lunes, 11 de junio de 2012

Justicias e Injusticias en el Reino de España.

El último, que tire de la cadena.
Hoy, en Gibraltar, les han dado a los currelas, la mayoría de La Línea, el día libre para que, blandiendo con orgullo la Union Jack se vaya al aeropuerto para saludar al segundón Eduardo que ya ha hecho poner a España el grito en el cielo. Yo admiro esa aprensión por lo español que tienen los llanitos y ese amor a lo británico al que tanto deben ser unos piratillas encaramados a una roca, descendientes de todo aquella murralla del Imperio Británico que nos metieron en la penínsulilla de los monos para mandar a los españoles de pura cepa a San Roque. Ese orgullo que emana de los gibraltareños por la Pérfida Albion, debería ser muestra y señal para nosotros, los españolitos, que quizás nos va todo de culo, simple y llanamente porque no nos aguantamos con nosotros mismos. Creo, sinceramente que a los ingleses los quiere todo el mundo porque ellos se quieren así mismos más que nada en el mundo. De ahí que muchísimos palurdos lleven, en España con orgullo la bandera del Reino Unido mientras llaman Facha a quien porta la bandera nacional de España.

Falta de dignidad.

El español demuestra su falta de dignidad cada vez que algo de fuera hace que se le caiga la baba mientras deplora lo de dentro. Y no es de extrañar. Hemos pasado a ser el país más estúpido del mundo, manteniendo setenta mil concejales que se ríen en nuestra cara con todo el desparpajo del que son capaces mientras meten la mano en la caja. Mantenemos más de medio millón de politicastros que a su vez tienen enchufados un miloncejo de cuñaditos, amiguetes y primos. Con sus buenos miles de asesores que cobran un pastizal por recomendar ponerse una corbata roja o a listas. Y así, hasta la extenuación. Sómos un país peculiar. Nos llevamos las manos a la cabeza porque los gibraltareños reciban con los brazos abiertos a su Familia Real y sin embargo nos dá igual que Carlos Dívar se haya corrido cincuenta viajecitos de lujo a cargo del erario público. Y es que no sómos conscientes de cuán abajo hemos caido. Tanto cómo nos han arrastrado los responsables de la crisis que tanto jalean unas medidas desesperadas para un país que no hay por donde cogerlo.

Me vais a tildar un poco de fatalista, pero los que ya me conoceís sabeís que no doy puntada sinhilo y que, en cierto modo, cada vez que me apunto a la corriente pesimista es por hacer un poco de psicología inversa a ver si así empezamos a coger la cuesta arriba. Sea cómo fuera, en mi ego interno, hago autocrítica y después que salga el sol por Antequera. España se cae de sí misma simplemente porque no cree en sí, en su gente, tan enfrentada por nuestros politicastros, tan dados a quejarnos pero no a cortarnos en cagarla de boca y empujar de obra por sacar el país adelante. Sabemos que tenemos demasiados enchufados tipo garrapata. Sabemos que se han gastado caudales a manos llenas en crear aeropuertos, universidades y carreteras donde menos falta hacían. Sabemos que nuestras leyes son una coña que ha pervertido nuestra juventud, quebrado la educación y arruinado la sanidad. Lo mismo que sabemos que sómos más tontos que Abundio cuando permitimos que los nazionalismos nutran su maquinaria con los fondos que nos saja la Hacienda Pública. Es el sino español y creo que es crónico, viendo lo visto.

Falta de capacidad.

Sinceramente, creo que cuando murió Franco nos precipitamos en muchas cosas. Que el pueblo español tenía derecho a ser libre es evidente, demasiados siglos dependiendo de los zeñoritoh. Que teníamos derecho a decidir quien nos mangoneaba en lugar de dejar que nos mangoneara alguien al que nadie había elegido, pues también. Pero claro, una sociedad inmadura, cómo era la española hace treinta años y me temo sigue siéndolo hoy en día, es fácil de engañar y viendo que ya por entonces meternosla doblada era sencillo, sólo había que seguir hacíendo lo que hacía Franco, Fútbol, mangoneo y una nueva variable, un pesebre basado en subvenciones, pagas y subsidios. España pasaba de ser el país más atrasado de Europa a ser el país más subvencionado, inutilmente, del mundo. Por eso, el español siguió haciendo lo mismo que durante los cuarenta años precedentes, ser un lerdo que no quería estudiar ni prepararse. ¿Para qué? Si el Mr Marshall europedo nos soltaba una buena mascada por arrancar árboles y cerrar industrias. Pasamos de ser un país con un futuro envidiable al lerdo del ladrillo que llega, sin más, hasta el día de hoy.

