Foto CSPeinado. Y que salga el sol por Antequera... |
Cada uno tenemos en nuestro interior una suerte de chispa mágica y vital que nos sirve para ser nosotros mismos, el pivote sobre el que rota nuestra existencia y por ende el acicate que nos impele a seguir adelante con la única excusa de vivir, siquiera, un día más. Es en éstos tiempos aciagos en los que vemos que dicha chispa adquiere más importancia para superar las continuas trabas que nos pone el quehacer diario, plagado de desesperanzas, de miedos, de incertidumbres y sobre todo, de malos momentos, ya sea de motus propio o a través de las múltiples noticias que nos rodean y que nos muestran desgracias más o menos cercanas que nos acechan de las más variopintas formas. Sin esa vocecita interior, sin esa fuerza vital que en el momento más peliagudo al borde de la rendición nos pincha en pleno culo para pegar el brinco salvador, caeríamos irremediablemente en un pozo sin fondo que no nos dejaría, sin solución de continuidad, volver a levantar la cabeza.