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¿Qué sería de cualquier blog sin sus comentarios y sus peticiones de rectificación, crítica o ataque a muerte? Eso mismo me he preguntado yo muchísimas veces cuando, dándole a la tecla me sumerjo en ese maremágnum de ideas que me rondan la cabeza a la hora de escribir. El caso es que me alegra poder dedicar el presente artículo a un correo electrónico recibido a raiz de mi anterior artículo, El Crematorio de las Quemadillas, en el cual un buen amigo y seguidor de twitter me comunica lo mal que ha sentado entre algunos conocidos suyos de la Policía y de la Guardía Civil dicho artículo. Sin estar en mi ánimo rectificar ni un ápice el referido artículo diré algo que en mi tierra es certeza, el que se pica, ajos cóme, o lo que es lo mismo, si el artículo ha provocado indignación es porque ha dado de lleno en la oscura y nebulosa línea de flotación de uno de los aspectos más en declive de nuestro pais que no es, ni más ni menos, que la falta de efectividad, en ciertos casos, no todos, de nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.