cómo nos quieren hacer creer.
Javier Tellagorri, todo el ministerio del Interior bulle de corrupción desde que Aznar decidiera renovar los cargos sucialistas allí contenidos. Sumándoles los que ya había de otras décadas tenemos treinta y tantos años de corrupción generalizada, no sólo del Ministerio sino de toda la estructura del Estado. De ahí que estemos cómo estamos, adocenados, inútiles y totalmente sobrepasados. Es el problema de tener inútiles en todas las estructuras de la Administración.
E..P.., al margen de la inutilidad manifiesta y demostrable de muchos altos mandos, cuando el de abajo se equivoca una y otra vez hace buena la inutilidad del de arriba. La Policía tiene una misión, que es preservar la seguridad de los ciudadanos y luchar contra el crimén, no afiliarse a conductas que pongan en declive su integridad y la de aquellos a la que se suponen defiende. Estar errados es de humanos, en efecto, fallar una y otra vez es de ineptos.
Lobo Solitario, ya sabemos cómo se las gastan según que seres en según que medios y con según que opiniones. A mí es algo que no me disgusta, el intercambio de criterios es siempre fructífero, si bien hay que corresponder al tendencioso con su misma moneda. El movimiento se demuestra andando y no señalando el camino. Por eso difruto tanto escribiendo sobre temas que a todos competen y de los que todos salimos defraudados.
Maribeluca, yo no estoy encontra de la policía, sino en la forma de actuar que va concatenando fracasos. Eso es algo peligroso ya que todos sabemos que sucede en éste país, a costa de cagadas nos terminamos acostumbrando y luego no hay quien nos baje del burro. Al final vemos normal el tener unos profesionales en precario y haciendo su trabajo según les da el sol. Y por ahí si que no se puede pasar...
DORAMAS, el Ejército está plenamente subordinado a los intereses del Pueblo, sin medias tintas ni mediaciones sindicalistas, el que se va es porque sabe loq ue hay... ¿Por qué la policía tiene que ser distinta?¿Tenemos que sublevar los intereses, la seguridad, la defensa contra el crimen a los intereses sobre sueldo o condiciones laborales? Sinceramente, veo que la Policía Nacional se aboca a un futuro oscuro si sigue dependiendo más de lo que les digan los sindicalistos que a las necesidades para las que se suponen que existen...
Jaime, bienvenido al blog y a tu casa por extensión. No sólo es el hecho de no haber encontrado a los niños, de vendernos la moto por la tele y hacer el moñas a través de sus organizaciones de sindicalistos. Es el hecho de creerse señoritos por encima de lo que verdaderamente son, servidores del Pueblo a nivel de seguridad. No lo digo, reitero, por los agentes que se jeugan el pellejo en las calles, sino los que repercuten, vía cagada, en los errores que los debilitan de cara al público, del cual, sea dicho de paso, cobran.
Wittmann, llega un momento, sobrepasado ya me temo, en que ni siquiera la lucha interaccional permite salvaguardar la efectividad de los dos cuerpos. Cierto es que en el pasado fueron modélicos, pero a imagen de una Administración sobredimensionada y caduca, los adalices de lo que se supone es el puntal de defensa del Estado de Derecho se debilita y cae cómo una hoja en otoño.
Creo que no es tan difícil hacer autocrítica y denunciar lo que verdaderamente está minando el cuerpo, que no es, ni más ni menos, que la desidia de sus compnentes, desde abajo hasta los rompebragas de arriba.
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