Hoy, nuestra Justicia es de risa. El Consejo General del Poder Judicial cumplirá dos siglos en breve y debería, por dignidad, certificar su defunción tras las cagadas, monumentales, de los últimos años. Hoy, nuestra educación es un adoctrinamiento puro y duro donde los más perros, vagos e inadaptados son los que se tiran a la calle para defender un sistema que no sirve para nada, viendo la tasa de fracaso escolar. Hoy, España está intervenida por Europa porque seguimos manteniendo un sistema financiero del todo obsoleto que absorve ingentes cantidades de dinero para cubrir las pérdidas del negocio estrella, del único negocio en el que nos hemos volcado casi cómo una cuestión de identidad nacional, el ladrillo. El puñetero ladrillo que ha hecho fortunas mientras reducía a la ruina a todo un gran país. Que lo sómos, o lo fuimos por nuestra fuerza militar basada en que si no hay dinero para pagar siempre hay pueblos para conquistar. Ahora sómos demasiado vagos para intentar reconquistar, de nuevo, nuestra dignidad.

Llueve sobre mojado.

El Estado se precipitó en constituir una Carta Magna para destrozar el país. En el setenta y ocho, los españoles, ignorantes e incultos, votábamos el principio del fin. De aquellos polvos levantados por un pueblo ávido de libertad vienen éstos lodos en los que algunos tienen la libertad de esquilmar a España mientras todos los demás pagamos y callamos. El desgobierno sigue lo mismo que hace unos meses, cuando vimos un atisbo de esperanza en votar una opción por mayoría absoluta. Sin embargo las autonomías siguen ahí, quinientos mil politicastros y tres millones y medio de funcionarios/enchufados, un sistema de salud, educación y judicial roto por la base. Una cultura de vagos cobradores de cualquier tipo de subvención y mentecatos que creen siempre a los que nos arruinan una y otra vez. Es la penita de las injusticias de España, ser una potencia Europea en retrocesión gracias a que todos miramos más nuestro bolsillo que el del común de los españoles. Y luego se extrañaran que los gibraltareños y supongo que muchos linenses, pierdan el culo por menear la Union Jack ante el segundón o el tercerón de la monarquía británica.

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6 comentarios:

George Orwell 67 dijo...

¿Cómo sabes quien es el español si hay 10 o 12 ciudadanos europeos juntos? El español es el único que está hablando mal de su propia nación. Hemos asimilado la leyenda negra y los nazionalistas llevan 3 décadas comiendo el coco a los niños desde los colegios. Y esas cosas no salen gratis. Mientras no tomemos conciencia de españoles difícilmente saldremos de esta. Y además nos las darán todas juntas en el mismo carrillo. Gran post.

Saludos

Anónimo dijo...

Es el cáncer español ¿Como queremos que nos respeten si no somos capaces de hacernos respetar ni en nuestra propia casa? Si el propio PP, con mayoria absoluta, no es capaz ni de votar sus propias propuestas para que se respeten los símbolos de España dentro de España....¿Que esperamos?

Maribeluca dijo...

Se están comportando como hooligans de tercera con lo de la banderita reflejada en el Peñón, menuda "pompa y circunstancia", CIERRE DE LA VERJA YA

Urdanautorum dijo...

Un subsidio a todos los trabajadores españoles que no les dejan pernoctar en la roca, ¡cierre de la verja! y declarar a Moratinos persona non grata.

Vicente Rubio dijo...

El Partido Popular no tiene "guevos", estan acomplejados y lo que deberian hacer es cerrar la verja de una vez y por alli no pasa nada ni daie, da lo mismo tener 20 millones de parados que tener 21.
No les damos a los gibraltareños, ni agua, ni luz ni suministros que se los traigan desde esa isla de hijos de puta llamado ingleses.
Un abrazo.

Unknown dijo...

#George Orwell, por eso tiene que haber moscas cojoneras cómo nosotros para recordar que fue, que es y que será España.

#Lobo Solitario, en esos casos el español debe hacer lo que se hacía en mejores tiempos, citar a duelo y que saliera el sol por Antequera.

#Maribeluca, Picardo lleva un nefasto camino que podría tener trágicas consecuencias de las que sería el único responsable. No creo que Londres quiera una confrontación directa y llevamos todos los visos de proporcionarla.

#Urdanautorum, sería una buena medida en un gobierno que no fuera tan sumamente pusilánime cómo el que tenemos, pero ya lo dice el refrán, más vale malo conocido...

#Vicente Rubio, sería lo ideal, un bloqueo cómo el que ellos hos hicieron en Cartagena de Indias o la Habana, que prueben de su misma medicina. Pero para ello habría que volver a ser españoles y no imbéciles de Taifa.

Darle Caña a ésto: