Amnistias, lastre y más porquería.

El Gran Pastelón español... Pa haberse matao, oiga.

El gobierno rajonil del PP ha aprobado una Amnistía Fiscal con el objetivo de hacer aflorar el dinero negro de las grandes fortunas españolas. Es eso o aumentar el Impuesto sobre el Valor Añadido.  Cómo en todo lo que llevan hecho los peperos, requiere de un gran grado de responsabilidad y solidaridad en la que los ricos se permitan saquear un diez por ciento para evitar que los pobres tengan que acarrear a la espalda esa más que probable subida del IVA. Viendo el grandísimo apoyo que nos tenemos unos a otros en la gran patria del cainismo. Esperar que un rico renuncie a comprarse su cuarto Bugatti para que mil pobres no tengan que rebuscar en el contendor de Mercadona es tanto cómo pedir que RuGalcalva dimita y permita la refundación del sucialismo en España. Un imposible. El rico es rico y se la trae al pairo el pobre. Su cometido es trincar y el del pobre sostener el desaguisado. Deseo mucha suerte a Rajay con su medida, pero tras descontarme casi un veinte por ciento de la nómina entre pitos y flautas ya le digo que, conmigo, no cuente.

Platos rotos.

Aún recuerdo cuando, casi al principio de la crisis, estalló la crisis energética. Subió el precio de los carburantes (bastante menos, por cierto, de lo que están ahora) y hubo una huelga brutal del Transporte. Todos perdíamos el culo por ir a la gasolinera a llenar el depósito y el saqueo de las estanterías de los supermecados parecía presagiar la Tercera Guerra Mundial. De eso va ya para casi cinco años y ésto, iniciado por Lehman Brother, los hijos de la gran putanga, las inmobiliarias y el inmovilismo gubernamental del contador de nubes, no tiene visos de resolverse. Mucho menos la desintegración del estado. Tampoco el Estado Autonómico, las relaciones exteriores o la prima de riesgo. El enfermo sólo sana si tiene voluntad de luchar para sanar y nosotros, dígolo con conocimiento de causa, somos enfermos terminales. No hay nada más patético que alargar la vida del enfermo con fármacos y parches en lugar de meterlo directamente en el quirófano y reventarlo. Si sobrevive del carajo, sino, a la tumba y a otra cosa, mariposa.

La crisis económica, que es mundial, si bien los chinos no se han enterado y están dejando su país hecho unos zorros escarbando en busca de materias primas con las que fabricar las mierdas que nso cuestan dos centimos y nos duran un suspiro en su afán de conquistar económicamente a Occidente, no tiene visos de remitir. ¿Por qué? Porque el dinero que se a evaporado es tanto, por otro lado no existia, que nos vamos a comer los mocos durante siglos para recuperarnos. En España la situación tardará un poco más. El país del cutrempresario ladrillero tiene doble penitencia. La industria nacional, la consturcción destructiva, se ha venido abajo y el parque de viviendas sin vender (¿Quién va a querer especular?) es tan escalofriante que los Bancos están saturados, el crédito antaño tan suave y lubricado ahora no sale ni con toneladas de vaselina y el Estado, inmerso en su propio vómito de deuda es incapaz de reaccionar. Los recortes han sido enormes pero no se ataca la base del problema, por ello, todo es inutil.

Base taifal de deuda.

Yo comprendo que el PP y los sucialistas se hayan hecho sus cortijillos autonómicos en los cuales jugar al Risk compitiendo en ver quien da más por el culo, se endeuda más, se ríe más del vecino y hace más daño no al Estado sino al ciudadano. En todos los años que tengo no he visto al estado autonómico más que cómo una venganza solapada al "Una, Grande y Libre". Ya lo decía mi padre, "Diecisiete, Pequeñas y atadas unas con otras". Aunque claro, todo en el cainismo español tiende a la fuerza centrífuga y los nazzionalistas catalanes que son muy dados a ser los primeros en todo, no han dudado en avalar el independentismo cómo camino al que encaminarse mientras ruegan al Ministerio de Defensa que mantenga la Academia de Suboficiales del Ejército de Tierra en Tremp, Lérida. Todo muy coherente en Mátrix, donde todo orbita alrededor del dinero que no tienen y que expolian a España según algún estudio que cita a Más y su ingeniería financiera para aumentar las aportaciones a Cataluña, mientras nos acusan de saquear a los saqueadores.

Así, España ha pasado de ser una Unidad de Destino en lo Universal a ser un compedio irreal de Deuda, paro, miseria, ruina y futuro inexistente mientras todos seguimos soñando con mamar del Estado sin doblarla y nos escandaliza la pérdida de unos derechos laborales que nunca tuvimos, pues lo mismo ibas a la calle antes que ahora y los sindicalistos movían el mismo dedo por tí antes que ahora, el corazón, erguido, con el puño cerrado. Para la Internacional. Que no quede. Lo mismo con el Estado del bienestar. Que nos cobran a precio de oro. Setenta Euros al mes me descuentan a mi de la nómina. Para un servicio de mierda, saturado, en el que ves aprovechándose de él justo a los que menos contibuyen y que nos saldría más a cuenta anular, dejar de pagar esos setenta euros e invertirlos en una clínica privada donde, por otro lado, te atienen cómo lo que eres, un pagador y no cómo al animalico de bellota que contribuye a un sistema deficitario que cualquier día desaparecerá por lo mismo que han ido cayendo todas las fichas del engendro nacional.

Cartuchos, escopeta y al monte.

Poquito a poco la situación de preguerra abierta se nos acerca sin que nos demos cuenta. Ya vemos que en Siria la cosa se ha desbocado, cómo sucedió en la Primavera Árabe y esa misma teoría se coló de manos del ostiable Albert, aquel niñato que tuvo sus dos minutos de gloria en las Cortes Valencianas, en España. Cómo proloegómeno a las fallas, a la cazurrada de los sindicalistos el once M y la mascletá final de la Huelga General fallida. Estamos en una posición en la que ni subimos ni terminamos de caer, sólo se nos mantiene vivos artificialmente cómo se hizo con Franco para que fregara la olla el veinte de Noviembre. Hace tiempo que los españoles nos negamos a salvar a España y sin el concurso necesario del Pueblo, los politicastros lo único que harán es saquear lo poco que quede para salir por patas mientras nos damos de ostias entre nosotros, los de las taifas, a navajazo limpio. YO lo tnego claro, la escopeta, provisiónd e cartuchos y al monte, y todo lo que se menee, pum, un tiro y a la cazuela. Y que salga el son por Antequera.

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